Liverpool y Manchester City igualaron en otra exhibición de fútbol para recordar

Es el enfrentamiento más grande, importante, trascendente y atractivo que puede presentar el Fútbol en competición de clubes. Es EL PARTIDO. Con mayúsculas. En ésta época, en estos tiempos, no hay partido que lo supere, ni siquiera lo iguale. Es el choque de estilos, de formas y maneras, semejantes y diferentes. Liverpool y Manchester City protagonizan en estos tiempos el Clásico mundial por excelencia. Por encima de otros choques colosales, que en algún momento, en muchos en realidad, son el partido de mayor envergadura, como Real Madrid-Barcelona, por ejemplo. Pero hoy Liverpool y Manchester City superan cualquier oferta que exista en el menú internacional de las Ligas del Mundo. Por nivel de equipos, jerarquía de sus futbolistas, y la enorme capacidad táctica y estratégica de sus entrenadores, Jurgen Kloop en Liverpool, y Pep Guardiola en el City. Un alemán y un español para darle mayor jerarquía a dos planteles internacionales que alumbran la Premier League. Y entre ambos, planificaron un partido electrizante, dinámico, inolvidable. Mereció un poco más el local, que pudo plasmar con mayor certeza su idea táctica, pero la visita no renunció nunca a su filosofía.

Liverpool comenzó con Caoiminhin Kelleher; Conor Bradley, Jarell Quansah, Virgil van Dijk, y Joseph Gomez; Dominik Szoboszlai, Wataru Endo y Alexis Mac Allister; Harvey Elliot, Darwin Núñez y Luis Díaz.

El conjunto de Manchester formó con Ederson; Kyle Walker, Manuel Akanji, Nathan Ake; Rodri, Bernardo Silva, Kevin De Bruyne, John Stones; Julián Álvarz, Erling Haaland y Phil Foden.

Crédito: @premierleague

Al minuto de juego ya habían mostrado sus cartas. El City, con el dominio del balón y el avance colectivo. Liverpool, con la intención de ganar la mitad de la cancha con Endo y Mac Allister, y salir largo para la velocidad de Luis Díaz, Darwin Núñez, o las trepadas de Bradley por derecha.

En ese contexto, llegó primero el equipo de Guardiola. Porque el medio campo, con Rodri, John Stones, Kevin De Bruyne y Bernardo Silva. A los 7′ Julián Álvarez abrió a la izquierda, entró De Bruyne, y su remate se fue elevado. A los 8′ insistió De Bruyne con un tiro al medio, que sacó bien Kelleher.

Liverpool contestó a los 12′, con una aparición fulgurante de Bradley por derecha, que Darwin Núñez no llegó a conectar. y a los 15′ Mac Allister abrió a la izquierda, Luis Díaz lanzó un buen centro, y Núñez cabeceó arriba.

Pero era el momento del City en el partido, y a los 22′ abrió el marcador, con un tiro de esquina bien trabajado, porque Aké cortinó la posición de Mac Allister para abrir el espacio al primer palo, por allí apareció en una zona libre John Stones, quien marcó con un remate fuerte y cercano, para poner el encuentro 0-1 a favor de Manchester City.

El equipo local se adelantó en el campo y empezó a dominar el juego. A pesar de que la visita lo amenazaba con los contragolpes, como el de Haaland, a los 38′, que no pudo acomodarse en su lucha contra van Dijk, y sacó un remate corto que atrapó el irlandés Caoimhín Kelleher.

Pero ya sostenía el ataque el local, y a los 41′ Luis Díaz sacó un buen disparo que salió muy cerca, y a los 45+2′ Szoboszlai ejecutó un tiro libre potente, que el arquero Ederson atajó bien.

En el complemento se profundizó el dominio táctico de Liverpool. Vale decir que City nunca renunció a sus ideas, y que contó con chances porque el hambre y el espíritu competitivo latió en su equipo hasta el final. Pero sí que el control táctico y estratégico fue del local. Y que lo aumentó con dos hechos claves.

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Primero, la igualdad en el resultado. El pelotazo largo a Darwin Núñez, que le ganó la llegada a la salida presurosa de Ederson, el penal que le cometió el arquero y encima la lesión que luego lo obligó a dejar la portería. El tiro penal lo ejecutó Alexis Mac Allister, y a los 49′ le dio el gol a Liverpool, que puso el 1-1 en el encuentro.

A los 54′ debió salir Ederson, y lo reemplazó Ortega Moreno, de buenas intervenciones posteriores.

El partido no bajaba el ritmo, la dinámica y la emotividad. en medio de esa alta tensión, Foden llegó solo, a los 57′, y Kelleher tapó bien, con sus piernas, el remate del delantero inglés. Y a los 58′, una buena contra de Luis Díaz y Núñez, fue abortada por la salida rápida del arquero Ortega Moreno.

A los 60′ llegó otro hecho de gran incidencia. Fue cuando Jurgen Kloop resolvió hacer dos variantes; Mohammed Salah entró por Szoboszlai, y Andrew Robertson ingresó por Conor Bradley. El delantero egipcio tuvo una participación profunda en el partido, y Robertson le dio mucha salida por izquierda, mientras que Joe Gómez mejoró al pasar a la banda derecha.

Cuando iban 62′ Salah habilitó a Díaz con un pase largo y preciso, luego el colombiano entró libre, pero desvió su remate. A los 65′, un tiro brillante de Mac Allister fue sacado al corner por el arquero visitante, en otra buena intervención.

El local giraba al compás de Mac Allister, la colaboración de Endo, la firmeza de los centrales y el arquero, más la gravitación de Salah. El City se había quedado, y Guardiola resolvió hacer dos modificaciones, cuando iban 68′ de juego. Mateo Kovacic entró por Kevin de Bruyne, y Jeremy Doku reemplazó a Julián Álvarez.

Y vino una chance increíble para el City, porque Foden fue a buscar un balón profundo Kelleher salió más rápido y rechazó, pero el rebote dio en el cuerpo del delantero inglés y pegó en el travesaño, cuando iban 72′.

Kloop metió el tercer cambio del local a los 75′. Cody Gakpo ingresó por Darwin Núñez. Era sostenido el dominio de Liverpool, y a los 79′ se proyectó el zaguero Quansah, para sacar un tiro potente que tapó el arquero Stefan Ortega Moreno. Después, a los 83′, Mac Allister volvió a disparar, y el balón salió apenas alto.

Pero estos equipos son de una dimensión extraordinaria, y aún cuando lucen dominados, o apagados, generan, de la nada, una situación de gol. Y así lo tuvo Mancehster City, que a los 88′ armó una buena maniobra de derecha a izquierda, por allí apareció Jeremy Doku, quien remató fuerte y bajo. La pelota dio en la base del poste izquierdo de Kelleher y volvió a las manos del arquero irlandés.

Hubiera sido injusto el triunfo visitante, como bien pudo haber sido victoria local, pues al final, cuando iban 90+7′ de juego, observamos una falta de Doku sobre Mac Allister, que el árbitro no consideró ni tampoco el VAR, más allá de que fue a la revisión.

Así se cerró el encuentro del fin de semana del “Planeta Fútbol”. El partido que todos esperábamos. Un empate vibrante, emotivo, intenso y muy bien jugado. Estuvo más cerca el Liverpool, pero la victoria se la llevó la gente que lo gozó en el estadio y en todas las pantallas del mundo.

Hernán O’Donnell