Fue un partido caliente, que empezó a jugarse varios días antes en las voces de la calle, las redes sociales, y las chicanas, en algunos casos, fuera de lo que corresponde por lo que representan ciertos actores sociales. Se calentó antes y tomó calor al comienzo, pero por fortuna, el juego fue por los carriles normales y en ese camino Estudiantes logró un triunfo por 0-1, producto de un juego audaz en el primer tiempo, y una defensa cerrada en el complemento.
El local formó con Jorge Broun; Enzo Giménez, Ignacio Ovando, Juan Cruz Komar y Agustín Sández: Federico Navarro, Tomás O’Connor, Gaspar Duarte; Ángel Di María y Jaminton Campaz; Alejo Veliz
El equipo de La Plata alineó a Fernando Muslera; Román Gómez, Leandro González Pirez, Santiago Núñez y Santiago Arzamendia; Lucas Piovi, Mikel Amondarain; Tiago Palacios, Cristian Medina y Edwin Cetré; Facundo Farías.

El encuentro tomó temperatura desde antes del inicio, cuando una circular de la AFA le indicaba a los jugadores de la visita que debían hacerle un “pasillo” de recepción a los futbolistas locales al salir al campo de juego, en reconocimiento al título de campeón que de modo imprevisto le otorgó la entidad rectora al local. Dicho gesto se hace como gentileza, no es reglamentario, y se estila en diversas partes del mundo, no siempre en una línea continua. Es un gesto voluntario, no reglamentario. Al verse obligados a efectuarlo, los jugadores visitantes le dieron la espalda a la salida de los locales. Una incomodidad para todos, que podría haberse evitado si los jugadores locales hubieran invitado a sus rivales a salir todos juntos, sin hacer un acto especial. Faltó madurez y humildad, pues era evidente que esa disposición fue más hecha para molestar al club visitante que al local, y al final, el que quedó desairado fue el local.
Con ese clima y la explosión de bronca en las tribunas, se jugó un primer tiempo intenso, con una ida y vuelta fuerte, en el que Central llegó con claridad a los 28′, en una entrada de Sández que Muslera tapó con una salida rápida.
De respuesta, Estudiantes abrió el marcador con un golazo de Edwin Cetré, a los 30′, que puso el 0-1 con un remate cruzado.
Contestó Central con un tiro libre de Di María que pegó en el poste derecho, cuando iban 32′, y a los 37′ una enorme jugada de Tiago Palacios y Cristian Medina, se cerró con un disparo de Facundo Farías, apenas alto.

En el segundo tiempo el juego se hizo favorable al local. Central tomó el balón, adelantó líneas y volcó el desarrollo en el campo visitante. Estudiantes retrocedió unos metros, y debió hacer rápido dos variantes. a los 60′ se lesionó Núñez, y fue reemplazado por Rodríguez. Más tarde, cuando iban 65′, Lucas Alario ingresó en lugar de Facundo Farías.
Central, con más ímpetu que ideas, fue al frente. Pero empezó a chocar con la defensa “Pincharrata”. Cuando iban 68′ Ariel Holan efectuó tres modificaciones. Cantizano entró por Jaminton Campaz; Ibarra entró por O’Connor, y Maxi Lovera reemplazó a Duarte.
En la visita, Eduardo Domínguez indicó tres variantes a los 70′. Benedetti reemplazó a Tiago Palacios; Alexis Castro ingresó por Ezequiel Piovi, y Tobio Burgos entró por Edwuin Cetré.
Y con inercia, Central, fue. Acompañado por un murmullo que luego se transformó en un mensaje exigente, el ya célebre “movete, canalla, movete”, que le cabe a cualquier equipo.

A los 77′ Enzo Copetti reemplazó a Navarro. Cuando iban 90+1′ Véliz estrelló un cabezazo en el travesaño, mientras que en la jugada posterior fue expulsado Amondarain en Estudiantes.
Central tuvo la última cuando iban 90+6′, con un tiro de Lovera que pasó muy cerca del poste izquierdo de Muslera. No pudo ser.
Estudiantes se aferró a su defensa y a su espíritu de lucha. Puso alma, dignidad y corazón, venció al favorito en su casa, y dio el gran golpe en el campeonato.

Hernán O’Donnell