Liverpool despejó las dudas y acaricia la corona

Volvió el fútbol en Europa hace ya unas semanas, sin embargo, aún no se había visto al campeón del mundo o ,al menos, a lo que nos acostumbró en los últimos años. Esta vez, de local y con la oportunidad de ponerle toda la presión al Manchester City, el equipo de Jürgen Klopp no se hizo rogar y descargó con goles y buen fútbol sobre el Crystal Palace.

El conjunto de los suburbios de Londres fue el ultimo equipo en llevarse 3 puntos de Anfield, pero lejos quedó ese batacazo en Abril de 2017. Este no es aquél Liverpool, este año los “Reds” tienen en claro su objetivo y están a un paso o a un traspié del Manchester City de coronarse. Klopp puso a todos sus titulares y estos no defraudaron.

El inicio del partido, dictó una tendencia que perduraría todo el partido, y si aún quedaban chances para el “Palace” estas se esfumaron tras la lesión de Wilfried Zaha. Liverpool llegaba y llegaba ante un rival que no encontraba salida de su agobio y que su única opción era un pelotazo a Ayew quien fue neutralizado por Joe Gomez. Solo quedaba sentarse, disfrutar y esperar por el gol del Liverpool. A los 22 minutos, este llegó tras una curva fenomenal de un tiro libre ejecutado por Trent Alexander-Arnold, que quitó toda la esperanza a Hennessey. Un verdadero golazo para decretar un rumbo que no se alteraría. El equipo local siguió atacando y sabía por donde golpear, colocaba a sus temibles delanteros por las bandas y dejaba el medio del campo lleno de espacios para explotar. Así corrieron otros 20 minutos del primer tiempo, hasta que Fabinho pinchó el balón perfecto en el pecho de Salah, quién no perdono y definió de manera ortodoxa ante la salida del guarda meta rival. 2 a 0 a los 43′.

Ambos se fueron al descanso y en la visita se veían jugadores cabizbajos , como aceptando que esta vez los “Reds” no tendrían piedad. Dicho y hecho, el segundo tiempo retomó con dominio total del Liverpool y se notó la incomodidad de los defensores del Palace que miraban despistados los avances de Salah, Mané, Robertson y Alexander-Arnold. A los 54´, McCarthy recibió incomodo e inició una carrera contra su propio arco, Henderson,Firmino y Salah lo persiguieron y le robaron el balón, como perros de cacería que olfatean el temor y se relamen sabiendo que otro gol acecha. Sin embargo, la otra virtud del ataque del Liverpool es la paciencia y saber cual es el mejor camino al arco rival, entonces tocaron hasta que Fabinho tuvo la pelota, solo le bastó una mirada al arco para desenfundar un misil tele dirigido para el 3-0 parcial. Un gol muy similar al que Fabinho le anotó al equipo de Guardiola, en esta misma temporada.

Solo faltaba una conexión entre el trío mas explosivo de Europa, para así coronar el partido perfecto, finalmente llegó a los 68′; Mané recuperó y cedió para Firmino, el brasileño entregó rápido para Mohamed Salah quién a un toque y con su pierna inhábil asistió en profundidad para quién inició la jugada y se sumó a la lista de goleadores, Sadio Mané, quién colocó el esférico junto a un palo. Un gol para repasar una y mil veces, poesía en movimiento para cerrar una tarde/noche soñada. Klopp tuvo tiempo para premiar a jugadores como Neco Williams y Harvey Elliott, quienes mostraron cualidades e ilusionan a los hinchas con más temporadas como esta.

El palacio de cristal se derrumbó en la fortaleza Anfield y los dirigidos por Klopp, están cada vez mas cerca de terminar una sequía de 30 años y alzarse por primera vez con la Premier League.


Federico O’Donnell

De la mano de Gattuso, Nápoli avanza en la búsqueda de llegar a las Copas de Europa

Perdió terreno y dejó pasar el lugar que tenía en los últimos años, cuando discutía con Juventus por el Scudetto, cuando merodeaba por el segundo lugar, o cuando era una amenaza para cualquiera en un cruce por la Champions.

