El esfuerzo de Peñarol no alcanzó y Botafogo es finalista de la CONMEBOL Libertadores

Parecía que la serie semifinal entre Peñarol y Botafogo se había definido con el 5-0 que el “Fogao” había logrado en el partido de ida en Río de Janeiro. Pero quedaba mucho carretel en el hilo, porque el desquite se jugó durante muchos días, en distintos escenarios y diferentes lugares y momentos. Fuera de la cancha, por supuesto. Con las reminiscencias de las lamentables peleas entre hinchas en el primer juego, con las repudiables amenazas en las redes sociales, con la intervención de la política, y el pedido de jugar sólo con público local, más la exigencia del Comité organizador de que hubiera público visitante, hasta llegar al cambio de escenario: del Campeón del Siglo, la casa del “Manya”, se pasó al mítico Estadio Centenario. Una semana llena de dimes, diretes, acusaciones y respuestas. Hasta que llegó la hora del fútbol.

Y allí se vio un partido vibrante, sobre todo en el primer tiempo. Peñarol buscó con mucha intensidad, generó situaciones, convirtió un golazo y alimentó la ilusión. Pero una irresponsabilidad de su arquero Aguerre lo dejó con un futbolista menos en el entretiempo y todo se le hizo cuesta arriba. Y si bien mantuvo la esperanza hasta el final, Botafogo aguantó el vendaval y disputará la Final de la Copa CONMEBOL Libertadores 2024 ante Atlètico Mineiro.

Crédito: @OficialCAP

El equipo local formó con Washington Aguerre; Pedro Milans, Javier Méndez, Guzmán Rodríguez y Maximiliano Olivera; Rodrigo Pérez, Damián García; Jaime Báez, Leonardo Fernández, Leonardo Sequeira; Maximiliano Silvera.

El conjunto brasileño arrancó con John; Vitinho, Bastos, Adryelson y Alex Telles; Danilo, marlon Freitas, Matheus Martins, Tché Tché y Jefferson Savarino; Tiquinho Soares.

Peñarol salió con mucha determinación y empujó a Botafogo contra su área. El equipo estaba bien adelantado, con la línea de defensa en el medio campo, y el resto posicionado en zona visitante. A los 17′ tuvo la primera llegada con un disparo de Leo Sequeira que salió por encima del travesaño. Respondió el “Fogao” con un tiro libre de Telles, a los 21′, que salió muy cerquita.

Cuando parecía que el atropello del local aflojaba, y la visita volvía a llegar, esta vez con un tiro de Savarino a los 28′, que rozó el palo derecho, llegó el primer campanazo del “Manya”.

Iban 30′ y Jaime Báez sacó un tremendo remate, que se metió en el ángulo superior izquierdo de John, para marcar el 1-0 a favor de Peñarol.

Entonces, el Estadio Centenario se transformó en una caldera de gritos, cantos, y entusiasmo. Peñarol creyó en la utopía. Y sintió que la hazaña era posible cuando un cabezazo de Rodrigo Pérez, tras recibir de un tiro de esquina, se estrelló en el poste derecho de John, a los 32′.

El equipo ahogaba al rival antes de que pudiera llegar a la media cancha, y de ahí nacían todos los ataques. A los 45+1′ tuvo otro tiro de esquina, y otra vez cabeceó Pérez, esta vez más al medio, y John atrapó la pelota. Peñarol cerraba el primer tiempo con mucho dominio sobre el rival, lo que le daba un margen de ilusión para concretar lo que era un sueño imposible.

Sin embargo, tras finalizar la primera etapa una insólita acción de su arquero Washington Aguerre iba a ponerle un freno a tanta intensidad. El arquero local no tuvo mejor idea que darle un puntapié a su colega John, ante los ojos del árbitro, quien no dudó en sacarle tarjeta roja. Tal vez exagerada y una amonestación hubiera resultado suficiente, pero la agresión existió y el juez es quien imparte justicia.

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El entrenador local Diego Aguirre debió hacer una variante obligada, para poner al arquero suplente, Guillermo de Amores, y sacar a un jugador de campo; el elegido fue Damián García. Botafogo también hizo un cambio, que le resultó positivo: Thiago Almada ingresó en lugar de Matheus Martins.

