Estados Unidos vibra con la llegada del Super Bowl LV

El Super Bowl LV, el número 55 desde aquel lejano partido que inauguró la modalidad de definir al campeón de la temporada entre los dos ganadores de la National Football League y la American Football League, jugado el 15 de Enero de 1967 y que resolvía al campeón de la temporada 1966. Mucha agua corrió bajo el puente tras esa gran final que los Green Bay Packers le ganaron por 35-10 a los Kansas City Chiefs. Fue lo que se denominó como “Primer Partido por el Campeonato Mundial de la AFL-NFL”. Pero todo el mundo lo conoció como Super Bowl, y hoy tras más de medio siglo recorrido, se lo conoce también como la gran fiesta anual del deporte profesional de Estado Unidos.

Es un evento que paraliza al país; en estos tiempos de pandemia quizás se alteren algunas costumbres habituales, como las de reunirse en grupos en hogares, salones y condominios para ver el partido como una fiesta, compartir la bebida y la comida, bromear y disfrutar del juego, en tanto la TV y su cotizada tanda comercial acerca las imágenes desde el lugar de los hechos.

En el corazón de los sucesos, el Raymond James Stadium, habrá algunas situaciones también inéditas para este encuentro decisivo. Por primera vez un equipo será local en el partido final; Tampa Bay Buccaneers tendrá el privilegio de jugar en su casa, porque la elección del estadio es anticipada y el equipo de Tom Brady realizó los méritos para arribar al Super Bowl. Y le tocará en su propio hogar.

El estadio tiene capacidad para 75.000 espectadores, pero otra situación nueva que se vivirá es que habrá alrededor de 22.000 personas el próximo domingo. 14.500 de esas localidades fueron puestas a la venta; habrá 7.500 reservadas para los trabajadores de la salud de Tampa que han sido vacunados y estuvieron en las primeras líneas de trabajo cuando comenzó la pandemia en la región.

El partido encuentra a los dos mejores equipos de la temporada, aunque todas las miradas, los análisis y las palabras se reducen al duelo entre los “Quaterback” de los dos finalistas. El experimentado y múltiple ganador, Tom Brady contra el joven brillante, Patrick Mahomes.

El duelo entre el hombre de 43 años que ya ha jugado 9 Super Bowls, de los cuáles ganó 6 con sus equipos, y el presente y futuro del Football Americano: Patrick Mahomes, el muchacho de 25 años que en la última temporada hizo su ingreso a la galería de los grandes con la conducción de su equipo, Kansas City Chiefs, a la victoria en el Super Bowl disputado el 2 de Febrero de 2020. El triunfo por 31-20 ante San Francisco 49ers tuvo el sabor de una remontada inolvidable, tras llegar en desventaja de 10-20 al último cuarto y en los seis minutos finales tres touchdowns sumaron 21 puntos para sellar la victoria final.

Todo está preparado y el reloj con la cuenta regresiva se puso en marcha. Es la semana previa a la gran fiesta del deporte de los Estados Unidos de América.

El Super Bowl presentará su edición número 55. Un número fantástico que pocos imaginaban a lo que podía llegar cuando se pensó el primer juego, sólo para ver cual de las dos ligas tenía mejores equipos que la otra, cual era la que podía jactarse de su supremacía.

Hoy, en este 2021, el enfrentamiento es otro. Entre Tam Bay Bucaneers y Kansas City Chiefs, aunque muchos creen que es solo un duelo individual entre la leyenda de Tom Brady y el futuro de Patrick Mahomes.

Hernán O’Donnell

Deportivo Maipú, otro sueño para Mendoza

Había hecho una muy buena campaña cuando se interrumpió el torneo original y realizó también una buena performance en el certamen que reanudó el fútbol luego de la larga cuarentena. Deportivo Maipú de Mendoza, el famoso “Cruzado”, el equipo de la ciudad tan cercana a la Capital provincial, venció en la final por el segundo ascenso a Deportivo Madryn por 2 a 0 y acarició el largo sueño de retomar la segunda división del fútbol grande de la Argentina. La hoy llamada Primera Nacional, que el “Botellero” conoció y transitó en sus años originales, a partir de 1986 cuando se la conocía como Nacional B. Después de una final intensa y disputada, Deportivo Maipú regresó a las fuentes.

