Sevilla, tan flamenca y elegante

Un equipo valiente, audaz y ambicioso. Una ciudad cálida, soñadora, hermosa. De la unión de ambos, una esperanza y una manera de entender la vida. Sevilla acunó su sueño, le dio forma al slogan “Europa sabrá de lo que somos capaces” y remó hasta llevarse el título de la Europa League, la vieja Copa UEFA.

Para eso debió luchar con un rival peligroso, que supo de grandes momentos de gloria y de estrellas que alumbraron el planeta fútbol. Benfica fue famoso en los ’60, cuando Eusebio, su más grande jugador, lo llevó a ala conquista del continente. Hablan, ahora, de una maldición que los persigue tras la destitución de un técnico que auguró que nunca más ganarían una copa en Europa. Pues bien, llevan 8 finales consecutivas perdidas, pero todos intuimos que en algun momento ese maleficio se cortará.

Para Sevilla las cosas no fueron fáciles. Consiguió la clasificación a la final de la Europa League 2014 con el último suspiro, con un gol ante Valencia que le daba el pasaje cuando restaban 10 segundos por jugarse y la suerte parecía sellada.

Sevilla VSin embargo, el equipo creyó, fue y enonctró el gol redentor en ese instante sublime. Y la final fue el cantar de todas las finales. Palmo a palmo, sin dar ni pedir tregua, a buscar el gol con ilusiones y a sufrir si lo atacaban. Buscó con coraje, con el juego de Rakitic y la potencia del colombiano Carlos Bacca. Pero sufrió más de lo que gozó, porque el rival siempre tuvo un poco más de lucidez ofensiva.

Benfica puso garra y corazón. No se entregó y buscó la lucha franca. y Atacó, aunque los dos centrales sevillistas, ambos argentinos, lucieron fantásticos. Federico Fazio, a esta altura un emblema del Sevilla, descartado de manera inexplicable para jugar el mundial, tuvo un gran partido junto a su compatriota, Nicolás Pareja.

Cuando llegó la tanda de penales, la gente miró hacia las gradas. Allí estaba Palop, el arquero que fue héroe en la consagración de 2007. Y Beto lo emuló como en aquella jornada de Glasgow. Atajó dos penales, uno a Cardozo y otro a Rodrigo, quizás adelantandosé más de lo aconsejable, sobre todo en el primero. Y para Sevilla convirtieron Bacca, M’Bia, Coke y Gameiro. Así ganó el Sevilla su tercera Liga Europa.

Sevilla VITurín vivió una noche mágica. Un partido a todo ritmo, con dos contendientes que pelearon con sus armas. Benfica un poco mejor en el desarrollo, con ideas más claras en la ofensiva y varias situaciones propicias para convertir. Sevilla con el corazón en la mano, con el esfuerzo de sus muchachos y la fascinación que despierta una ciudad muy bella, que hace un culto de la gracia y el humor, y que siempre se guarda una esperanza para vivir.

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Hernán O’Donnell