Y ya nada fue lo mismo. Durante un buen tiempo, el local sintió el cimbronazo. Intentó dominar igual, pero con menos fuerza que la que había tenido en la primera etapa. A los 57′ Artur Amorim realizó la segunda y tercera modificación de su equipo; Carlos Eduardo entró por Tché Tchê, y Mateo Ponte ingresó en lugar de Vitinho.

En el local, Aguirre efectuó tres variantes más a los 59′. Lucas Hernandez reemplazó a Maximiliano Olivera; Facundo Batista entró por Maxi Silvera, e Ignacio Sosa lo hizo por el argentino Leonardo Sequeira.

Tomó mayor frescura el “Carbonero”, volvió a apretar un poco más, y a los 66′ Jaime Báez clavó otro golazo con un remate de media distancia, para poner el 2-0 a favor de Peñarol. Y otra vez la gente hizo temblar a las tribunas del célebre Estadio.

Botafogo trató de reordenarse con un cambio. Cuando iban 67′ Allan entró por Bastos.

Pero no fue suficiente, porque a los 69′ se fue expulsado Mateo Ponte en la visita, y los equipos quedaron en la misma cantidad de jugadores. Iba a sufrir un poco más el “Fogao”.

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Aguirre jugó su última carta a los 76′, con el ingreso de Felipe Avenatti por Pedro Milans. Pero el equipo ya había empezado a dar muestras de cansancio por tanto esfuerzo físico. Y Botafogo se animó a salir un poco más, como lo hizo a los 78′, con un contragolpe de Marlon Freitas que De Amores le tapó en un brillante mano a mano.

Tenía aire la visita, con la dinámica que le daba Thiago Almada. A los 87′, el volante Campeón del Mundo, recibió un balón sobre la izquierda, giró y dejó atrás a su marca, habilitó a Marlon, este devolvió para él, y con un gran toque a la reda, Almada puso el descuento para Botafogo. Ahora el local ganaba 2-1, pero el global indicaba un 1-6 para el equipo brasileño.

El golazo de Facundo Batista, con una gran definición, a los 88′ de juego, le dio paz y dignidad al alma de Peñarol, que cerró el partido con una victoria de 3-1. Fue una actuación muy digna, que no alcanzó para remontar la derrota en el encuentro de ida.

Botafogo tuvo una noche deslucida, pero no quita todo su recorrido en la Copa y tampoco desmerece su situación de finalista. Tiene un sueño grande, y a él se quiere aferrar.

Hernán O’Donnell

Y una calurosa tarde de Primavera, Platense tuvo su carnaval

Fue un triunfo esperado, trabajado y muy festejado. Platense le ganó el “Clásico” a Argentinos Juniors con esos tres condimentos. Aguardado, porque el barrio lo vivió con mucha ansiedad y expectativa, con preparativos en la semana y con un domingo que comenzó muy temprano. Con la gente del “Calamar” que llegaba a la mañana para desayunar en el shopping cercano, con el almuerzo rápido, con los socios que aguardaban casi tres horas antes.

Fue también trabajado para plantear bien el partido, reponerse de la desventaja inicial, revertir el marcador y aguantar en el complemento.

Y muy celebrado al final, cuando todo concluyò y ya los nervios se apagaron y se encendieron los cánticos de alegría.

Platense perdía 0-1, pero le ganó 2-1 a Argentinos Juniors, en una tarde larga y calurosa que vale la pena contar.

El “Marrón” formó con Juan P. Cozzani; Bautista Barros Schelotto, Ignacio Vázquez, Gastón Suso y Sasha Marcich; Fernando Juárez y Leonel Picco; Guido Mainero, Vicente Taborda y Tobías Cervera; Mateo Pellegrino.

Argentinos comenzó con Diego Rodríguez; Kevin Coronel, Francisco Álvarez, Tobías Ramírez y Román Vega; Alan Lescano, Ariel Gamarra, Francis Mac Allister y Nicolás Oroz; Maximiliano Romero y Tomás Molina.

