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Juventus consiguió un punto por el código penal

La primera parte fue atractiva, dinámica, vistosa. Dos equipos que salieron a jugar, con el pensamiento en el arco de enfrente y voluntad de ir a buscar el resultado.

Atalanta tuvo un arranque a toda orquesta. Con la conducción de Alejandro Gómez, el equipo de Bérgamo se hizo de la pelota, tuvo mucha dinámica y encontró todos los caminos para llegar a Szczesny. Y muy pronto tuvo su recompensa, porque a los 16′ el “Papu” Gómez hizo un buena maniobra, habilitó a Duván Zapata, y el colombiano definió fuerte cuando entraba al área. 0-1 y resultado que se justificaba.

El tanto ponía justicia en el marcador. Atalanta se hamacaba a gusto en Turín, con un equipo que tiene muy claro lo que quiere y lo que busca. Toque rápido, desmarques y búsqueda permanente del arco contrario. Mucho ritmo y dinámica. La “Juve” parecía cansada, como si la seguidilla de partidos le hubiera pasado factura. El equipo no tenía la frescura que había mostrado en los partidos iniciales de la reanudación. Solo Dybala mantenía el calor del juego. Bernardeschi tropezaba, Rabiot lucía incómodo, Matuidí discontinuo y Cristiano sin entrar en el circuito. El primer tiempo se fue entre lamentos, en tanto la visita derrochaba optimismo.

En el segundo tiempo el encuentro alzó el volumen. Se despertó el local, empujó hacia el arco de Pierluigi Gollini, y encontró la chance en una mano de De Roon que no nos apreció plausible de ser sancionada. Sin embargo, el árbitro entendió que era falta y el penal lo convirtió Cristian Ronaldo a los 54′ para poner el 1 a 1.

Luego, las ventanas de los cambios, que a veces refrescan y a veces desnaturalizan el juego. Primero a los 56′, el local movió la escuadra: Alex Sandro entró por Danilo y Douglas Costa reemplazó a Bernardeschi. Después lo hizo la visita; M. Pasalic ingresó por Ilicic.

El partido era entretenido, con un equilibrio más sostenido que lo que habíamos visto en el primer tiempo, donde el visitante nos había dejado una mejor impresión. La segunda ventana de cambios fue importante, porque incidiría en el desarrollo posterior. Iban 67′ cuando L. Muriel entró por Duván Zapata y R. Malinovskiy por Alejandro Gomez en Atalanta y Gonzalo Higuaín por Paulo Dybala en el local.

Las emociones iban a llegar con las variantes. Atalanta no renunciaba a su estilo, en tanto la “Vecchia Signora” exponía su jerarquía y el peso de la camiseta, en tanto le costaba más elaborar juego.

Llegaron los dos últimos cambios en la visita: A. Tameze por R. Freuler y M. Caldara por José Luis Palomino, a los 74′ de juego.

Y, lo dicho, la emoción que le agregaron los nuevos protagonistas. Muriel entró muy bien en juego, se asoció con criterio y las proyecciones de Hateboer le dieron a Atalanta un impulso que se concretó cuando Ruslan Malinovsky definió una jugada colectiva con tremendo remate de afuera a los 80′ y marcó el 1-2.

El resultado le ponía color al campeonato. Y Atalanta lo sostenía con mucha hidalguía. Incluso el ucraniano armó una jugada bárbara a los 84′ y su remate se fue apenas afuera. Hubiera sido la definición del partido.

Pero llegó otra polémica con el cierre del partido cuando Higuaín controló un balón, intentó un pase y el balón dio en la mano de Muriel. Quizás involuntaria, pero más clara que la anterior y plausible de ser sancionada. Iban 89′ cuando Cristiano Ronaldo volvió a hacerse cargo del disparo y lo ejecutó tal como había hecho el primero, fuerte y seco, al ángulo bajo derecho del arquero visitante.

Juventus llegaba al 2 a 2 por el código penal. El primero, difícil de sancionar, el segundo, con poco para discutir.

Así se cerró el encuentro en tanto el local se aferró al punto que lo mantiene a una buena distancia de sus perseguidores. Para Atalanta fue una frustración, porque en el cierre se le escaparon dos unidades que hubieran significado llegar al segundo lugar de la tabla. Pero dejó una imagen grande y valiosa de cara al futuro. Juventus acaricia la gloria, aún cuando el tanque de nafta empieza a dar señales de agotamiento, tras la caída ante Milan y este empate agónico.


Hernán O’Donnell

Sassuolo se llevó una victoria merecida y a Lazio se le esfuman las ilusiones

Un partido a pleno sol, contra un rival digno, prolijo y audaz. Una tarde que invitaba a la ilusión. A los 3′ llegó el local, con un remate cruzado de Immobile que pasó muy cerca del palo derecho del arco de Consigli.

Sassuolo no se sentía menos y le planteaba el partido de igual a igual, con mucho trabajo en la mitad de la cancha. Locatelli, Boga y Bourabia se plantaron para asistir las llegadas del equipo visitante, que muy pronto avisó con un tanto que no fue convalidado por el VAR.

Le costaba a Lazio salir, aunque había presentado una línea de cinco volantes, perdía en el centro del campo. Lukaku era el más activo para el progreso por izquierda, pero la visita se adueñó del control en el primer cuarto de hora. Y en ese andar, Sassuolo se mostró más lúcido y con mayor adaptación al juego.

Recién a los 32′ llegó Lazio, con un remate de Sergej Milinković-Savić que se fue bien abierto. El tiro no había sido para destacar, pero sí el momento en que el local volvió a aparecer en el juego. Y enseguida llegó el gol, por esos misterios del fútbol que a veces se hacen presente. un equipo que había hecho muy poco, casi nada, y sin embargo se encontró con una ventaja. Se fue de contragolpe Lazzari por la banda derecha, sacó el centro y Luis Alberto, cuando iba a controlar para rematar, el rechazo de un defensor rebotó en su pierna derecha y el balón fue al arco para sellar el 1 a 0 a los 33′ del encuentro.

