Dogos XV facturó cada oportunidad y gritó Campeón del Super Rugby Américas 2024

Llegaba casi de punto. De visitante, con una caída reciente ante su contrincante, con el segundo puesto en la fase regular, y con la postergación de un día de la final, que coincidió con una jornada del torneo provincial. Pero Dogos XV hizo de las dificultades una oportunidad. Se comprometió con el juego, apeló a la fortaleza de los forwards, no cedió espacios, facturó cada penal que le concedieron, y le ganó por un amplio margen, de 21-37 al local, Pampas XV, que vivió una tarde descolorida, luego de un semestre muy bueno.

Crédito: Prensa UAR

El equipo porteño comenzó con Javier Corvalán, Ramiro Gurovich y Estanislao Carullo; Eliseo Fourcade y Marcelo Toledo; Manuel Bernstein, Nicolás D’Amorim y Joaquín Moro; Ignacio Inchauspe y Joaquín de la Vega Mendía; Jerónimo Ulloa, Justo Piccardo, Juan Pablo Castro y Santiago Pernas; Benjamín Elizalde.

La franquicia cordobesa formó con Boris Wenger, Tomás Bartolini, Octavio Filippa; Lautaro Simes y Franco Molina; Aitor Bildosola, Valentín cabral y Efraín Elías; Agustín Moyano y Julián Hernández; Felipe Mallía, Faustino Sánchez Valarolo, Leonardo Gea Salim y Lautaro Cipriani; Mateo Soler.

El partido comenzó cerrado, con ambos equipos dispuestos a asegurar la pelota, no cometer errores y a tratar de estar atentos para aprovechar alguna oportunidad. Todo en un ambiente que hervía, entre la gente que desbordó el Club Atlético San Isidro y, entre gritos y cantos, alentaba a cada uno de los equipos, aunque la gente de Dogos era más clara en el apoyo, en tanto el público porteño se acercó más a ver rugby, y en todo caso “hinchar” por los jugadores que representaban a su club, más que al equipo.

A los 4′ Julián Hernández abrió el marcador, con un penal que puso el partido 0-3. Enseguida igualó Joaquín De la Vega Mendía, y el partido quedaba 3-3, cuando iban 7′ de juego.

Dogos se apoyaba en un juego cerrado, con un pack fuerte y difícil de pasar. En un ataque sólido, el ala Aitor Bildosola llegó al try, convirtió Julián Hernández, y el match quedó 3-10 para Dogos XV a los 10′ del partido.

El roce y la intensidad dejaron el primer herido, y a los 15′ Facundo Cardozo entró por Aitor Bildosola, en el primer cambio del visitante.

Pampas fue por la igualdad, y la logró a los 16′ con un try de Javier Corvalán que convirtió el apertura De la Vega Mendía, y el match quedó 10-10.

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Cuando el apertura del local puso el 13-10 con un penal a los 23′, parecía que Pampas podía doblegar el partido. Dominaba el juego, contaba con un hombre más por una amonestación, pero Valentín Cabral interceptó una jugada de ataque de pampas, corrió desde su campo y apoyó en la bandera. Dogos lo daba vuelta; 13-15 a los 25′ de juego.

El penal de De la Vega Mendía, a los 32′, cerraba el primer tiempo por 16-15 para el local.

Dogos sumaba otra dificultad por el golpe que había recibido su medio apertura, Julián Hernández, quien, a los 38′, debió dejarle el lugar a Juan Bautista Baronio, que iba a tener un protagonismo estelar en la tarde de la gran final.

Para comenzar el segundo tiempo, Pedro Delgado entró por Octavio Filippa, en la tercera modificación de la visita. Y, de a poco, empezó a construir el triunfo.

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Porque la franquicia cordobesa se apoyó en la solidez de sus delanteros para avanzar, ganar cada pelota en disputa, y forzar a Pampas a acometer penales, que le dieron una seguidilla de puntos que dieron vuelta el partido.

A los 42′ Juan Bautista Baronio acertó un penal a los palos, y revirtió el marcador: 16-18. Después, volvió a marcar a los 48′, para poner el 16-21, y a los 52′ Baronio colocó el 16-24. El partido ya estaba bajo el dominio psicológico de Dogos XV. Porque de cada penal, Pampas salía con decisión a buscar sus puntos, pero la defensa de la visita era muy sólida, ganaba la pelota y volvía a atacar, y sumaba.

Facundo Sacaiano entró por Javier Corvalán, y Simón Benítez Cruz ingresó por Ignacio Inchauspe, en dos modificaciones de Pampas, a los 53′ de juego. En Dogos XV, el cuarto cambio se hizo a los 57′, con el ingreso de Agustín Segura por Faustino Sánchez Valarolo.

Erró un penal Baronio, a los 60′, y parecía que a Pampas le surgía una oportunidad. Dispuso de varios cambios. Ignacio Bottazini entró por Ramiro Gurovich, Javier Coronel reemplazó a Estanislao Carullo, y Rodrigo Fernández Criado entró en lugar Eliseo Fourcade. Un sacudón para el pack de forwards, más el ingreso de Bruno Heit por Juan Pablo Castro, unos minutos después.

Pero ya el control del juego era muy claro a favor de Dogos, más allá de los embates de Pampas. El penal de Baronio a los 66′, que puso el 16-27 fue el principio del fin. Ni que hablar el penal siguiente, cuando iban 68′, que dejó el encuentro 16-30.

Manuel Nogués ingresó en lugar de De la Vega Mendía, en un último intento de revertir la situación, a los 69′ de juego. Lo mismo que el ingreso de Santiago Montagner por Nicolás D’Amorim

En la visita, Agustín De Vertiz entró por Felipe Mallía.

Todo parecía resuelto, pero Dogos no salía de su libreto, y aún cuando jugaba con un hombre menos por la amonestación de Leonardo Gea Salim, a los 70′, con un avance constante de los delanteros forzó una serie de infracciones del local que derivaron en un try penal que alargó la distancia a 16-37, cuando iban 79′ de juego.

El try de Pampas, a los 80′, por intermedio de Scaiano solo sirvió para dejar el resultado en la historia por 23-37. Ya había sonado la campana y ahí mismo se desató la fiesta cordobesa.

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Fernet, bailanta y gritos invadieron San Isidro. Córdoba mudó su fiesta hasta las orillas del Río de la Plata.

Fue un triunfo justo, merecido, indiscutible. Puso el alma y el corazón. Se aferró a sus cualidades, pensó siempre, desde el banco se orientó en cada jugada y minuto a minuto. Facturó cada oportunidad y es un justo Campeón.

Hernán O’Donnell