El inicio fue demoledor. Empoli aceleró desde el comienzo, le faltó el respeto a Lazio y en pocos minutos sacó una ventaja de dos goles. No le importó tener a un grande enfrente, ni se amedrentó por jugar en el mítico Estadio Olímpico de Roma. Aceleró apenas sonó el silbato inicial, se apoyó en el trabajo de Henderson, Ricci y Zurkowski en la mitad de la cancha y encontró espacios para lastimar. Primero, a los 6′ con un tiro penal, tras la falta del arquero local Strakosha a Di Francesco, y Bajrami puso el 0-1; luego, enseguida, con un desborde por la derecha de Stojanovic, el remate de Bajrami, el intento de Di Francesco, y la aparición libre de Zurkowski para señalar el 0-2 a favor de Empoli a los 8′ de juego.

Una ráfaga de ataques y daños por parte de la visita que provocó la reacción anímica del equipo romano. Lazio sintió el orgullo herido y fue al ataque. Con la habilidad de Luis Alberto, la pujanza de Pedro, de Immobile, de Felipe Anderson, el local volcó el juego hacia el arco de Vicario, el arquero visitante.
Con triangulaciones por las bandas, Lazio empezó a llegar. Y en uno de esos ataques, a los 13′, llegó el centro desde la izquierda y Ciro Immobile metió un formidable cabezazo que desorientó a Vicario y entró junto a su palo izquierdo para descontar y dejar el encuentro 1-2.

Después llegaron algunas lesiones que modificaron los esquemas; primero en el local, a los 24′ Patric debió ingresar por el zaguero F. Acerbi. A los 28′ tuvo una contra magnífica el equipo local, pero no la pudo aprovechar, pues tras una buena serie de combinaciones, el remate final de Felipe Anderson pegó en el travesaño y se fue desviado.
A los 30′ volvió a llegar el local, con un cabezazo de Luis Alberto que Luperto salvó sobre la línea. Luego fue el cambio de la visita; Marchizza entró, a los 32′, por el lesionado Parisi.
Lazio se sentía obligado y entusiasmado a la vez para llegar a la igualdada. A los 39′ volvió a tener una chance cuando Pedro sacó un disparo fuerte que pasó apenas arriba del travesaño, en otra chance desaprovechada por el local.

Para el segundo tiempo, la visita presentó una variante: F. Bandinelli ingresó en lugar de S. Zurkowski.
Lazio respondió con un ataque sostenido y dos modificaciones, a los 58′ de juego: L. Leiva reemplazó a D. Cataldi, mientras que M. Zaccagni ingresó en lugar del español Pedro. Era más profundo el local y Empoli acomodó la lucha en el centro del campo; a los 62′ L. Stulac, volante de recuperación, ingresó por el creativo N. Bajrami.
Era un partidazo y los goles caían como las uvas maduras de una parra. A los 65′ Milinkovic puso el 2 a 2 para Lazio, que remontaba una desventaja de dos goles. Pero enseguida habría más novedades.
Empoli iba a presentar dos nuevas modificaciones a los 72′: A. Pinamonti entró en lugar de A.La Mantia, y M. Viti ingresó por S. Ricci; y los cambios le iban a dar resultado, porque a los 74′ Riccardo Marchizza se fue por izquierda en una gran jugada individual, lanzó un centro bien medido al corazón del área chica y Di Francesco, con un toque seguro, puso el 2-3 a favor del Empoli.
Lazio tuvo una llegada a los 77′ que derivó en el balón dentro del arco rival, pero fue empujado con la mano, y tras tres minutos de revisión del VAR, el árbitro Antonio Giua no convalidó la maniobra.
El encuentro era intenso y vibrante. Lazio llenó el área rival de centros, y a los 85′, en un tiro que veníadesde la derecha, Luperto le aplicó un codazo a Immobile cuando en el salto ambos iban a cabecear y el árbitro sancionó penal, que ejecutó el propio Immobile y el arquero visitante Guglielmo Vicario rechazó cuando se arrojó a su derecha, a los 86′ de juego.

Quedaba tiempo, porque se agregaron siete minutos de prórroga. A los 89′ los tuvo otra vez Lazio con un tiro libre de Milinkovic que se fue apenas arriba del travesaño. Y el propio Milinkovic iba a lograr la paridad a los 90+2′ cuando captó un centro desde la izquierda y puso un certero cabezazo para sellar el 3-3 final.
Fue el cierre de un encuentro vibrante, emotivo y lleno de goles. Empoli lo tuvo dos veces, pero el espíritu de Lazio lo llevó a salvar la igualdad.

Hernán O’Donnell