Sin haber hecho demasiado, Lazio se encontraba en ventaja. Sassuolo iba a mantener la actitud, y siguió con ese espíritu de ataque que había mostrado desde el inicio. A los 37′ Boga sacó un disparo desde afuera que pasó muy cerca del poste izquierdo de Thomas Strakosha. Y sin mucho más para agregar se fue el primer tiempo, en un partido liviano, de tono menor, con buenas intenciones pero con poco ritmo, opacado por el calor y la acumulación de partidos.

El complemento se inició con variantes: Jony por J. Lukaku en Lazio y F. Caputo entró por H.J. Traore, mientras que M. Muldur reemplazó a J. Toljan en la visita.

Sassuolo, que había sido más claro en el primer tiempo, muy pronto encontró su recompensa. A los 51′ llegó por derecha con el ingrsado Francesco Caputo, y su centro fue derecho a Raspadori, quien convirtió el 1 a 1 con un disparo certero. El marcador se parecía un poco más a la realidad.

El dominio de la visita se hizo más claro, entonces Inzaghi decidió mover el banco local: Cataldi por Caicedo a los 60′ del encuentro. Buscaba sumar manejo a la mitad de la cancha, equiparar la zona de gestación, porque la visita, hasta esa hora de juego, se había mostrado más prolijo y claro en el dominio.

Y siguió esa tónica de juego, con la visita parada en campo del local, los zagueros bien cerca del centro del campo, Marlon y Ferrari empujaban desde allí y Caputo, se movía por los agujeros, para librar espacios y buscar llegadas. Lazio volvió a meter mano en el banco: Lucas Leiva entró por Milinkovic-Savic a los 66′. Y a los 67′ L. Haraslin por F. Djuricic en la visita.

El dominio de Sassuolo se hizo más marcado. Como si Lazio se hubiera desinflado, no sólo en lo físico, también en lo anímico, se lo veía caer con el correr del juego. A los 78′ Rogerio entró por J. Boga, de muy buen partido. Lazio aprovechó la última ventana para producir dos cambios: Iban 82′ cuando D. Vavro reemplazó a S. Radu y Bobby Adekanye entró por Luis Alberto; era el último intento por torcer un partido que tenía un rumbo complicado para el local. A los 86′ hubo un pelotazo …

Sassuolo metió el último cambio a los 88′. El zaguero Giangiacomo Magnani entró por el autor del gol, Raspadori, para acomodar la defensa ante el último arrebato de Lazio, que recién al final había arrimado al área visitante.

Y la justicia apareció al final; ya en tiempo de prórroga, Sassuolo desniveló, tras un tiro de esquina desde la derecha, apareció Caputo libre por el otro sector y con un cabezazo dentro del área chica marcó el 1-2 a los 90+1′ del partido.

Sassuolo celebró con mucha alegría la victoria. Había hecho los méritos para llevarse el partido de la capital de Italia. Fue más que su rival, propuso juego desde el inicio, no se deprimió con la desventaja inicial, fue práctico, limpio y honesto. Se llevó lo que merecía y hundió a Lazio en un tobogán que lo despide de la lucha por el título, en tanto el conjunto se mostró abatido y entregado casi desde el inicio del encuentro.


Hernán O’Donnell

En su camino al título, Madrid suma triunfos y polémicas

Una nueva controversia acompañó al Real Madrid. Y esta, de movida. Porque había pasado muy poco hasta el penal. Apenas la llegada de Alavés, que tuvo la situación más clara en el inicio cuando tras el centro de la izquierda Joselu metió un frentazo que se estrelló en el travesaño. Era un aviso en el inicio. El equipo visitante señalaba que no iba a jugar con complejos, pero el partido iba a tomar su rumbo definitivo en uno minutos más.

Muy pronto iba a llegar, otra vez, la polémica por un penal a favor de los merengues. Mendy se fue por la izquierda, entró al área y el cruce del lateral de Alavés lo derriba ante una rodilla que se choca con la pierna derecha del jugador local. Pareció leve, pero el contacto existió y el árbitro sancionó penal que Benzema transformó en gol a los 11’ para que el encuentro quedara 1-0.
La sensación de dudas en el fallo y la presunción de cosa juzgada se mezclaron en el amanecer del partido. Porque a esa falta de certeza total en cuanto a la infracción, el mundo que observaba por TV el encuentro trambién sumaba una sensación de que el partido estaba acabado no más comenzar.

Por más que Alavés soltó amarras y fue por el empate. pero las diferencias de jerarquía hacían suponer que mucho le iba a costar. Encima debió apelar a una variante a los 22′ cuando se fue lesionado el defensor navarro y debió ingresar Aguirregabiria. Pero iba a dar pelea, aún con los contratiempos sufridos.

Alavés supo explotar el costado derecho del local; sabía que por ahí encontraría el camino. Y fue, con los extremos y los volante. A los 25′ Burke sacó un buen remate que Courtois contuvo con jerarquía; a los 34′ una gran jugada por la banda izquierda de Oliver Burke generó un centro que Joselu no pudo rematar con precisión. Y Madrid que descnasaba en la ventaja y en el buen desmpeño de Mendy para progresar por izquierda mientras Modric conducía las salidas y Benzema abría surcos, caminos y pasillos, para la llegada de Rdrygo y Asensio. El partido, con sus bemoles, era parejo, por lo menos hasta el final del primer período.

