
Más allá de todas las especulaciones, el conjunto de Césare Prandelli se ganó el pasaje a cuartos de final de la EURO Polonia-Ucrania 2012.
Italia salió a jugar “su” partido. No tuvo dobleces ni especulaciones. Sabía que enfrente estaba el bravo conjunto irlandés, el mismo que les ha dado a varios un dolor de cabeza; la misma camiseta verde que sacudió una tarde de New York de 1994 para ganar por 1 a 0 y desatar una fiesta interminable de cerveza en la gran manzana.
La misma selección que salió a jugársela sin otro compromiso que el del honor deportivo. Conducida por un sabio entrenador italiano, Giussepe Trappattoni, peleó hasta donde pudo.
El orden irlandés y el aliento constante de su gente fueron las armas que pusieron para resistir a las fuerzas “azurri”. Pero la determinación italiana fue fundamental.
Insistió en ataque y pudo quebrar la presión irlandesa. Así lo entendió Prandelli: “Hemos sufrido en los primeros 20 minutos porque ellos nos han presionado mucho y no nos dejaron circular en el centro del campo. También había mucha tensión. Tal vez no esperábamos que nos presionaran tanto, pero al final hemos jugado buen fútbol cuando logramos organizarnos
. Estoy muy contento con nuestro partido”, señaló el entrenador italiano.
Y agregó: “Estoy muy contento por el equipo. Tengo la suerte de trabajar con unos chicos que tienen hambre a pesar de haber ganado títulos. Son los que dan espíritu de equipo.”
Ese espíritu se vio reflejado a lo largo de los 90 minutos. Italia no se conformó con la victoria apretada de 1 a 0, y encontró en Ballotelli el segundo tanto sobre el final.
Por eso pudo celebrar. Porque salió a jugar el partido con coraje y determinación. Porque no especuló ni se preocupó con el partido de españoles y croatas. Porque decidió depender de si mismo, en lugar de aguardar resultados de terceros.
Italia se ganó el pasaje a cuartos de final y sueña con más.
Hernán O’Donnell