Costa Rica, la ilusión y la esperanza que despierta el trabajo de Gustavo Alfaro

Dentro de la realización de la CONMEBOL Copa América 2024, hay una competencia interna de los seleccionados de la CONCACAF. Una confederación que siempre estuvo a la sombra de la CONMEBOL, y por supuesto, de la UEFA, que se disputaron la hegemonía desde los tiempos inmemoriales del Fútbol. Pero Centro y Norte América juegan un torneo aparte, porque han crecido mucho en los últimos años y lo que era territorio dominado por México, con el tiempo se volvió muy disputado. Primero, Estados Unidos desafió su hegemonía. Luego, asomaron varios países de Centroamérica. Canadá creció al compás de Alphonso Davies y una buena generación. Panamá se metió en la discusión grande. Y Costa Rica, que siempre fue de lo más destacado, otra vez quiere ser noticia.

El empate con Brasil fue un “campanazo” de los más resonantes del torneo. Tal vez presionado por las críticas, olvidó su mejor receta, y desperdició una chance ante Colombia. Y, allí, casi se le esfumó la clasificación a la segunda ronda. Porque el partido ente Paraguay se le presentaba harto difícil. Debía ganar por una diferencia de más de tres goles, y aguardar que Brasil cayera ante Colombia también por tres tantos de distancia. Casi una utopía.

Costa Rica formó con Patrick Sequeira; Gerald Taylor, Jeyland Mitchell, Juan Pablo Vargas, Francisco Calvo Quesada, Joseph Mora; Orlando Galo, Jefferson Brenes; Warren Madrigal, Joel Campbell y Josimar Alcorcel.

Paraguay comenzó con Rodrigo Morínigo; Gustavo Velázquez, Fabián Balbuena, Omar Alderete, Néstor Giménez; Mathías Villasanti; Damián Bobadilla; Ramón Sosa, Julio Enciso, Miguel Almirón; Adam Bareiro.

A los 2′ Francisco Calvo convirtió de cabeza para poner el partido 1-0 a favor de Costa Rica. El Q2 Stadium rebosaba de alegría porque el gol abría el camino de la esperanza.

Ni que hablar cuando a los 6′ Josimar Alcorcel marcó el 2-0 con un remate potente y bien dirigido. Faltaba muy poquito para la ilusión. “Igual, nosotros queríamos ganar para regalarnos un triunfo, una alegría para la gente y para el pueblo. Más allá de la clasificación, que era muy difícil”, sostuvo Gustavo Alfaro al final del juego, en la Conferencia de Prensa posterior, donde explicó con sabiduría y sencillez todo el ciclo de su equipo, y el futuro que tiene por delante. Un trabajo maravilloso de un entrenador, capaz, luchador, inteligente y apasionado.

Se sostuvo Costa Rica con una línea de tres centrales, a los que se sumaban los laterales para hacerse más fuertes y cerrados. Paraguay dependió de Julio Enciso, quien remató a los 22′ y el arquero Sequeira desvió el tiro.

Pero había tenido poca compañía en la primera parte. Errático Bareiro, confuso Almirón, endeble en defensa, el equipo guaraní necesitaba cambios.

Por eso Daniel Garnero dispuso dos variantes para arrancar el complemento. Ángel Romero entró por Bareiro, y Hernesto Caballero reemplazó a Miguel Almirón.

Mejoró el equipo, y volcó el juego hacia el campo de Costa Rica. Descontó Ramón Sosa con estupendo remate, y con el 2-1, Paraguay se entusiasmó.

A los 56′ probó Enciso d lejos, y a los 60′ un disparo de Ramón Sosa fue sacado por el arquero al corner. Y un cabezazo de balbuena, a los 63′, también fue controlado por Sequeira.

Gustavo Alfaro entendió que había que reforzar el centro de la cancha, porque Paraguay insistía en atacar por el medio. A los 67′ hizo dos cambios: Brandon Aguilera entró por Joel Campbell, y Álvaro Zamora ingresó por J. Alcocer.

A los 73′ Garnero hizo la tercera y cuarta variantes de su equipo: Iván Ramírez entró por Gustavo Velázquez, y Romero Gamarra reemplazó a Mathías Villasanti.

Retrucó Alfaro con dos modificaciones, a los 77′. Alejandro Bran ingresó por J. Brenes, y Anthony Contreras entró en lugar de Madrigal.

Paraguay intentó apretar al final, y Costa Rica se ordenó en su campo. A los 82′ Derlis González reemplazó a Damián Bobadilla, en Paraguay, y Julio Cascante entró por Joseph Mora, en el equipo centroamericano.

Celebró Costa Rica. Hizo una enorme Copa América. Complicó a Brasil, coqueteó con la clasificación, golpeó a Paraguay. Se fue henchida de orgullo, de la mano de la enorme sabiduría y la experiencia de Gustavo Alfaro, un entrenador que mantiene una extraordinaria vigencia.

Hernán O’Donnell

(Enviado Especial a Austin, Texas, USA)