En el segundo tiempo la cosa se iba a definir muy rápido; así como el inicio se resolvió con un penal, el sello del trámite iba a llegara los 50′ con el gol de Asencio tras la asistencia de Benzemá y la confirmación posterior del VAR. 2 a 0 y ahora sí quedaba ya la imagen definida. Solo un milagro podía torcer la historia. No porque no pudiera Alavés achicar la distancia, sino porque Madrid amenazaba con aumentar, mientras Courtois abortaba cualquier ilusión visitante.

Con el 2-0 Real Madrid se tranquilizó y se dedicó a mover el balón. La visita propuso dos variantes: a los 53′ A. Mahmoud entró por L. Fejsa y L. Rioja reemplazó a L. Perez. Mientras, Madrid aceleraba las imagenes de superioridad. A los 57′ Benzemá sacó un fuerte remate que Roberto Jiménez desvió y el rebote de Lucas Vázquez cruzó toda la valla. mendez sacudió y respondió Courois a los 65′ y Modric disparó fuerte pero respondió muy bien Roberto Jiménez. Era lo más claro de un partido hasta la nueva ventana de variantes.

Alavés fue por dos cambios más, los últimos que le quedaban. B. Sainz ingresó por E. Mendez y el panameño José Luis Rodriguez entró por Joselu a los 68′; ahí Madrid empezó a modificar su esquema para refrescar el aire y rotar jugadores. A los 69′ Federico Valverde reemplazó a Modric y el brasileño Vinicius ingresó por Asensio en Real Madrid.

Ya el partido había entrado en la crónica conocida y anunciada. Madrid dueño del balón, del control del juego. Alavéz, como un partenaire, lo corría de atrás. Y hubo una más cuando entró Isco, a los 81′ por Rdrygo, y dos minutos más tarde sacó un buen tiro que tapó el arquero visitante.

El partido concluyó con el Real Madrid en posesión del balón, sin problemas, sin sufrir, con tiempo para que Brahím Díaz ingresara por Casemiro en la prórroga, cuando ya todo parecía que había concluido hacía un buen rato y las especulaciones sobre la resolución a de La Liga esperan por su confirmación.


Hernán O’Donnell

New York City hizo el gasto, Philadelphia se llevó el triunfo

El intenso calor de la mañana de Kissimmee fue uno de los más importantes protagonistas. Mucha humedad, clima pesado y dos equipos que intentaron jugar, con todas las dificultades de hacerlo después de cuatro meses sin actividad. Pero lo intentaron y eso tiene un valor para destacar.

En el inicio el equipo de New York fue más incisivo, más ofensivo. Con la conducción de Maxi Moralez y Heber, más la potencia ofensiva de Castellanos, el City fue mejor en los primeros veinte minutos. Con más presencia en el campo contrario, más llegadas y mayor protagonismo. Philadelphia salió después de ese lapso, cuando Monteiro empezó a tener más la pelota, cuando entró en contacto con sus compañeros, cuando halló un socio en Przybylko y cuando pudo arrimar hacia el arco de Johnson. Así contó con una buena posibilidad cuando promediaba la primera parte y Monteiro le robó una pelota a Moralez desde el piso y sacó un remate que se fue apenas alto.

La más clara de New York fue a los 44′, tras un remate cruzado de Tajouri.

Después, el primer tiempo se cerró con mucha pierna fuerte, varias infracciones y algunos roces.

En el complemento, New York arrancó con un cambio: J. Medina reemplazó a K. Parks; en Philadeplhia, a los 58′ A. Fontana entró por Ilsinho, lesionado.

Y enseguida llegó el gol del partido, tras una serie de rebotes en el área de New York, el balón derivó al volante Alejandro Bedoya, quien con un remate cruazdo venció la resistencia de Johnson y marcó el 0-1 par Philadelphia a los 62′ de juego.

New York sintió el golpe y buscó ir por la igualdad. Pero chocó con una defensa expeditiva, que no dudaba en despejar y los reflejos y condiciones del arquero jamaiquino Andre Blake. En el conjunto que hacía de local ingresaron G. Zelalem por Maximilano Moralez y G. Mackay-Steven por I. Tajouri cuando iban ya 76′. Philadelphia aguantaba y apostaba a las contras de Kacper Przybyłko, el más rápido e incisivo del conjunto que hacía de visitante.

Sobre el final New York contó con dos chances claras, pero en ambas chocó con Blake. A los 85′ un tiro cruzado desde la izquierda de Heber fue desviado al corner por el arquero de Philadelphia y a los 90+4′ Gary Mackay-Steven se fue solo hacia el arco y su tiro bajo fue rechazado por la salida a tiempo del arquero Blake.

Ahí se ahogaron las ilusiones de New York, que había hecho el gasto en el primer tiempo, que tuvo un poco más de protagonismo en el desarrollo pero que se fue con las manos vacías porque Philadelphia fue práctico, duro y contundente.


Hernán O’Donnell

Nápoli fue dueño de Génova de principio a fin

Desde el comienzo Napoli fue el dueño del juego. Ejerció un control del balón permanente, tuvo el dominio territorial y en ese primer tiempo acumuló llegadas de modo permanente, mientras que el Genoa recién pudo salir en un lapso corto, después de los treinta minutos de juego. En ese lapso, el inicial, la visita se hizo amo y señor del encuentro. Sostenido en la dinámica de Fabián Ruiz, el empuje de Lobotka y la potencia de Politano, el equipo del Sur acumuló peligro y se mostró como el protagonista exclusivo del juego.

Ahogó al Genoa en su área y sumó situaciones. Tuvo un tanto no convalidado pues el balón se había ido tras un tiro de esquina; a los 30′ Insigne llegó bien perfilado y su remate fue sacado por el arquero local Perin.

A los 40′, otra ocasión clara también en los pies de Insigne que el arquero pudo rechazar. Y cuando todo parecía concluir, llegó la apertura del marcador sobre el epílogo del primer tiempo.

