Arsenal tenía reservado el último grito de la tarde

Un día atìpico para la tradición del ascenso, un domingo lleno de sol en Sarandí y la propuesta generosa de dos equipos que siempre intentan jugar. Arsenal y Talleres de Remedios de Escalada armaron un lindo partido, y en el ida y vuelta, el local se quedó con la última bola de la tarde, para desatar un festejo esperanzador en su público.

El equipo de Tobías Kohan formó con Tomás Sultani; Matías Lucero, Alexis Sosa, Agustín Álvarez e Iván Cabrera; Matteo Trombini, Nicolás Domingo; Kevin Pavía, Tomás Ortíz y Valentín Serrano; Matías Benítez.

El conjunto de Remedios de Escalada comenzó con Damián Tello; Fernando Duré, Nicolás Monserrat, Nicolás Malvacio y Juan Rodríguez; Norberto Palmieri y Alejandro Benítez; Tomás Asprea, Fernando Enrique y Agustín Campana; Nicolás Molina.

A los 6′ Agustín Campana avisó con un remate que se fue por alto. Aunque la visita había llegado, el comienzo fue protagonizado por Arsenal, que tuvo el control territorial, a partir de un posicionamiento ofensivo, y buena circulación de pelota. Así llegaron dos situaciones claras, que entre los palos, el travesaño, los rebotes, y la mala fortuna, impidieron lo que hubiera sido un lógico gol del local. Fue a los 9′ cuando el travesaño negó el tanto, y luego, a los 10′, un remate de Benítez pegó en el palo.

Fue ostensible el protagonismo de Arsenal, aunque Talleres tuvo un para de situaciones. A los 17′ co un centro de la derecha que cabeceó Fernando Duré, apenas alto, y a los 27′ un tiro de Campana que controló abajo el arquero Sultani.

Tobías Kohan, entrenador del local, decidió hacer una variante para comenzar el segundo tiempo. Balthazar Bernardi ingresó por Agustín Álvarez.

Y fue mejor tambièn Arsenal en el comienzo del complemento. A los 46′ un cabezazo de Sosa fue rechazado por el arquero visitante, y del rebote Bernardi disparó arriba.

Cuando iban 47′ una buena maniobra de Pavía por derecha derivó en un pase a Ortíz, y su disparo fue tapado por Damián Tello.

Era mucho más el equipo de Sarandí, y a los 51′ Tomás Ortíz clavó un remate tremendo para abrir el marcador y poner el partido 1-0 a favor de Arsenal.

Entendió Kohan que era el momento de reamar el esquema, y dispuso dos variantes, a los 53′ de juego. Luca Druille entró por Kevín Pavía, y Abel Amaya reemplazó a Matías Benítez. Pero no tuvo casi timpo de acomodarse, que a los 55′ se escapó Tomás Asprea por derecha, lanzó un centro al punto del penal, y libre apareció Fernando Enrique para meter un disparo profundo y marcar el tanto del empate de Talleres de Remedios de Escalada. 1 a 1, y a empezar de nuevo.

Se acomodó mejor la visita a ese momento del partido. Y tuvo un para de llegadas. A los 59′ Campana maniobró por derecha y sacó un remate apenas alto. Contestó Lucero con un buen tiro, a los 61′, que controló Tello.

Y luego llegaron los cambios que agregaron dinámica al juego. A los 62′ vino la cuarta modificación del local, con el ingreso de Nahuel Frascone por Matías Lucero, y el primer cambio de la visita, con el ingreso de Jeremías Denis por Juan Rodríguez.

A los 67′ vino la segunda variante de Talleres; David Achucarro remplazó a Nicolás Malvacio, mientras que a los 77′ el local hizo su quinto cambio: Alexis Segovia entrò por Matteo Trombini.

Martín Rolón, el entrenador de la visita, hizo tres modificaciones a los 78′. Rodrigo Cao ingresó por Agustín Campana; Matías Donato reemplazó a Nicolás Molina, y Federico Ulayar ingresó en lugar de Fernando Duré.

El partido estaba dominado por la incertidumbre. Arsenal había hecho un esfuerzo importante, y Talleres se había acomodado luego del tanto del empate. Parecía un resultado cerrado, y sin embargo demostró estar abierto porque quedaba un último grito.

Fue a los 90+3′, con un disparo certero de Balthazar Bernardi, luego de recibir por el callejón interno derecho, y así puso el 2-1 para Arsenal.

Que aún pudo ser más amplio, cuando a los 90+5′ Nicolás Domingo, de gran partido, recibió solo y definió de emboquillada, pero Nicolás Monserrat despejó de cabeza sobre la línea.

Fue de Arsenal, porque no dejó de creer. Era una tarde de buen fútbol que parecía cerrarse con una igualdad, pero en Sarandí tenían reservado el último grito.

Hernán O’Donnell