Como siempre sucede en todos los Mundiales, Argentina atrae. No importa la categoría, si se juega un Mundial de Fútbol, la Albiceleste es un imán para el público del fútbol. Desde el más avezado conocedor y seguidor de este deporte, hasta las nuevas legiones de fans que se han acercado más por la repercusión que tiene, la moda que ha generado este deporte, más que por las propias raíces e identidades que el futbolero tradicional ha elaborado. El fútbol que conocimos, y amamos, dejó de ser un espectáculo que despertaba pasión por el juego mismo. Ahora, domina el querer pertenecer a un “mundo” de glamour y pretensiones, más vinculadas a una cultura narcisista que de amor a un deporte. Y a la Argentina la quieren ver todos. Los futboleros tradicionales, y los nuevos pretendientes del mundo. Así es como se vive hoy este bendito juego, en una buena parte de quienes van a la cancha. Más a mostrarse, ser vistos, que sepan que estuvieron allí, que a ver el fútbol.
En este contexto, la Argentina es una atracción de las mayores. Algunos, por admiración a su fútbol. Otros, para verla perder. Y muchos, porque es garantía de estar en un espectáculo muy visto, como en este partido frente a Australia.

El equipo argentino formó con Santino Barbi; Dyla Gorosito, Tobías Ramírez, Valente Pierani, Julio Soler; Valentino Acuña, Milton Delgado, Tomás Pérez, Álvaro Montoro; Maher Carrizo y Alejo Sarco.
El equipo de Oceanía arrancó con Steven Hall; Daniel Bennie, Sebastian espósito, Panagiotis Kikianis, James Overy; Paul Okon-Engstler, Alexander Badolato, Rhys Youlley, Tiago Quintal, Jaylan Pearman; Musa Toure.
A los 2′ Argentina abrió el marcador con un gol de Alejo Sarco, tras una gran jugada y definición, que puso el encuentro 1-0.
A partir de allí, la Albiceleste se hizo dueña del balón. Lo manejó con mucho criterio, a partir de la salida limpia de Tomás Pérez desde el fondo, en una posición de central en línea de tres, con Valente Pierani a suderecha, y Tobías Ramírez, a la izquierda. Más adelantados los laterales, Dylan Gorosito por derecha y Julio Soler por izquierda, mientras en el medio se ubicaban Valentino Acuña y Milton Delgado, para conformar entonces una línea de cuatro, por delante de los centrales. Álvaro Montoro flotaba volcado hacia la izquierda, y por momentos al medio, y por la derecha Maher Carrizo acompañaban el ataque de Alejo Sarco.
Un tiro libre de Carrizo, a los 17′, fue sacado por el arquero australiano al corner. Y Argentina era más, hasta que se confió en una salida, Maher Carrizo jugó una pelota hacia atrás, Ramírez sufrió una falta en la disputa por el balón, pero el juez dejó seguir y Tiago Quintal convirtió de emboquillada. El VAR advirtió que había falta previa y no convalidó el tanto, lo que dejó el partido 1-0 para la Argentina.
Eso significó también un alerta para la Selección, que volvió a meterse en el partido, apretó más y a los 44′ Tomás Pérez llegó al gol, para cerrar el primer tiempo 2-0 para la Argentina.

En el segundo tiempo, a los 46′ una pared entre Montoro y Julio soler terminó en un tiro del volante ofensivo, que se fue muy cerca. Era un aviso de que Argentina seguía su camino.
Australia hizo dos cambios a los 53′. Joshua Inserra entró por Rhys Youlley, y Luka Jovanovic reemplazó a Tiago Quintal. Más tarde, como la cosa no mejoraba, Louis Agosti entró en lugar de Alexander Badolato, cuando iban 65′.
Pero era más la Albiceleste, y a los 66′ Montoro estrelló un tiro en el travesaño. Hasta que a los 67′ un pelotazo largo de los oceánicos no pudo ser controlado por Barbi, Daniel Bennie se llevó la pelota y puso el descuento de Australia. Ahora el partido quedaba 2-1.
Argentina sostuvo su permanente dominio, pero empezaba a necesitar un cambio de aire, y acelerar para volver a marcar. A los ’80, Diego Placente hizo tres cambios. Tobías Andrada entró por Valentino Acuña; Ian Subiabre reemplazó a Álvaro Montoro, y Gianluca Prestianni ingresó por Maher Carrizo. Y enseguida hizo la cuarta modificación: Juan Villalba reemplazó a Julio Soler, a los 83′ de juego.
Cuando iban 86′ Max Caputo entró por Jaylan Pearman, en Australia, y ahi se vino una catarata de emociones.
A los 89′ Gianluca Prestianni hizo una gran jugada, cuyo tiro pasó muy cerca. Cuando iban 90′, se produjo el último cambio en Argentina. Santino Andino reemplazó a Alejo Sarco. Y la Argentina desató la fiesta.
A los 90+2′, Milton Delgado hizo una excelente jugada por izquierda, cedió el centro a Ian Subiabre, quien puso el 3-1 para la Argentina.
Y cuando iban 90+4′, Santino Andino metió un tremendo remate al ángulo, que puso el 4-1 para la Argentina.
Fue una noche especial, plena y con una buena eficacia. Argentina dominó de principio a fin, y empezó a dejar su huella en esta Copa Mundial Sub 20 de la FIFA-Chile 2025, con paso firme y un andar que despierta admiración, como siempre, en propios y extraños.

Hernán O’Donnell
(Enviado Especial a Valparaíso, Chile)