El tanto fue de Mertens a los 45+1′, ya en la prórroga de la primera etapa, tras una buena maniobra colectiva y la aparición del delantero belga para clavar el 0-1.

Nápoli cerraba la primera parate con una ventaja merecida, pues había sido más que su rival; tuvo la pelota, la manejó con criterio, apretó al adversario hacia su área, lo maniató y solo le faltó convertir, hecho que lograría sobre el cierre.

En el complemento Genoa salió con un poco más de decisión y encontró rápido la igualdad. Hubo un tiro de esquina desde la derecha, y Goldaniga de cabeza, marcó el 1 a 1 a los 48′ de juego.

Allí pareció despertarse un poco el local, que intentó equilibrar el partido, hacerlo más parejo, disputarlo más en la zona media. Pero la visita muy pronto le iba a mostrar su poderío y volvería a someterlo. A los 56′ un remate de Politano que parecía tener propósito de centro, se fue hacia el arco y dio en el travesaño. Era el primer aviso.

Después, la primera ventana de los cambios: A los 62′ dos cambios por equipo. L. Lerager entró por V. Behrami y I. Falque reemplazó a F. Cassata en Genoa. En tanto, en Nápoli también habría dos variantes que fueron determinantes en el partido. Hirving Lozano entró por M. Politano y A. Milik, que tendría futuro en la Juventus, reemplazó a D. Mertens.

Y dicho y hecho, porque a los 65′, tras un pelotazo largo desde el fondo, Lozano entró solo por el medio, dominó el balón, aguantó la marca y ante la salida del arquero metió un remate preciso que fue el 1-2 para la visita.

Nápoli volvía a estar arriba en el marcador y a sentirse dueño del partido. A los 68′ hubo un tiro fantástico de Mario Rui desde la izquierda que Perin sacó al corner en una brillante atajada. A los 70′ G. Pandev ingresó por A. Sanabria en el local y cuando se jugaban 74′ un tiro libre de Insigne se fue un poco arriba del travesaño. El dominio era de los napolitanos.

Después, otra ventana de cambios: a los 81′ A. Favilli entró por A. Pinamonti y P. Ghiglione lo hizo por D. Biraschi en el Genoa. En la visita, lo hicieron A. Younes por Lorenzo Insigne y P. Zielinski por E. Elmas; más tarde, a los 86′, Allan ingresó por Fabián Ruiz en el visitante.

El final tuvo algunos revolcones de Meret que bien pudieron darle un dolor de cabeza al equipo de Gatusso. Porque casi sin mérito alguno, genoa pudo haber encontrado un tanto del empate. Pero no pasó de un pequeño alerta. Hubiera sido una injusticia, porque Nápoli fue superior a lo largo de todo el partido, jugó mejor, fue dominante, impuso condiciones y se llevó lo que fue a buscar en su visita a Génova.


 Hernán O’Donnell

MLS is back!

Empezó el Mundialito de la MLS. Con un formato similar a la Copa Mundial de la FIFA, la propia organización del fútbol de Estados Unidos bautizó como “Mundialito” a este torneo rápido, que convocó a todos los conjuntos en el predio dé Disney, el llamado Disney Wide World Sports en la ciudad de Kissimmee, muy cerca de Orlando, Florida.
Allí se estableció la base de la Major League Soccer, y con el “Sunshine Derby” se inauguró la temporada.
Un pedido por el fin del racismo se efectuó antes de que empezara a rodar el balón.

El partido inaugural fue este nuevo clásico entre Orlando City y el Inter Miami, dos equipos que tienen un presente y una realidad diferente. Para el conjunto local, varias temporadas de juego, experiencia, ya asentado en la MLS. Para la franquicia de Miami, todo es nuevo. Apenas tiene un pequeño tiempo de vida y recién comienza a comeptir. Jugó en marzo sus dos primeros partidos y los resultados no le fueron favorables. Tiene que ganar experiencia y hacerse su lugar con el tiempo. Paciencia y trabajo serán sus armas fundamentales.

El primer tiempo fue parejo. Se jugó poco, se corrió bastante y se luchó mucho. La pelota anduvo más por el aire que por el piso. Abundaron los pelotazos. Faltó precisión y se notó el largo receso, los meses de parate y la falta de entrenamientos. El local se manejó con el despliegue de Pereyra, la dinámica de Mueller, la base de Junior Urso para patrullar el centro del campo y el talento de Nani, de una jerarquía trascendente para imponerse en el ataque.

En Miami la intención fue pelear el partido en el medio y llegar con rapidez a partir del trabajo lateral de Pellegrini y de Morgan, con Agudelo como punta de lanza.

Pero no hubo demasiadas luces y el primer período se cerró 0 a 0.

En el complemento llegaron las emociones. De movida el visitante sacudió la noche; jugada por derecha, habilitación para Morgan, taco al medio y la llegada de Agudelo para marcar el 0-1 a los 46′. Miami lograba el primer gol de la Copa y se ponía en ventaja, para darle vuelo a la ilusión del primer tirunfo en su historia.

Orlando City reaccionó. Fue a buscar, se adelantó en el campo e intentó torcer el rumbo del partido. A los 63′ movió el banco para refrescar piernas e ideas: J. Mendez por J. Urso y T. Akindele por Dwyer en el local. En Inter Miami ingresó Pizarro por Ambuila. Pronto habría novedades.

Una llegada por izquierda, el centro cruzado, la pelota que recorrió toda el área y Muller que igualó a los 69′. 1 a 1 y volver a empezar.

El DT de la visita, Diego Alonso decidió que ingresar el argentino carranza para tener más peso en el ataque. Pero Miami confundió el camino, se empacó Pizarro en la maniobra individual, y el City tuvo una chance y no la desperdició, cuando ya se jugaba la prórroga y a los 90+6′ Nani empujó a la red un balón que, tras un centro de la izquierda, le había caído de rebote. 2 a 1 para Orlando y adios al sueño e ilusión del equipo de Miami.