Platense salió a dominar el partido, y al minuto de jugo ya tenía agendado un remate de Guido Mainero al arco visitante. Sin embargo, y a pesar de esa intención, la visita abrió el marcador en su primera llegada, con un centro de la derecha de Coronel, Suso que la peinó al costado, y por la izquierda apareció libre Nicolás Oroz para poner el 0-1 a favor de Argentinos, a los 8′ de juego.

No se desordenó el “Marrón”, y siguió con su estrategia y su esquema táctico. A los 13′ un buen cabezazo de Gastón Suso pasó por encima del travesaño. Fue un aviso.

Y a los 24′ una falta de Tomás Molina sobre Mainero fue bien sancionada con el penal correspondiente por el árbitro Herrera.

Lo ejecutó Mateo Pellegrino, que puso el 1-1 a los 27′ de juego.

En ese momento, aceleró Platense. Pudo aumentar Mainero, a los 31′, cuando recibió un pelotazo y demoró su remate por arriba. Cuando lo hizo, retrocedió el “Ruso” Rodríguez y controló el balón, a los 31′.

La visita tuvo un tiro libre cercano a los 34′, pero volvió a atacar el local, y a los 37′ un remate de Cervera pasó muy cerca. Parecía que el “Bicho” sacaba ventaja a los 45′, con un tiro libre de Francis Mac Allister que Cozzani sacó al corner, pero de ese tiro de esquina surgió el contragolpe local y cuando iban 45+2′ Guido Mainero, con un tiro cruzado, puso el 2-1 a favor de Platense.

Cristian Zermaten, entrenador del local, realizó un cambio para empezar el segundo tiempo. Cristian Ferreira entró en lugar de Ariel Gamarra. El equipo se paró con línea de cuatro en defensa, tres volantes, Ferreira de enganche, y dos puntas, Romero y Molina.

Y se adelantó en el campo. Tomó la pelota y el control del partido. Platense retrocedió unos metros, pero nunca perdió el orden. A los 55′ la dupla Orsi-Gómez decidió refrescar al equipo. Lucas Ocampo entró por Cervera, y Franco Baldassarra reemplazó a Vicente Taborda.

Argentinos tenía la pelota, pero su esfuerzo se diluía en tres cuartos de cancha. No lograba armar jugadas de peligro, porque el local estaba bien parado en su campo. A los 62′, Zermaten efectuó tres variantes más en el equipo de La Paternal. Nicolás Cordero entró por Alan Lescano; Santiago Rodríguez ingresó en lugar de Nicolás Oroz, y Matías Perello reemplazó a Tomás Molina.

Contestó la dupla con dos variantes a los 64′. Carlos Villalba entró por Fernando Juárez, y Ronaldo Martínez ingresó en lugar de Mateo Pellegrino.

Se empezó a venir más encima Argentinos, y a los 66′ a Cozzani se le escapó un tiro libre, pero con un manotazo pudo evitar que la pelota ingresara en su arco. Peor se puso la cosa a los 70′, cuando fue expulsado Carlos Villalba. Entonces, la dupla técnica local decidió sacar al ingresado Baldassarra para poner un volante medio que ocupara el lugar en el campo del expulsado, e ingresó Iván Gómez, a los 72′.

La última carta de la visita fue jugada a los 76′; Emiliano Viveros entró en lugar de Francis Mac Allister.

Tuvo algunos remates esporádicos la visita, pero nada para preocupar al “Calamar”. Platense se aferró a su esquema, mantuvo el orden y la concentración, no aflojó nunca en la defensa, y cortó todo en la puerta de su área.

Le alcanzó para cerrar el partido, el mismo que había ido a buscar y revirtió en el primer tiempo, para darle paso a una fiesta de carnaval que su gente desató en una hermosa y calurosa tarde de Primavera.

Hernán O’Donnell

La inmortal filosofía del Barcelona dio otra cátedra en un clásico para recordar

El gran Clásico del Fútbol Mundial tuvo otro episodio vibrante, emotivo, inolvidable. Un encuentro frenético, el choque siempre esperado entre dos potencias gigantes del fútbol, lleno de ritmo, llegadas y emoción. Con un primer tiempo en el que los dos equipos achicaron tanto que prevalecieron más los off sides que las jugadas válidas. Y con un complemento que nos sostuvo al borde del asiento, con el palpitar permanente de cada jugada, que retumbó de energía a lo largo y ancho del Planeta. Nadie se quedó ajeno a esta fiesta, y luego de un primer tiempo equilibrado, Barcelona aceleró en el segundo para armar una goleada para recordar.