Fue un primer tiempo bien jugado por el local. Firme en sus líneas, concentrado, y con mucha dinámica en ataque, encontró la diferencia en ese tiempo y luego supo trabajarla. Arrancó con una idea clara: atacar. Buscó con las subidas de Bonnacorso y Díaz por los costados, el transitar de José Méndez y la presencia de Diego Tonetto. La fuerza y habilidad de los delanteros hizo el resto.

A los 7′ Méndez buscó a Alvaro Veliéz, este se metió de la derecha al centro y sacó un excelente remate que se metió en el ángulo superior derecho de Lencina y señaló el 1 a 0 para el local.

Fue una explosión de alegría y de confianza. El “Cruzado” empujó aún más y a los 13′ desbordó Bonnacorso por derecha, sacó el centro al corazón del área y Veliéz metió un cabezazo que fue desviado al corner con mucho esfuerzo por el arquero visitante.

Madryn no encontraba el balón y no lograba afirmarse en la cancha. Giménez y Pérez buscaban el equilibrio en el centro del campo, pero no había juego. No había conexión entre líneas. Y para colmo de males, a los 25′ Elgorriaga no pudo controlar un balón que le llegó de un rechazo, se enredó y perdió una pelota sencilla en el atropello de Matías Persia, que se la birló y se fue derecho al arco para sellar el 2 a 0 para Deportivo Maipú.

Era un golpe duro para la visita, porque si empezaba a esbozar una recuperación, un error no forzado lo llevó a sufrir otro gol en su valla. Y el local mostraba su confianza, que lo llevaba a pelear cada pelota con una fe enorme y una moral en alza para lo que restaba del encuentro.

En el segundo tiempo Deportivo Madryn se presentó con dos modificaciones. Franco Niell entró por Moreno y Canhué reemplazó a Jendrés. Y lo fue a buscar, con más vergüenza que fútbol.

Las ventanas de los cambios cortaron el segundo tiempo. A los 56′ Herrera ingresó por Matías Persia en el local; a los 58′ Riera ingresó en lugar de Franco Moreno en su segunda modificación y en Madryn se produjo una tercera variante: Michelena por Triverio.

El local se acomodó en tres cuartos de cancha, cedió un poco de terreno y aprovechó los espacios a las espaldas de Torres y González para meter contragolpes que terminaran de sentenciar la contienda. Madryn, perdido por perdido, fue con rabia y tozudez.

A los 76′ la visita apeló a una nueva modificación, la cuarta en su equipo: Capellino reemplazó a Pérez, en una decisión más ofensiva. En el local, llegaron los tres cambios que le quedaban todos juntos: Díaz entró por José Méndez, Puntano ingresó en lugar de Alvaro Veliéz y Daher se ubicó en reemplazo de Bonnacorso.

Y con toda la confianza del mundo, Maipú fue a liquidarlo. A los 79′ lo tuvo Díaz, pero cortó el arquero de Madryn. A los 80′ Madryn encontró una situación en un pelotazo largo a Franco Niell, pero la salida rápida del arquero local, Matías Alasia, cortó la posibilidad.

Maipú se quedó con 10 futbolistas a los 82′ por la expulsión de Daher, tras una entrada violenta en una decisión justa del árbitro Pablo Echavarría, de muy buena actuación.

En Madryn hubo tiempo para la quinta y última variante en su formación; a los 86′ Rodrigo Bona ingresó en lugar de Peinipil. Y a los 90′ un tiro libre muy bien pateado por Michelena fue desviado por Alasia, en la última esperanza del equipo visitante, que tras ese grito ahogado empezó a pensar en la última carta que le queda, en otra final con San Telmo.

En una contra, Riera tuvo una ocasión a los 90+1′, pero su tiro salió desviado. Era una ocasión más que no aprovechó el “Cruzado”, pero que poco le importó. Enseguida terminó el partido y el ascenso estaba decretado. Deportivo Maipú se abrazó a la gloria y al regreso a la Primera Nacional, para hacer más famosa a la Provincia de Mendoza.

Hernán O’Donnell