La MLS se puso en marcha. Con mucho entusiasmo dio el primer paso. El correr de los partidos le hará ganar ritmo a los equipos y el juego mejorará. Pero, para empezar, estuvo muy bien. El orden de Orlando fue más que la ilusión de Miami, y ahora vendrán días con muchos partidos, para disfrutar el “Soccer”, el juego maravilloso.


Hernán O’Donnell

La búsqueda de la gloria perdida en el Milan no la detiene ni la propia Juventus

Partidazo. Tal como lo preveíamos en los papeles, antes de comenzar a jugarse. Porque la Juve es el mejor equipo de Italia, de eso no hay dudas, pero el crecimiento del Milan, el empuje del equipo y todo lo que demostró en la reanudación del certamen nos daba la pauta de que podíamos ver un encuentro con paridades, cosa que no es habitual en las presentaciones del puntero de la Serie “A”.

Dos dibujos tácticos diferentes; línes de cuatro en el Milan con Donnarumma al arco, Conti, Kjaer, Romagnoli y Hernández; Kessie y Bennacer adelante de ellos; Saelemaekers por fuera, Rebic en el medio se alternaba la posición de delantero central con Ibrahimovic y Paquetá por izquierda. Un planteo compacto, con el retroceso de los extremos para ayudar a los dos volantes medios y la concentración de todos.

Arrancó la visita con mayor presnecia en el campo. La solidez del polaco Szczesny en el arco, la salida clara permanente de Cuadrado, fijo Rugani, con más salida Bonucci y la proyección de Danilo; en el medio Bernardeschi tirado a la derecha con permiso para subir al ataque siempre, la fineza de Bentancur, el trajín de Pjanic y la dinámica de Rabiot. Y dos tanques adelante: Gonzalo Higuaín y Cristiano Ronaldo.

A los 9’ avisó la visita con un tiro libre de Bernardeschi que Bonucci no alcanzó a conectar cuando la pelota cruzó toda el área; a los 12′, un tiro tremendo de Ronaldo se fue apenas desviado. Juventus quería imponer su autoridad, pero enfrente estaba un equipo que crece fecha a fecha y le iba a dar pelea.

Apareció el Milan a los 22′ con un buen enganche de Zlatan y su tiro fue contenido por el polaco Szczesny. Volvió a tener una jugada parecida a los 24′ cuando Hernández habilitó al sueco y este sacó un buen tiro que rechazó el arquero visitante.

El primer tiempo se fue con emociones al final, porque lo tuvo muy claro Higauín con una excelente media vuelta y Donnarumma contuvo abajo, cerca de su palo derecho. Y de contra Ibrahimovic se fue al gol, pero un off side previo le interrumpió la maniobra.

En el complemento, Milan salió con un cambio y con la misma mentalidad. Ir a buscar el partico. El hábil Calhanoglu entró por Paquetá. que había sufrido a la hora de retroceder y marcar. Pero Juventus metió dos puñaladas fuertes, de esas que pueden hacer doler. Primero, a los 46′ Rabiot encaró una jugada individual desde su campo se fue a toda velocidad, se metió en diagonal tras un tunel a Hernández, Higuaín le arrastró la marca de Kjaer y sacó un terrible zurdazo para marcar el 0-1.

Después llegó el segundo gol. Fue un pelotazo largo desde la derecha que Romagnoli intentó cortar de cabeza, falló, Kjaer salió muy cerca de su compañero y el balón le quedó a Cristiano Ronaldo, quien no falló para definir ante la salida de Donnarumma. 0-2 a los 52′ de juego y una sensación de bronca recorrió al San Siro, porque el Milan no había hecho un mal partido hasta entonces. Al contrario, como lo preveíamos, había construído un encuentro parejo.

No se volvió loco el equipo de Stéfano Pioli y se aferró a sus convicciones. No se dio por vencido. Reaccionó. Metió un segundo cambio: a los 59′ R. Leão entró por A. Saelemaekers. Y descontó por un tiro penal de Zlatana Ibrahimovic a los 61′ para estar otra vez en partido.

Todo lo que contagia Zlatan se vio otra vez reflejado en el equipo.

Y fue más el Milan. Más entero, con la confianza por las nubes y una actitud muy positiva llegó al empate mediante una aparición de Kessie en el área rival para marcar el 2 a 2 a los 65′ de juego. Más sereno, a los 66′ G. Bonaventura reemplazó a. Ibrahimovic, que ya había cumplido su función de líder para enderzar la nave; y cuando Juventus comenzaba a preguntarse que pasaba, llegó el gol de Leao a los 76′ para dar vuelta la película y poner el resultado 3 a 2 para el local.

Maurizio Sarri intentó un volantazo, con tres cambios: B. Matuidi por A. Rabiot, Douglas Costa por G. Higuain y A. Ramsey por M. Pjanic a los 68′ de juego. Pero pareció inútil, casi un manotazo de ahogado cuando ya el partido, en lo futbolísitico y en lo espiritual estaba en manos de Kessie, Bennacer, Rebic, Calhanoglu, Kjaer, Romagnoli…

No mostraba rebeldía Juventus. Más bien lucía desconcertado después de los tres goles casi consecutivos que le marcó el local y sus jugadores eran como piezas desparramadas en la cancha, inconexas y sin brújula.

Recién tuvo una oportunidad a los 77′, tras un tiro de esquina que conectó Rugani de cabeza y tapó muy bien sobre la línea Donnarumma. Pero si alguna ilusión le quedaba, el Milan se la iba a hacer añicos. Un pase fallido de Alex Sandro, que había entrado por Cuadrado un minuto antes, en una salida por el lateral izquierdo, pretendió cruzar hacia la derecha pero el balón lo recibió Bonaventura dentro del área, y habilitó a Rebic quien no falló en su remate: 4 a 2 a los 79′ y partido revertido.

