La gira comenzó con una sonrisa

A los 4 minutos, y unos segundos más, el golazo de Ezequiel Lavezzi abrió (y cerró) el partido. Porque fue la apertura del marcador, el inicio del camino y porque dejó la sensación de que esta Bolivia, en crisis e improvisada, iba a tener muchas dificultades para remontar la cuesta. Porque es un equipo que se juntó para este partido, con un DT recién llegado y una crisis dirigencial importante.

Llegó la Argentina con un cabezazo de Aguero y un remate de Gaitán. Eran avisos de lo que vendría: el segundo gol, tras un preciso remate de “Kun” Aguero y el tercero, de Ezequiel Lavezzi. 3 a 0 y partido liquidado. Había sido un primer tiempo a pedir de la Argentina. Con Sergio Aguero como motor del equipo, acompañado por Pereyra, la movilidad de Lavezzi, las proyecciones de Mas y la velocidad de Gaitán, el conjunto de Martino no tuvo inconvenientes para desbordar al elenco de Julio Baldivieso,

El segundo tiempo arrancó con un grito: “Me-ssi, Me-ssi!!”, bajaba desde las tribunas. Todos querían ver al astro de Barcelona. Es que el partido había perdido interés. o emoción. Era un relato repetido: La Argentina que atacaba, abría la cancha y desbordaba con facilidad. Una película conocida. Creció Lamela. Creció Pereyra. Y se afirmó Casco. Bolivia insinuaba algo, a partir de la pujanza de Marcelo Martins, hábil y experto. Pero era apenas eso, una insinuación.

A los 13 del ST un arranque a toda velocidad de Lavezzi, por la banda derecha, derivó en un centro rasante que Aguero concretó en la red con un toque sutil. Pero todo eso ya estaba en segundo plano. La gente repetía su grito, pedido, ruego; “Me-ssi, Me-ssi” bajaba de las gradas con más fuerza, al unísono. Y Martino les dio el gusto.

A los 20 entró El Rey Messi; a los 21, un centro de Milton Casco al corazón del área, fue bien provechado por Leo, y de cabeza marcó el 5 a 0.

Y a los 29 llegó el sexto; Pase largo de Gonzalo Rodriguez, habilitación de Aguero y gambeta de Leo Messi al arquero para marcar el 6 a 0. Mucho de Argentina, casi nada de Bolivia.

Los cambios se sucedieron en los dos equipos; para destacar; el ingreso de Angel Correa, un crack con enorme presente y larguísimo futuro. Figura en el San Lorenzo Campeón de la Copa Libertadores de América 2014, llegó para quedarse. Ingresó a los 35 y a los 37 debutó en la red de Argentina: 7 a 0, en un partido que repartía sonrisas pero que había perdido su esencia y su sentido.

Fue una victoria previsible, categórica, contundente. Para cerrar la herida de la Copa América reciente y empezar a soñar el futuro.

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Hernán O’Donnell