Portugal tiene una estrella que lo ilumina. Radiante, con luz propia, con un brillo esplendoroso, más fuerte que cualquiera de los compañeros que forman una generación importante.
Más allá de una insólita rivalidad construida (desde afuera y adentro) con Leo Messi, es innegable que la estrella de Portugal es fuerte, luminosa y rutilante. Cristiano Ronaldo es LA figura de Portugal. Su principal arma, uno de los 2 (o tres) jugadores más famosos y determinantes de esta era.
A partir de él se construye un equipo. Pero es él, Cristiano Ronaldo, su principal actor.

Es indiscutible. Por potencia, habilidad y remate, Cristiano es un delantero gana-partidos. Esto quiere decir que es capaz de ganar por sí mismo, como Lionel Messi y algún otro.

Pero no está solo. Tiene un conjunto que lo acompaña y le ayuda bastante. Portugal tiene una estrella determinante, pero no se agota allí. En la defensa se destaca Pepe, por su personalidad y fortaleza. El zaguero del Real Madrid es uno de los más seguros del mundo. Bruno Alves es un buen complemento, y Fabio Coentrao es un destacado lateral.
Joao Moutinho aporta creatividad y solidez en la mita de la cancha y Nani es un delantero peligroso, hábil, con algunos destellos del propio Ronaldo. Habría que sumar a Postiga, o Hugo Almeida para entender que este seleccionado tiene un poderío ofensivo importante, donde se pudo ver en la repesca ante Suecia que Ronaldo es determinante, de hecho convirtió 4 goles en la serie, pero también cuenta con buenas compañías…
Es un equipo duro y complicado, que suele agrandarse ante rivales superiores. Y tiene herramientas para sentirse candidato. Un equipo que puede dejar una huella en la historia; una historia que tiene capítulos maravillosos escritos por Eusebio, Rui Costa, Luis Figo, Maniche, pero que todavía no alcanzó el sueño máximo.
Pero, atención, que hoy cuenta con una estrella determinante. Y Portugal sueña con que le ilumine el camino al éxito…
Hernán O’Donnell