Crédito: @FCBarcelona_es

Real Madrid formó con Lunin; Lucas Vázquez, Eder Militao, Antonio Rúdiger y Ferland Mendy; Federico Valverde, Aurelien Tchouameni, Eduardo Camavinga; Jude Bellingham, Kylian Mbappé y Vinicius.

Barcelona alineó a Iñaki Peña; Jules Koundé, Pau Cubarsí y Alex Balde; Marc Casadó y Pedri; Lamine Yamal, Fermín López y Raphinha; Robert Lewandowski.

El inicio fue frenético, ambos buscaron el arco contrario con voracidad, pero cada ataque era abortado por off sides. Barcelona hizo del achique un culto, y así con una presión constante sobre el lanzador, dejó al local en posición fuera de juego en más de una decena de oportunidades. Real Madrid también apeló al adelantamiento, pero más como recurso que como sistema de juego.

Recién a los 12′ tuvo el partido la primera llegada válida, cuando Yamal se fue por el medio y su tiro fue cortado por la salida rápida de Lunin. Y a los 20′ Raphinha optó por patear cuando entraba Balde solo a su izquierda.

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Madrid llegó por izquierda, con un disparo de Vinicius que salió al lado del palo derecho, a los 21′, mientras que un fuerte remate de Pedri, a los 27′, fue rechazado por el arquero local. Cuando Casad{o metió el rebote, Militao la sacó al corner.

Un buen cabezazo de Martínez, que salió por encima del travesaño, fue otra llegada del Barça, cuando iban 28′ de juego. Luego, el VAR advirtió una y otra vez las posiciones adelantadas.

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Hans-Dieter Flick, el entrenador de Barcelona, decidió hacer una variante para comenzar el segundo tiempo. Frenkie de Jong ingresó por Fermín López.

Y fue importante la variante, porque el visitante se acomodó mejor para explotar espacios y liquidar a toda velocidad.

Un tremendo pase de Casadó fue bien conectado por Robert Lewandowski para poner el partido 0-1 a favor de Barcelona cuando iban 53′ de juego.

Y casi no tuvo tiempo el Madrid de acomodarse, porque perdió un balón en ataque, salió rápido el rival, se fue por izquierda Balde, sacó un gran centro y con un excelente cabezazo Robert Lewandowski marcó el gol que puso el 0-2 para Barcelona, a los 55′.

Carlo Ancelotti hizo pronto una variante. Puso a Luka Modric por Aurelien Tchouameni, a los 62′. Y también Flick movió el banco. Iban 64′ y Dani Olmo reemplazó a Marc Casadó en el elenco visitante.

Pero el partido ya estaba bajo control total del equipo catalán. Lo pudo liquidar a los 65′, con una escapada de Raphinha, que había recibido un excelente pase de Dani Olmo, luego le dio el balón a Lewandowski, y el polaco, con el arco vacío, estrelló el tiro en el poste izquierdo de Lunin.

Tuvo otra chance a los 68′, con un cabezazo de Lewandowski que se fue alto. Y Madrid con más empuje que dominio llegó con un tiro libre Bellingham, a los 69′, y un remate de lejos de Militao, a los 75′, que salió desviado.

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A los 76′ llegó el momento decisivo del juego. Mientras Ancelotti se jugó una carta ofensiva con el ingreso del delantero Brahím Díaz por Eduardo Camavinga, la visita ejecutó con mucha rapidez una salida del fondo, donde la pelota viajó de Peña a más llá de la mitad de la cancha, ahí Lewandowski se la bajó a Raphinha, quien aceleró y abrió a la derecha para Lamine Yamal, quien recibió por su costado y de un tremendo derechazo marcó el 0-3 para Barcelona que sentenció el partido, a los 77′.

