Una noche de desencanto y frustración

Una gran desilusión, porque hablamos de uno de los partidos más trascendentes del fútbol internacional; el Superclásico de las Américas se vio frustrado por un inesperado corte de luz.

El planeta futbolero, tanto en el Estadio Centenario del Club Atlético Sarmiento, como millones ante las pantallas de TV no podían creer lo que veían: dos selecciones de primer nivel mundial, aguardaban entre penumbras la restauración de la luz para poder comenzar el partido.

Y lo hicieron por más de 40 minutos en el campo de juego; el árbitro chileno Ossés consultó a los capitanes; también los arqueros manifestaban su dificultad para poder hacer su trabajo.

20 minutos más de espera; y la suspensión definitiva anunciada por los altoparlantes cuando ya habían pasado las 23 hs…

Un desencanto, por lo que había generado este partido. incluso en otros ámbitos extradeportivos. Por todo lo que se había comentado en la previa. Porque sucedió en uno de los encuentros más reconocidos del planeta. Porque no se pudo completar la Copa…

Una lástima, por esa muchedumbre mansa y tranquila que fue a alentar a sus ídolos y aguardó de modo paciente todos los inconvenientes que se generaron. Porque en ningún momento mostraron la mínima inconducta. Porque sólo silbaron cuando se anunció la suspensión y luego se retiraron de manera pacífica y con suma tranquilidad.

Se había frustrado un gran sueño de ellos, pero aunque el espectáculo no pudo realizarse, dieron, ellos sí, los humildes hinchas de la selección, una muestra de civilidad y conducta, que fue lo mejor de la noche.

 

Hernán O’Donnell

(Enviado Especial a Resistencia, Chaco)