Quedaron las variantes finales que no alteraron el desarrollo. Iban 81′ cuando D. Calabria entró por A. Conti y R. Krunic por A. Rebic en el local. Milan ya había dado una muestra más de su gran recuperación en el juego desde la reanudación, el crecimiento en cada uno de los partidos, ese ascenso que mostramos y comentamos desde hace varias semanas en esta página y coronó una victoria amplia, contundente y merecida ante el mejor equipo de la Serie “A” en otro paso más a recuperar la gloria perdida.


Hernán O’Donnell

Arsenal se quedó con un sabor amargo bajo la lluvia de Londres

Arsenal hizo un buen partido, en líneas generales, ante el difícil Leicester, pero la falta de efectividad, el firme arquero rival y una inédita expulsión costaron caro para un equipo que venía en crecimiento.

En los primeros minutos fue el visitante quien dominó la pelota y empujó al rival hacia su campo. Fue un inicio lento, donde Arsenal se vio amenazado por la tenencia de Leicester. Poco a poco el curso del partido cambió. El habitual 3-4-3 del equipo de Mikel Arteta desde el reinicio del campeonato ofrece juego abierto con los laterales Bellerín y Tierney, con control de la pelota desde el eje Ceballos-Xhaka, disposición que resulta fundamental para el avance hacia la delantera. En el duelo de hoy, además, la inclusión de Lacazette en el once permitió que el francés fuera un gran nexo con el frente de ataque y con su pivoteo liberaba espacios para Aubameyang y Saka, que se volcaban por los costados, así como conectaba hacia afuera con ellos. Un gran partido del ex delantero del Olympique Lyon, que volvió a mostrar su talento y lo que puede aportar al equipo.

Los Gunners crecieron con el correr de los minutos, y empezaron a tener llegadas concretas al arco rival. La primera alegría llegó a los 21 minutos: un pase preciso, bien leído, de Ceballos hacia Saka por la espalda de la defensa, lo dejó cerca del arco y el juvenil sirvió la pelota para Aubameyang, que aprovechó para poner en ventaja al local. Con ese tanto, el goleador gabonés alcanzó los 20 goles en la liga actual.

En los minutos siguientes Arsenal desplegó una gran función: volvió a aproximarse al área rival, tuvo chances para aumentar la diferencia pero se encontró con una gran tarde del firme arquero Schmeichel. Esas situaciones no convertidas mostraban el buen momento del equipo de Arteta pero que no era reflejado en el marcador, y cualquier llegada de Leicester sería un peligro. Así fue que hubo un susto a los 34′: desde la izquierda, Vardy conectó con Iheanacho que la mandó a la red, pero el alivio para el local (y frustración para los Foxes) llegó al instante cuando el gol fue invalidado por una falta previa del nigeriano sobre Kolasinac.

La parte de Schmeichel fue clave para mantener al Leicester en partido y evitar que se volviera cuesta arriba: pero también en la valla de enfrente la tarea del argentino Emiliano Martínez en Arsenal fue, una vez más, notable. El puesto quedó en sus manos desde la lesión de Bernd Leno ante Brighton, en el segundo partido del reinicio. Y en cada aparición a partir de ahí, “Dibu” mostró su capacidad en un equipo tan importante. Hoy lo volvió a hacer, con seguridad ante los intentos que iban a su arco como también estuvo preciso cuando salió a cortar peligro a medida que se aproximaban a su zona.

En la segunda parte bajó la intensidad Gunner, y Leicester creció con los cambios que dispuso Brendan Rodgers. Martínez volvió a dar presente ante cada intento, y en Arsenal se volvió a ver a un Lacazette acercándose al mediocampo, laterales que hacían un ida y vuelta y se sumaban a los extremos. David Luiz estuvo cerca de convertir el segundo: probó de tiro libre y con la técnica de hacer que la pelota pique antes de llegar al arquero, pero el danés volvió a detener el intento.

Mientras Leicester continuaba con la intención de empatar, Arsenal tampoco renunció a buscar sumar otro tanto. A los 67′ casi lo tuvo, cuando Lacazette convirtió pero por offside no fue válido.

Minutos después, a los 71′, Arteta decidió mandar al campo a los jóvenes Eddie Nketiah y Joe Willock, en lugar de Lacazette, que realizaba un gran partido, y Saka. Apenas dos minutos después, a los 73′, Nketiah cometió una insólita falta que le costó la roja y el panorama cambiaba para el Arsenal. Así, los locales cedieron más la pelota y se volcaron cerca de su propio campo, para proteger la victoria con un jugador menos que su rival.

Leicester tuvo una chance clara en una jugada que Vardy quedó frente a Martínez, lo gambeteó, pero remató de costado y la pelota pasó apenas fuera del arco. El DT del conjunto londinense sustituyó a Ceballos por Torreira para sumar un jugador de características más defensivas con el objetivo de cuidar la ventaja.

Y los Foxes inclinaron la cancha contra el rival: dominaban la pelota y tenían contra las cuerdas a los Gunners. No tardó en llegar el ansiado empate para el visitante: a los 84′, un centro raso llegó a los pies de Vardy que igualó el resultado y dejó con un sabor amargo a un equipo al que otra vez se les escaparon dos puntos importantes. El equipo de Arteta terminó sufriendo en una tarde que debió haber festejado.