Hoy Nápoli ha resbalado en las posiciones y ya no pelea por el primer lugar, aunque se mantiene expectante y busca alcanzar un lugar en una de las dos Copas de Europa del año que viene. La tarea no es sencilla, porque si bien tiene la última plaza para arribar a la Europa League, lo acechan varios conjuntos y está lejos del Atalanta, que en la cuarta posición mantiene el último boleto para la Champions. Pero hay que sumar de modo permanente para arribar al último vagón y en esa suma, quien le dice, todo puede suceder.

El primer tiempo fue equilibrado. Arrancó el local con mucha presión arriba, intentó jugar el partido en el área de Nápoli pero, de a poco el visitante empezó a afirmarse en el terreno, a manejar el balón y a sumar llegadas. Zielinsky fue el eje conductor, Allan el acompañante y el peligro se traducía en la potencia de los delanteros, Politano, Milik e Insigne.

Para Verona el encuentro se tornó cerrado y dispuso de una chance a los 30′, cuando el remate de Lazovic fue conjurado por Ospina. A propósito, el equipo del Sur siempre se vio respaldado por el arquero colombiano y el zaguero Koulibaly, de los más destacados del mundo.

A los 37′ llegó la apertura del marcador; corner desde la derecha de Politano y el cabezazo limpio de Milik, cruzado, derrotó a Silvestri y Nápoli se adelantó 0-1.

El gol despertó al local, que se sacudió el polvo y fue arriba. Así sumó llegadas, por la dinámica del medio juego y la permanente preocupación que generaba Di Carmine. Y con esa imagen, de un partido que prometía más para la segunda etapa, se cerró el primer tiempo.

En el segundo tiempo el Nápoli tuvo una oportunidad clara apenas comenzó la etapa. Iban apenas segundos, y Allan tuvo un remate cerca que pudo aumentar el marcador para el visitante. Después, Hellas Verona adelantó líneas, fue por la igualdad, pero siempre chocó con la red que la preparó el equipo dirigido por Gennaro Gattuso. La mejor llegada fue a los 60′ cuando tras un centro Faraoni logró convertir, pero la jugada quedó invalidada por la intervención del VAR que advirtió una mano previa del jugador local que tiró el centro.

Enseguida llegaron las ventanas de los cambios, con todo lo que eso conlleva. Demoras, interrupciones y disminución de ritmo de partido.

Primero movió el banco Gattuso: a los 66′ Fabián Ruiz entró por Allan y F. Ghoulam por E. Hysaj. Y a los 68′ hubo otra posibilidad para el local con un tiro de Rrahmani que se desvió en una pierna, pero Ospina controló con seguridad.

Enseguida llegaron los cambios locales. Iban 69′ y G. Pazzini entró por S.Di Carmine y E. Salcedo reemplazó a M. Zaccagni.

Así el partido empezaba a perder intensidad, aunque el visitante mostraba más aplomo y manejo de la situación. Verona se desinflaba en tanto Nápoli lucía cómodo en el desarrollo.

A los 71′ dos variantes más en el conjunto visitante: D. Mertens por A. Milik y S. Lobotka ingresó por D. Demme para refrescar a los del Sur. En tanto, los locales modificaban el medio con el cambio a los 76′ de M. Pessina por V. Verre.

Nápoli tuvo una buena contra a los 80′, tras una maniobra combinada por izquierda, el arranque de Lorenzo Insigne por ese lateral, la corrida rápida, el enganche en el área y el remate que se fue alto. Una buen chance perdida, mientras el local agregaba más delanteros a los 83′ cuando M. Stepinski reemplazó a S. Amrabat; mientras que en la visita el mexicano Lozano entraba por Politano. Y algo iba a pasar…

A los 88′ Insigne se fue solo de contragolpe y el arquero Silvestri desvió su remate al corner; de ese tiro de esquina vino un centro cerrado, y apareció Lozano para convertir de cabeza en el borde del arco. 0-2 a los 89′ para la visita y partido liquidado aún cuando se le agregaron 6′ de juego al tiempo reglamentario.

Nápoli ganó bien; tuvo una chance a los 90+1′ cuando Lozano llegó solo al área rival y su tiro salió apenas desviado. Fue el cierre de una victoria lógica del equipo que se mantuvo en la discusión en los últimos años, perdió la brújula esta temporada pero con Gatusso tiene la esperanza de ser otra vez un animador permanente.


Hernán O’Donnell