La defensa local estaba muy adelantada, el medio campo abierto, y el desorden ya era generalizado. con ese tercer tanto se terminó de fundir el equipo, y a los 83′ otro pelotazo a espaldas de los centrales fue bien aprovechado por el brasileño Raphinha, que se escapó por el medio y de emboquillada puso el 0-4 a favor de Barcelona, en una goleada inolvidable.

Flick cerró su participación desde la línea de cal con el tercer cambio de su equipo: iban 86′ y Gavi reemplazó a Pedri, una de las figuras del ganador.

También entró Francisco García por Ferland Mendy en el Real Madrid, a los 86′.

Pero todo estaba terminado. Quedó la última llegada de Mbappé, también en off side, cuando iban 90′ de juego. Como un símbolo de lo que fue el partido. Un equipo, el ganador, que envolvió en su juego al rival, hasta triturarlo.

Barcelona fue fiel a su histórica filosofía, atacó con ambición, achicó los espacios al máximo, asumió riesgos sin medir consecuencias, retomó sus banderas tradicionales, y las hizo flamear muy alto en la noche de Madrid, para construir una goleada inolvidable.

Hernán O’Donnell

Athletic Club supo trabajar el partido, y Bilbao sumó una sonrisa

Athletic Club sumó un triunfo importantísimo. Le ganó 1-0 al Sportovní Klub Slavia Praga, más conocido como Slavia Praha, el equipo de Chequia, la vieja República Checa. El local consiguió una victoria que se sostuvo en un equipo ordenado, que soportó el mejor inicio del rival, que sufrió algunas situaciones peligrosas al comienzo, pero que pudo resolverlo con el talento de Nico Williams y las intervenciones de su arquero, Julen Aguirrezabala. Ganó bien, sin sobrarle demasiado, pero ya se metió en los puestos de clasificación de la UEFA Europa League 2024/25.

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El equipo vasco formó con Julen Aguirrezabala; Oscar De Marcos, Dani Vivián, Aitor Paredes y Yuri; Galarreta y Beñat Prados; Iñaki Williams, Alex Berenguer y Nico Williams; Gorka Guruzeta.

El conjunto checo comenzó con Antonin Kinsky; David Doudera, David Zima, Jan Boril y El Haddi Diouf; Oscar Dorley y Christos Zafeiris; Simion Michez , Lukas Provod y Ondrej Zmrzly; Mojmir Chytil.

A los 6′ llegó con claridad Slavia, con un disparo potente de Michez que Aguirrezabala sacó al corner. Volvió a avisar a los 11′, con un cabezazo de Diouf que pasó muy cerca. Fueron los primeros veinte minutos de dominio claro del equipo visitante, que se había parado muy adelante y controlaba el juego.

Athletic Club salió del encierro de a poco. Tuvo un poco más la pelota, y a los 32′ Nico Williams abrió el marcador con una gran jugada individual que resolvió con un disparo fuerte y lejano, que se desvió en un defensor y se metió en el arco rival. Así, el Athletic Club se puso 1-0 adelante en el marcador.

Pero no se rendía la visita, y sobre el cierre del primer tiempo llegó con un remate de Michez que otra vez controló el arquero local, a los 45′ de juego.

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Apenas empezó el segundo tiempo, Slavia tuvo una chance, con un remate de Doudera que salió apenas alto, a los 46′.

Ernesto Valverde ordenó un poco a su equipo con dos variantes a los 61′ de juego; Alvaro Djaló entró por Gorka Guruzeta, y Unai Gómez ingresó en lugar de Alex Berenguer.

Enseguida sucedieron las dos primeras modificaciones en la visita; Matej jurasek entró por Ondrej Zmrzly y Tomas Chory reemplazó a Mojmir Chytil.

Y creció la potencia del equipo, sobre todo por la altura de Chory, que preocupaba al local con su presencia.

Cuando iban 71′ llegó el tercer cambio de Slavia Praga. Ondrej Lingr reemplazó a Simion Michez, en una variante que le sacó la influencia que tenía Michez en el ataque visitante.

Pero se había adelantado el equipo checo y a los 72′ tuvo un tiro libre al centro del área que cabeceó Chory, y Aguirrezabala sacó en forma brillante.