En un partido en el que por momentos tuvo una buena exhibición, llegó al arco rival de manera clara y pudo estirar la ventaja, Arsenal se perdió un triunfo que parecía posible y que hubiera sido importante, ante un gran rival. Había recibido varias amenazas que detuvo Martínez, pero aún así el equipo de Londres se vio influido por la inesperada roja faltando casi veinte minutos por terminar. Esa expulsión frenó sus llegadas al arco visitante y lo ató a aferrarse al 1-0. No debe cargar todo en la espalda del novato Nketiah, sin embargo. Se equivocó en esa falta, pero por otro lado no es entendible la salida de Lacazette, sumado a que hubo otras llegadas rivales antes. Los Gunners no pudieron sostener la diferencia, y terminaron quedándose con un amargo 1-1 que cortó con su racha de victorias y puso paños fríos a su sueño por acercarse a un puesto de Champions League.

Martín O’Donnell

En una tarde repleta de emociones, Werder Bremen salvó la categoría en la promoción

Llegó el día. Todo lo que contamos el jueves pasado cuando se encontraron Werder Bremen y Heidenheim en el primer partido del repechaje a la Bundesliga 1, entre el 16º de esa división y el tercero de la Bundesliga 2, el viejo Heidenheim, todo eso que rodea a las promociones y que envolvió al fútbol argentino durante más de dos décadas, se volvió a sentir a flor de piel en el segundo partido en Alemania. El drama, la emoción, los nervios y el morbo de un posible cambio de categoría entre dos equipos. Y así se repitió, una vez más, en nuestro bendito fútbol.

De movida Werder Bremen fue a buscar el partido. Salió decidido a marcar diferencias, a llevarse la serie, ganar. Al minuto tuvo una chance cuando el sueco Augustinsson lanzó un centro desde la izquierda y la entrada de Sargent no prosperó por la intervención del arquero local, Kevin Müller. Después llegó la aperura del marcador, en el amanecer del partido. Iban 2’ de juego y el defensor local Norman Theuerkauf  quiso despejar un balón que llegaba a su área por el toque de los visitantes y no hizo más que clavarla en el ángulo superior derecho de su valla. 0-1 para Werder Bremen que hacía valer su jerarquía de equipo de primera división y el gol le daba la tranquilidad del valor de haber convertido de visitante, pues ahora, cualquier empate lo iba a favorecer por la regla de que en caso de igualdad en puntos y goles, quien haya convertido más de visita será el ganador.

El dominio se hizo más intenso a partir de allí. Heidenheim parecía atado por los nervios, por la presión y ese temor escénico que siempre nos sorprende cuando estamos por dar un paso adelante en la vida. se veían fallas técnicas incomprensibles, errores infantiles con la pelota, en el manejo y en los pases, ante el fastidio del excéntrico entrenador local Frank Schmidt. Y empezó el visitante a mostrar señales de superioridad.

A los 8′ Rashica sacó un fuerte tiro de lejos que el arquero local envió al corner de un manotazo. A los 9′, un cabezazo de muy cerca de Klaassen fue rechazdo por Müller. Wreder Bremen era más en el comienzo.

Recién a los 26′ llegó la primera aproximación del local, con un tiro cruzado de Marc Schnatterer  que pasó por adelante del arco pero nadie llegó a empujarla.

Y respondió la visita con un buen tiro del estadounidense Joshua Thomas Sargent que Müller controló muy bien.

Así se cerró el primer tiempo, con la holgura del visitante y la preocupación del local que tras haber hecho una gran campaña en la Bundesliga 2, veía que su sueño de alcanzar el primer nivel se alejaba como un barrilete.

El célebre Schmidt propuso dos cambios para el segundo tiempo. Dos delanteros para refrescar el ataque de Heidenheim, que si querías ascender debía levantar mucho el tono. Stefan Schimmer y David Otto a la cancha; afuera el volante Marc Schnatterer y el delantero Denis Thomalla. Y el local salió con todo. Schimmer sacó un tremedo tiro a los treinta segundos del complemento que Pavlenka mandó al corner; del tiro de esquina vino otra situación de peligro que capturó Schimmer otra vez y su remate se fue alto. El local tenía otra cara. se había sacado los nervios y relucía otra actitud.

A los 47′ un buen centro de Busch fue conectado de cabeza por Otto pero el balón salió pegado al palo izquierdo de Pavlenka. Era otro partido. De a poco el visitante empezó a salir otra vez. a hacer pesar una mayor jerarquía. A los 55′ Milos Veljkovic sacó un buen remate que el defensor local Busch salvó al tirarse al piso. Otra chance fue a los 57′ con el disparo del sueco Augustinsson que tapó Müller. A los 58′ Sargent hizo una gran jugada individual, con dos gambetas incluidas y su tiro final fue tapado por el arquero Müller que a esta altura ya era una de las figuras más destacadas del partido.

Luego llegaron más cambios. A los 67′ T. Mohr entró por R. Leipertz y K. Sessa por N. Dorsch en el dueño de casa; en tanto Werder Bremen dispuso las variantes de F. Bartels por Y. Osako y S. Langkamp por M. Veljkovic, lesionado en el gemelo de la pierna derecha. El partido se hizo más intenso, más luchado y con dos estilos definidos. El buen toque de la visita, el respeto por el balón, tal vez una mayor jerarquía y el espíritu de lucha del local, un Heidenheim combativo y corajudo. Así, el DT dispuso la salida del lateral Busch por un volante ofensivo como Multhapu a los 77′, en un intento por empujar más hacia el área visitante. En el Bremen, N. Fullkrug reemplazó a M. Rashica a los 79′ en una variante que a algunos sorprendió por el peso y la influencia de Rashica en el partido, pero Fullkrug entró muy bien y fue importante en la tenencia de la pelota para el equipo visitante.

