Hay un sol radiante en Santa Fe de la Vera Cruz. Un estadio que vibra y ruge porque acaba de recibir un show de rugby. Los Pumas le regalaron a su fiel hinchada una victoria aplastante ante Australia, con un 67-27 que será inolvidable. Luego de un primer tiempo con algún momento incómodo, el equipo tuvo una segunda etapa en la que trituró a Wallabies, en la victoria mas holgada que se recuerde frente a una potencia. Por eso ahora la gente canta y festeja de manera alegre, desmesurada, contagiosa. Todos estamos mancomunados en una inmensa felicidad, porque sabemos que acabamos de vivir un día que será inolvidable. Se abrazan conocidos, viejos amigos, amantes de este deporte tan especial. Que se mete en la piel cuando se pisa una cancha por primera vez, sea en la división que sea. Y que se hace cultura, con un equipo que nos representa todos, en las malas y en las buenas. Y hoy sabemos que acabamos de vivir una de las mejores. Por so nos desborda la emoción y cuando el sol empieza a caer, nos sentamos a revivir todo lo que pasó en un día histórico.
Los Pumas comenzaron con Thomas Gallo, Julián Montoya, Joel Sclavi; Guido Petti y Tomás Lavanini; Pablo Matera, Marcos Kremer y Juan Martín González; Gonzalo Bertranou y Tomás Albornoz; Mateo Carreras, Santiago Chocobares, Lucio Cinti y Bautista Delguy; Juan Cruz Mallía.
Australia formó con Angus Bell, Matt Faessler, Taniela Tupou, Nick Frost, Jeremy Williams, Rob Valetini, Carlo Tizzano, Harry Wilson, Jake Gordon, Ben Donaldson, Marika Koroibete, Hamish Stewart, Len Ikitau, Max Jorgensen y Andrew Kellaway.
Fue un buen comienzo el de los locales, y a los 2′ se adelantaron 3-0 con un penal de Tomás Albornoz. Lucían convencidos de atacar y tomar la iniciativa, aún cuando Australia respondió con un penal de Ben Donaldson, a los 5′, que puso el 3-3.
Y ahí se produjo un pequeño quedo en el equipo argentino, que primero sufrió un try de Tizzano, a los 15′, convertido por Donaldson. Con el 3-10 en contra, los argentinos fueron con decisión, pero el apoyo en el in goal de Marcos Kremer no fue validado por el TMO, que advirtió una cortina de Tomás Lavanini. Esto volvió a pegar en el equipo, y un penal de Donaldson, a los 21′, que puso el 3-13, más un try de Andrew Kellaway convertido por el medio apertura visitante puso un preocupante 3-20, a los 28′ de juego.
Parecía un momento difícil de los locales, pero como en todo laberinto, salieron por arriba, con creatividad y, sobre todo, mucho coraje. coraje como el de Mateo Carreras, que enseguida, a los 30′ coronó una buena jugada con una corrida decidida, y marcó un try que luego convirtió el tucumano Albornoz. El partido quedaba 10-20, y otra vez estaba abierto.
El corazón “puma” empezó a jugar su partido, y antes del final del primer período Julián Montoya apoyó un try que convirtió Albornoz, para quedar 17-20, a los 37′.
A los 38′ llegó el primer cambio del partido: Alan Allaalatoa entró por Taniela Tupou.
En el segundo tiempo iba a llegar lo mejor de la tarde. El ingreso de Santiago Carreras por Bautista Delguy, que también modificó la línea. Carreras al fondo, Mallía por la banda y una exhibición que estaba a punto de comenzar.
Que se acentuó con los dos forwards que entraron a los 46′. Eduardo Bello por Joel Sclavi, y Joaquín Oviedo, de gran tara, por Tomás Lavanini, quien había hecho un muy buen primer tiempo, sobre todo en el inicio.
El try de Juan González convertido por Albornoz fue el principio del fin. Iban 47′ y el encuentro quedaba 24-20. Los Pumas dieron el paso al frente y Australia se derrumbó.
Los Pumas encontraron espacios y perforaron la defensa visitante de modo constante. A los 56′ Pablo Matera apoyó otro try, convertido por Albornoz: el marcador quedaba 31-20.
Un cambio más en Wallabies, a los 61′, el de Langi Gleeson por Rob Valentini, intentó refrescar al equipo. pero no hubo caso.
A los 62′ amplió Tomás Albornoz con un penal que dejó el marcador 34-20, y Joaquín Oviedo entró en escena con un gran try tras quebrar en intento de tackle, a los 64′, que convirtió Albornoz. el partido, 41-20 para Argentina.
A los 65′ Ignacio ruiz entró por Julián Montoya. La tarde fantástica de Tomás Albornoz iba a tener otro episodio, cuando se escapó Koroibete, y antes de llegar al ingoal un fabuloso tackle del tucumano lo sacó de la cancha.
A los 67′ Santiago Grondona reemplazó a Pablo Matera, y en la visita, Josh Canham ingresó por nick Frost, mientras que Josh Flook lo hizo por Len Ikitau.
El try de Mc Dermott, convertido por Tom Lynagh, a los 69′, achicó el marcador a 41-27. Pero también actuó como disparador de Los Pumas, que aceleraron hasta el final. Y metieron ¡cuatro! tries más, en los últimos diez minutos del partido, que hizo humillante la caída australiana.
A los 71′ Juan Cruz Mallía coronó una gran jugada colectiva, con una entrada limpia en la banda derecha, para poner el 46-27.
Gonzalo García ingresó en lugar de Gonzalo Bertranou, a los 72′, y Joel Sclavi debió regresar al partido para reemplazar al golpeado Bello.
A los 74′ volvió a apoyar Juan Cruz Mallía, en una jugada similar al try anterior, y con la conversión de Albornoz, el partido quedó 53-27.
Cuando iban 76′ Joaquín Oviedo volvió a marcar, esta vez convirtió Santiago Carreras, y el match quedó 60-27.
Nada detenía a Los Pumas, que buscaban con voracidad. Se fue amonestado Andrew Kellaway a los 79′, y los argentinos mantuvieron la intensidad, para volver al try, a los 80′ por intermedio de Lucio Cinti, que debió ser revisado por el TMO, y la conversión de Santiago Carreras puso el 67-27 final.
El Estadio de Colón de Santa fe estalló en una ovación inmensa, grandiosa y sostenida que duró unos cuantos minutos tras finalizar el partido. la gente se volvió a abrazar a Los Pumas, la hinchada fiel que siempre acompaña tuvo un regalo espectacular, con una actuación grandiosa, corajuda, conmovedora.
Los Pumas consiguieron un triunfo que ingresó en los anales de los más importantes de su historia. Por la dimensión del rival y la cantidad de puntos obtenidos, por la enorme diferencia en el juego, y por la impresionante cantidad de tries que le marcó. Un triunfo colosal, inolvidable.
Pasó el partido y los jugadores no se quisieron ir. Miraron a la gente, gozaron de su aplauso, retribuyeron con humildad y también agradecieron. Como Marcos Kremer que recibió, foso de por medio, un celular para que él mismo haga la selfie con un grupo de fanáticos. Y la devolución del aparato, otra vez con un vuelo foso de por medio. La alegría los embargaba, la satisfacción relucía en sus rostros. No había cansancio ni dolores post partido. Todo era emoción pura, a flor de piel.
Se abrazaron y nos abrazaron. Nos dejaron una hermosa tarde de sol que jamás olvidaremos.
Hernán O’Donnell
(Enviado Especial a Santa Fe de la Vera Cruz, Provincia de Santa Fe, Argentina)