Era la noche de Ribery, pero Alexis Sánchez, al final, iluminó al Inter

Un partidazo, de principio a fin. Con todo lo que propone la Serie “A”, un Calcio renovado que cada vez capta mayor cantidad de gente y adherentes alrededor del mundo. Fútbol en su máximo esplendor, y el gusto de ver a un Inter-Fiorentina pleno de goles, llegadas y suspenso.

El equipo visitante arrancó con un gol a poco de comenzar. Kouamé captó un pelotazo largo de Biraghi, combinó con Bonaventura y marcó el 0-1 cuando sólo se jugaban 3′ del encuentro.

Era un arranque fuerte de una Fiorentina que al compás del francés Franck Ribery metía contraataques como estiletazos y así tuvo otra chance a los 16′ cuando otra contra manejada por el ex Bayern Münich derivó en un pase largo a Kouamé y Handanovic, el arquero local, le ahogó el grito.

Inter trató de empujar a su rival hacia su área, pero fue más por tozudez que por ideas. Young y Perisic por los costados, Lautaro Martínez y Lukaku por el centro del ataque, Eriksen detrás, al final del primer tiempo llegó a la igualdad, con el gol de Lautaro Martínez a los 45+1′ del primer período.

A poco de empezar el complemento, llegó una lluvia de goles. Primero fue Lautaro Martínez quien guapeó un balón dentro del área visitante, ganó en el cuerpo a cuerpo a Milenkovic, y remató al arco, pero el balón se desvió en Ceccherini y a los 51′ el local quedó 2 a 1 arriba.

Entonces empezó el show de Ribery. Primero para armar una jugada por izquierda, esperar la llegada de Castrovilli y dejarle el balón servido para su entrada para que pudiera definir y marcar el 2-2 a los 57′ de juego.

A los 63′ largó un pelotazo distante para el pique de Chiesa, quien entró por derecha y marcó el 2-3 para la Fiorentina en un partido que estaba encendido y el fuego lo ponía el extremo francés.

Inter pareció golpeado y Conte apeló a todo lo que tenía en el banco. Primero, a los 63′ S. Sensi entró por C. Eriksen y el lateral A. Hakimi, llegado de Borussia Dortmund, por A. Young; después, a los 74′ R. Nainggolan ingresó por N. Barella y el chileno Arturo Vidal por M. Brozovic. Y por si ya no quedaran más cartas en la manga, unos minutos después entró el hombre que encontraría la luz para revertir la noche que se presentaba oscura para el equipo de Milano. Alexis Sánchez entró por Ivan Perisic a los 77′, para ubicarse detrás de los delanteros, Martínez y Lukaku, y armar la recuperación.

Pero hubo antes un par de escenas de Ribery. A los 80′ entró al área en una buena jugada individual y dejó solo a Vlahovic, quien había ingresado por Kouamé, pero su remate fue desviado. Ribery dejó su lugar a los 83′, reemplazado por Cutrone y allí entró en escena el chileno Sánchez.

A los 86′ puso un pase bombeado y preciso para Hakimi, un excelente lateral, que de primera habilitó a Lukaku para que el belga pueda definir con comodidad en su entrada libre y solitaria para igualar 3 a 3.

Todavía hervía el campo por el gol agónico del empate, cuando Sensi jugó rápido un tiro de esquina, le cedió corto el balón a Sánchez y Alexis sacó un centro exacto para la cabeza de D’Ambrosio, quien marcó el 4 a 3 a los 88′ de juego.

En la agonía, Inter encontró una victoria increíble, porque parecía muy difícil de revertir el resultado, en tanto Fiorentina había hallado los caminos del gol a partir del trabajo brillante de Ribery. Pero Alexis Sánchez se iluminó, encontró su posición en el campo, y señaló el sendero exacto para que Inter revirtiera el marcador y se abrazara a la victoria.

Hernán O’Donnell

Newell’s y Unión, un agradable empate en el fútbol tan añorado

Acostumbrados como estamos a ver el fútbol de Europa, con una acentuación mayor en estos meses por la ausencia total del fútbol argentino, la primera impresión del amistoso que trajo el fútbol argentino con el encuentro entre Newell’s y Unión, fue la forma más lenta de jugar y la falta de ritmo. Lógica y esperable estas dos características; sabíamos que no íbamos a ver un partido de competencia, de esos que crecen en intensidad cuando los puntos están en juego. La menor velocidad es ya característica en nuestro fútbol, en tanto la falta de ritmo puede ser consecuencia de la larga cuarentena que tuvieron los planteles locales. Sí hubo buenas intenciones, respeto por el balón y el principio de las ideas de sus entrenadores.

Unión lució mejor en el inicio del primer tiempo que duró treinta y cinco minutos. El equipo visitante se plantó arriba, con la intención de apretar a Newell’s y muy pronto sacó una ventaja; iban 2′ cuando llegó el centro de la derecha, el remate de Marquez a la izquierda y la aparición de Cañete para marcar ante la estirada desesperada de Alan Aguerre y poner a Unión arriba 0-1.

Newell’s salió después de los diez minutos, con la conducción de Maximiliano Rodríguez. Primero con un remate fuerte de Nadalin a los 10′; después, con una buena habilitación de Maxi para Alexis Rodríguez, y su disparo dio en el poste, a los 12′ de juego. El local empezaba a llegar, aunque se veía mejor a Unión. Con una idea más profunda del juego, con tres hombres arriba que apretaban la salida de la defensa local. Así, cuando Fontanini y Gentiletti intentaban el primer pase, ya estaban listos Cabrera, Márquez y Troyansky listos para presionar. Mejor impresión dejó la visita en ese compacto primer período.

En el inicio del segundo, a los 5′ Unión tuvo otra chance con un pase filtrado y la aparición de Cabrera y su disparo dió en el palo izquierdo de Aguerre.

Newell’s sintió el golpe y salió un poco más arriba. Propuso más juego, más ataque. Y llegó al empate a los 55′ (20′ del segundo tiempo) tras un penal que cometió Vera sobre Castro. Ignacio Scocco se hizo cargo y marcó el 1 a 1 con un remate fuerte y bien colocado a la derecha del arquero visitante Moyano quien se tiró bien, pero su estirada no fue suficiente para llegar a un balón muy bien ejecutado.

El partido continuó con el mismo ritmo; dos equipos de pretemporada con su primer amistoso en las espaldas era muy difícil que pudieran acelerar; y menos con el correr de los minutos, donde comenzaron a aparecer los primeros síntomas de cansancio.

El segundo tiempo fue más compacto aún, pues los entrenadores Frank Kudelka del local y Juan Manuel Azconzábal de Unión, acordaron jugar treinta minutos en el complemento. Y el final lo encontró un poco más adelantado a Newell’s, con la intención de torcer el empate. No hubiera sido justo, pues Unión fue mejor en el comienzo e incluso dejó una impresión más acabada de su intención y estilo de juego.

Para empezar, un empate agradable, en el fútbol argentino que tanto se lo extraña.

Hernán O’Donnell