Los diez minutos finales fueron una catarata de emociones. Parecía que Werder Bremen lo tenía controlado, más cuando se empezó a perder goles. Primero Klaassen con un tiro combado a los 81′; luego una llegada de Bartels. Pero el fútbol es una caja de sorpresas permanente y a los 84′ un tiro lejano de Mohr se estrelló en el travesaño y el balón le quedó a Tim Kleindienst quien se lo llevó por delante y señaló el 1 a 1. El partido estaba abierto, un gol de Heidenheim cambiaba el final y el drama y la emoción se metieron en el epílogo de la novela.

La visita optó por ordenarse atrás. Un defensor, Gross, por un delantero, Sargent, a los 87′. A aguantar y jugar de contra. Y la apuesta le salió bien porque tuvo una contra de Bartels a los 89′ que derivó en un tiro de Gros y otra brillante intervención de Müller, héroe a esta altura de la ilusión local.

Pero Bartels iba a realizar otra gran jugada individual a los 90+3′, cuando ganó un balón dividido a su marcador, se fue solo al área, esperó la salida del arquero y le sirvió el pase a Augustinsson que de zurda concretó el 1-2 que parecía sentenciar el resultado.

La explosión fue del arco visitante. Los hinchas locales, que había varios desde el comienzo del partido y con el correr de los minutos se agregaron más a la partida, sintieron el golpe. Y el dolor y la angustia. Ni siquiera fue atenuado con el dudoso penal que les dio el árbitro a los 90+7′ y la conversión de  Kleindienst para el 2 a 2 definitivo.

La tristeza los encontró caídos en el campo después de haber jugado con bravura y honor el segundo tiempo. Dejaron el alma en la cancha pero no pudieron con un Werder Bremen que fue superior, que mostró la diferencia de categoría y se abrazó a la última puerta de la salvación en una promoción llena de drama y emoción, con todo lo que esos sentimientos se juegan en cada competencia deportiva.


Hernán O’Donnell 

Nápoli encontró al final el premio que buscaba

El primer tiempo fue más el Nápoli. Tuvo un poco más eñ balón, intentó dominar el juego, llegar con precisión. Se mostró más activo. Y contó con un par de situaciones importantes, la jugada de Fabián Ruiz fue bastante importante, porque se metió por derecha, sorteó la fila de defensores y cuando lo atoró el arquero elevó su remate.

No había sido mucho más que la Roma, pero sí había dejado una mejor imagen. El trabajo habitual de Zielnski, de Insigne, de Callejón, eran sus argumentos. Un equipo que intenta tratar de llegar con fuerza al arco contrario, que tiene el espíritu de su entrenador, Gennaro Gatusso, y que busca volver a mezclarse en esa zona alta donde domina Juventus y se asoman más lejos, Lazio, Inter y Atalanta.

Roma dispuso una línea de tres en el fondo que por momentos se transformó en una zaga de cinco. Con la lesión prematura de Smalling ingresó Federico Fazio a los 29′, pero no modificó el esuqema pues el ex jugador de Sevilla se ubicó como líbero en la zaga central. Kluivert por izquierda y Dzeko por el centro eran sus cartas en ataque.

El primer tiempo resultò entretenido y esperábamos más para el complemento.

Nápoli salió a la segunda parte con decisión y enseguida generó dos tiros de esquina a su favor. Acorraló aRoma, adelantó líneas y jugó con el balón, con un movimiento de un lado a otro para buscar el espacio, el agujero, donde poder entrar a la defensa visitante.

Y llegó el pasillo cuando Mario Rui lanzó un centro desde la izquierda y Callejón entró por el medio para marcar el 1 a 0 a los 54′ de juego. Justo y merecido.

Nápoli siguió en ataque y a los 56′ Zielinski se filtró solo por le medio y su remate lo contuvo Lopez, en una jugada peligrosa para el arco de la visita.

Sin embargo, a los 59′ la Roma iba a llegar al empate, tras una maniobra larga de Henrikh Mkhitaryan quien se la llevó por izquierda, aprovechó la apertura de marcas que se llevó Dzeko, se metió en el medio y sacó un remate bárbaro a la derecha del arquero para sentenciar el 1 a 1.

Nápoli movió el banco en su primera ventana; a los 62′ D. Mertens entró por A. Milik y N. Maksimovic por K. Manolas. Pero creció Roma a partir del gol, entusiasmado y con el aporte de N. Zaniolo por J. Kluivert a partir de los 65′. Y el encuentro tomó otro vuelo, más repartido, con más llegadas y el juego más abierto. Con más espacios para explotar. Después llegó otra ventana de cambios, a los 69′: H. Lozano por J. Callejon y S. Lobotka por D. Demme en el equipo local.

Nápoli iba a contar con una posibilidad a los 74′ con un tiro de lejos de Zielinski, cruzado y cerca del palo izquierdo del arquero visitante. Eso le dio un impulso para volver a buscar, pues el gol de la Roma lo dejó aturdido por unos minutos. Pero Nápoli volvió y a los 81′ un golazo de Lorenzo Insigne con un remate combado de izquierda a derecha marcó en la red lateral del arquero López y Nápoli se adelantó 2 a 1. El “chuky” Lozano se fue por izquierda a los 83′ y sacó un remate con olor a gol, pero el arquero de Roma sacó el balón al corner.

El que quedó golpeado entonce fue el visitante. Roma lució sacudido, como resignado. Tuvo diez minutos finales perdidos, donde deambuló por el medio y tambaleó en la defensa, como si el golpe de Nápoli lo hubiera dejado groggy. Y llegó así al tiempo de prórroga. Recién en el cierre, a los 90+4′ un cabezazo de Dzeko llevó peligro, pero lo atrapó con seguridad el arquero local Meret.

Nápoli se sintió mejor con el resultado a favor, como si hubiera recobrado la autoestima. Más sólido, mejor plantado, más seguro y determinado. Finalizó el encuentro con autoridad y se llevó una victoria justa, que le permite crecer en la tabla y volver a pensar en mezclarse con lo más alto.


Hernán O’Donnell