En tiempos de pandemia, la pelota rueda en Nicaragua

En medio de esta enorme crisis mundial, esta parálisis que provoco el virus COVID-19, donde el mundo se detuvo y el deporte ha dejado sus actividades para un momento futuro que aún no se sabe cuando será en fecha cierta, en Nicaragua, igual que en otros muy pocos países del mundo, el balón aún rueda.

La Liga Primera, tal como se denomina a la Primera División del fútbol de dicho país centroamericano, se juega a puertas cerradas, con equipos que no están de acuerdo con su continuidad, y el temor que ronda en cada uno de sus protagonistas.

La Asociación Nicaragüense de Clubes de Fútbol (ANCF) emitió el pasado 20 de marzo un comunicado que respalda la continuidad y aún se sostiene en él para mantener el desarrollo del torneo.

Entre los puntos más destacados, afirman estar en sesión permanente y en segundo lugar, mantener los encuentros a puertas cerradas.

En tercer lugar, implementar en los estadios las máximas medidas sanitarias de seguridad, en cuarto término expresan su intención de desarrollar un plan de prevención y cuidad de la salud de los protagonistas, y finaliza con el quinto punto que analiza la creación de un plan de contención a los futbolistas extranjeros de acuerdo a sus necesidades.

Pero la situación es compleja, pues los jugadores, sobre todo los extranjeros, han manifestado su preocupación por tener que competir en este torneo cuando el mundo tiende a aislarse para protegerse de la pandemia.

El Campeonato Nacional de la Primera Liga nicaragüense lo juegan 10 equipos, dividido en dos Torneos: Apertura y Clausura.

El Apertura constó de partidos de ida y vuelta, más una pequeña liguilla que determinó clasificados para los play off, con lo que se jugaron 23 fechas. Empezó en Agosto de 2019 y finalizó en Diciembre del año pasado. Lo ganó Managua FC.

El Clausura tuvo el mismo formato y la misma cantidad de fechas: dos ruedas a ida y vuelta, 18 jornadas, más play off que totalizaron 23 fechas. Quedan consagrados un Campeón Nacional de Apertura y un Campeón Nacional de Clausura que se clasifican para la Liga CONCACAF.

Hay dos descensos, uno de ellos consumado este último fin de semana con la caída de Las Sabanas, que perdió la primera categoría.

Pero más allá de la organización y el interés que siempre genera una liga profesional de fútbol, aún repercute la controversia que genera este campeonato. Visto desde afuera, nos metemos en la TV, estudiamos y analizamos su formato y nos disponemos a ver el campeonato a través de su página de Facebook. Y el interés de los amantes de este bendito deporte se manifiesta en hechos como las ofertas de algunas cadenas europeas por transmitir sus partidos.

Pero los protagonistas dejan ver sus preocupaciones. Fue famosa la foto del equipo de Diriangén, con mascarillas y barbijos al posar en la clásica fotografía previa a los partidos; fue la manera que encontraron los jugadores de hacer ver su descontento. Es que las cifras oficiales de contagiados y víctimas en Nicaragua son muy bajas con respecto al resto de Centroamérica y muchos creen que no se corresponden con la realidad.

Pero sus voces no han sido escuchadas. Hay 2 argentinos que actúan en la liga nicaragüense: Leandro Figueroa, que juega en Walter Ferretti y Luis Acuña, de Real Estelí, mientras que Tomás Buenrostro juega en Mina El Limón, y Miguel Ángel Pucharella lo hace en H&H Export Sebaco, estos dos últimos en la categoría de ascenso.

El fútbol sigue en Nicaragua. La pelota no se ha detenido, y el miércoles seguirá la programación con los partidos de repechaje.

Ha habido alguna protesta, varias manifestaciones, pero todo continuó. Es la pelota que rueda en un mundo que entró en un largo paréntesis.


Hernán O’Donnell