La presencia intimida. El porte de sus jugadores, la prestancia, la magia que destila su juego y el aura que parece rodear a sus mejores hombres. El Real Madrid se presentó en el “Mundialito”, como en España llaman a la Copa Mundial de Clubes de la FIFA Japón 2016. Para ellos es un torneo internacional, pero que no alcanza la gran dimensión de una Champions League, por ejemplo, por lo tanto es un Mundial, pero pequeño. de ahí el diminutivo.
Está claro que lo toman con total seriedad, pero no los desvela ni le va la vida en él. Creen que hay que ganarlo, pero más como una obligación deportiva de acuerdo a su linaje, que a un objetivo soñado. No se desviven por obtenerlo. Van y cumplen con sus obligaciones profesionales.
Y así tomaron el partido de semifianles ante el América de México. Con su fútbol sobrio y desbordante. Dominaron y amenazaron durante la primera etapa, hast que sobre el cierre llegó el pase de Kroos a Benzemá, y el francés ingresó por izquierda y con un remate fuerte y cruzado, abrió el marcador. 1 a 0 para cerrar el primer tiempo.
En el complemento, Real Madrid mantuvo el mismo ritmo: tranquilo y seguro. Compartió la pelota con América, que siempre intentó jugar y progresar, pero una y otra vez chocó ante una muralla. Modric, Kroos y Casemiro eran los dueños del medio campo, y si lograban pasar, Varane, Carabajal y Marcelo se encargaban de diluir sus ilusiones. Sólo un centro de Michael Arroyo llevó un poco de peligro. Pero no hubo mucho más por parte de los mexicanos.
El equipo español sumó ataques a los que le faltaron la última punzada para definir el encuentro. Un remate de Ronaldo desviado por Paolo Goltz, un cabezazo fallido del portugués, algún centro controlado por el arquero Muñoz…No sobraba nada, pero la sensación dominante era que el marcador no se modificaría. Digamos, que el conjunto de México estaba lejos de la igualdad.
Y cuando llegaba el segundo tiempo a su fin, igual que en el primero, el Madrid marcó. Un pique de Cristiano Ronaldo por derecha, el remate cruzado y el 2 a 0 final.
Real Madrid está en la final del mundo. Como se esperaba. Con su dominio total, su impronta ganadora, su profesionalismo y su manejo del juego a voluntad.
Hernán O’Donnell