A los 76′ Valverde efectuó el tercer y cuarto cambio de su equipo. Mikel Jaureguizar entró por Iñigo Galarreta, y Ohian Sancet reemplazó a Nico Williams. El refresco le hizo bien a Athletic, que se acomodó un poco mejor al control planificado.

Y cerró las variantes con el ingreso de Ander Herrera por Beñat Prados, cuando iban 83′. El entrenador visitante, Jindrich Trpisovsky, hizo sus últimas variantes a los 87′: Dominik Pech ingresó en lugar de Christos Zafeiris, y Stepan Chaloupek reemplazó a David Zima.

Pero ya casi no hubo más sobresaltos. Athletic Club estaba ordenado y seguro, controló los pocos minutos que quedaban y se metió en la zona de clasificación, aunque para la gran final soñada en su hermoso Estadio “San Mamés” falta mucho camino por recorrer.

Hernán O’Donnell

En el vértigo del ida y vuelta, Barcelona fue certero y eficaz

De a poco, la gente le empieza a tomar la mano al nuevo formato de la UEFA Champions League. Un sistema nuevo, distinto, muy diferente al viejo y conocido de dividir a los equipos en grupos de cuatro participantes, y ahora hay una tabla general de 36 conjuntos, en los que se miden de forma aleatoria cada uno con ocho adversarios diferentes, y así se conforma la tabla general final. Los primeros ocho se clasifican a los octavos de final; del puesto 9 al 24, juegan un repechaje para clasificar a ocho equipos a los octavos, y del 25 al 36, quedan eliminados.

En esa lucha están enfrascados Barcelona y Bayern Münich, por ahora en la zona media, donde no pueden distraerse. Y nos regalaron un partidazo, lleno de vértigo, con un primer tiempo de ida y vuelta constante, pero en el que el local fue más certero y profundo para sacar una diferencia amplia, que a poco de comenzar el segundo período se transformó en el 4-1 final.

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El equipo catalán formó con Iñaki Peña; Jules Koundé, Pau Cubarsí, Iñigo Martínez y Alex Balde; Marc Casadó y Pedri; Yamine Lamal, Ffrmín López y Raphinha; Robert Lewandowski.

El conjunto alemán comenzó con Manuel Neuer; Raphael Guerreiro, Dayot Upamecano, Kim Min-Jie y Alphonso Davies; Joao Palhinha y Joshua Kimmich; Michael Olise, Thomas Muller y Serge Gnabry; Harry Kane.

Apenas iba 1′ de juego cuando Barcelona abrió el marcador. Un pelotazo largo a Raphinha, quien se filtró por el medio, al borde del medio campo, para burlar el achique alemán y dirigirse al arco de Neuer, a quien sorteó con una gambeta para poner el 1-0 para el Barça.

A partir de allí, una primera parte vertiginosa, con dos equipos que funcionaban como un espejo. Los dos achicaban de manera permanente hasta adelantar a su línea de defensores en la mitad de la cancha, mientras que los delanteros presionaban los más arriba posible. El que recuperaba la pelota atacaba en bloque, y el que no la poseía, presionaba con las líneas muy juntas.

Así se sucedieron una infinidad de situaciones que hicieron vibrar de emoción al estadio Olímpico de Montjuic. A los 7′ se fue sólo Harry Kane, pero Peña salió un poco más rápido y pudo taparle su disparo, en un mano a mano tremendo.

A los 9′ llegó a la red el delantero inglés, pero el VAR advirtió su posición prohibida. Insistió la visita, y a los 17′ llegó su gol del empate; centro de la derecha de Serge Gnabry, y con una pirueta, Harry Kane marcó el 1-1.

Allí volvió a tomar más protagonismo el Barça. Controló un poco más de tiempo y con mayor precisión el balón, y sus llegadas se hicieron más reiteradas. Cuando iban 25′ Robert Lewandowski sacó un tiro fuerte y cruzado, que pasó muy cerca. A los 26′ Manuel Neuer salió muy confiado, y la pelota rebotó en el cierre de Yamal, que estuvo cerca de concretar.

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En un pelotazo largo, Fermín López le ganó la posición a Kim, bajó el balón para Lewandowski, y el polaco en una buena definición, puso el 2-1 para Barcelona, cuando iban 35′ de juego.

El golpe fue duro para el equipo bávaro, pero peor fue el golpe sobre el cierre del primer tiempo. Iban 44′ cuando Raphinha recibió desde la derecha, se perfiló y sacó un remate cruzado que psuo el 3-1 y cerró la primera parte.

Quiso salir más adelante el Bayern Münich en el comienzo del segundo tiempo. Incluso, a los 49′ Joao Palhinha elevó un tiro al arco. Pero fue una ráfaga en lo que sería el vendaval que le llegó en el contragolpe de Raphinha, quien se escapó por la banda izquierda y definió con un tiro potente, que puso el 4-1 a favor de Barcelona a los 55′ de juego.

Vincent Kompany, el entrenador visitante, resolvió hacer cuatro cambios para intentar torcer el rumbo del partido, cuando iban 59′ de juego. Leroy Sane entró en lugar de Michael Olise; Jamal Musiala ingresó en reemplazo de Thomas Muller; Kingsley Coman ingresó por Serge Gnabry, y Leon Goretzka ocupó el lugar de Joao Palhinha.

En Barça, a los 60′ llegó la primera variante, cuando Frenkie de Jong reemplazó a Fermín López.

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El local se paró de contra, y Bayern Münich chocó contra la pared. A los 65′ probó Coman, desviado.

A los 75′ Hansi Flick hizo la segunda modificación en su conjunto; Dani Olmo entró por Raphinha.

Pudo haber aumentado el local, a los 82′, cuando Lewandowski no pudo conectar un pase fuerte y preciso de Yamal. Y cuando iban 84′ Flick usó la tercera ventana disponible para hacer los tres cambios que le quedaban.

Pudo haber aumentado el local, a los 82′, cuando Lewandowski no pudo conectar un pase fuerte y preciso de Yamal. Y cuando iban 84′ Flick usó la tercera ventana disponible para hacer los tres cambios que le quedaban. Ansu Fati ingresó por Yamine Yamal; Pau Victor reemplazó a Robert Lewandowski, y Gavi entró en lugar de Pedri.

En la visita, a los 85′ Konrad Laimer reemplazó a Raphael Guerreiro, en su quinto cambio.

Ya todo estaba definido. Barcelona tuvo una noche excepcional; fue un equipo que hizo honor a su tradición de fútbol bien jugado, con un respeto soberano por la pelota, la presión constante y el ataque voraz. Enfrente tuvo un equipo que intentó ser su espejo, pero solo le alcanzó para un rato del primer tiempo. Cuando Raphinha aceleró, liquidó todas sus ilusiones.

Hernán O’Donnell

All Boys tuvo una actuación estupenda y sueña con el regreso a Primera División

Las últimas oportunidades de jugar por el ascenso a la Liga Profesional se juegan en estos días, en las últimas fechas de la Primera Nacional. Se cerró la ante última joranda, y el próximo fin de semana quedarán definidos los protagonistas.

All Boys tuvo una actuación estupenda, ganó con claridad desde el principio al fin, y tiene argumentos para soñar con el regreso a la Liga Profesional de Fútbol, la vieja y querida Primera División. Agropecuario solo mostró alguna intenciones de juego, pero fue dominado y sometido por su rival.

El equipo de Floresta formó con Lisandro Mitre; Hernán Grana, Maximiliano Coronel, Jonathan Ferrari y Alejo Tabares; Juan C. Salas, Ignacio Figueroa, Thiago Calone; Tomás Assenatto, Agustín Gallo y Juan P. Passaglia.

El conjunto de Carlos Casares comenzó con Germán Salort; Alan Schönfeld, Enzo Lettieri, Enzo Silcan y Milton Ramos; Matías Villareal, Damián Lemos y Brian Camisassa; Alejandro Melo; Julián Marcioni y Alejandro Gagliardi.

Iban apenas 41″ de juego cuando el local abrió el marcador. Sacó del medio Agropecuario, con un pelotazo que se perdió en el fondo local; salió rápido desde el arco, el equipo aceleró en tres cuartos, para abrir un pasillo por el medio por el que se filtró Thiago Calone, para poner el 1-0 a favor de All Boys, en un comienzo a puro vértigo.

Y ese gol tempranero aumentó aún más la intensidad, porque la visita respondió con un tremendo disparo de Camisassa al ángulo superior derecho de Lisandro Mitres, quien sacó la bola con un vuelo espectacular, cuando iban 2′. Respondió el equipo de Floresta con un centro peligroso, a los 6′, y el cabezazo de Agustín Gallo que atajó el arquero visitante.

El dominio local se sostuvo, aunque dio unos pasos atrás para jugar más a los espacios. Un poco por decisión, otro poco porque Agropecuario empezó a tener un poco más la pelota, entre el batallar de Lemos y el buen manejo de Alejandro Melo. A los 31′ Assenatto tomó una pelota que venía de rebote, sacó un fuerte disparo que Salort desvió por encima del travesaño.

Y a los 33′ el “Albo” sentenció el partido. Juan P. Passaglia sacó un remate fuerte, preciso y lejano, para meter un golazo que significó el 2-0 para All Boys.

La visita volvió a probar de lejos, con el tiro de Melo, a los 34′, que pasó muy cerca.

Cuando iban 36′ llegó el primer cambio en All Boys, por la lesión de Tomás Assenatto, quien debió dejarle su lugar a a Tiago Pucciarelli.

Pablo Vico, entrenador de la visita, decidió hacer un cambio para empezar el segundo tiempo. Rodrigo Mosqueira entró por Brain Camisassa.

Pero continuó el dominio local. A los 49′ se lo perdió Agustín Gallo, tras una doble salvada del arquero Salort.

Después, llegó la catarata de cambios que no modificaron el desarrollo del juego. A los 52′ hubo dos variantes en el local. Gabriel Pusula entró por Maximiliano Coronel, y Alexis Melo ingresó en lugar de Juan Salas. Cuando iban 64′ llegaron dos modificaciones en la visita. Sebastián navarro reemplazó a Matías Villareal, y Enzo Martínez entró en lugar de Alejandro Melo.

Un poco más tarde, a los 74′, se produjeron las dos últimas variantes en el conjunto de Mariano Campodónico; Tobías Bovone reemplazó a Juan P. Passaglia, y Santiago Patroni entró por Thiago Calone.

Y a los 75′ quedó sellado el marcador. Tras dos salvadas del arquero visitante, la pelota le quedó servida a Agustín Gallo quien definió con un toque suave, para poner el 3-0 definitivo para All Boys.

Pablo Vico se jugó las últimas cartas con dos modificaciones; primero, a los 76′ Román Cerutti entró en lugar de Milton Ramos, y más tarde, a los 83′, Facundo Melivilo ingresó pro Alan Schönfeld.

En el minuto final, a los 89′, Gagliardi tuvo un cabezazo que salvó la defensa local sobre la línea. Fue la única llegada de Agropecuario en el segundo tiempo.

All Boys tuvo otra noche magnífica, como las que tuvo en su casa frente a Ferro o San Martín de San Juan. Otra vez engalanó al barrio con una producción brillante, y los bocinazos, gritos y cantos, retumbaron a la salida del estadio, para que todo Floresta se suba a la ilusión.

Hernán O’Donnell

El brillo y la jerarquía del Real Madrid pudieron más que las ganas de Celta

El Real Club Celta de Vigo ante el Real Madrid Club de Fútbol. Así de contundente, con esa mezcla tradicional que en España siempre une a la realeza con el pueblo, con el Fútbol como hilo conductor. Y con los nombres completos de los rivales de hoy, aunque la saber popular decidió acotarlos desde hace tiempo, y lo abreviaron por el Celta y el Madrid.

Y se midieron en Galicia, en un partido intenso y entretenido. Real Madrid hizo un buen partido colectivo, hizo pesar la jerarquía de sus estrellas y terminó con momentos de brillantez, aún cuando Celta pudo empatar en la última jugada del encuentro. El 1-2 final fue el resultado justo, que refleja la superioridad global del equipo visitante.

Crédito: @realmadrid

El conjunto local formó con: Guaita; Manquillo, Starfelt, Marcos Alonso; Mingueza, Beltrán, Sotelo, Hugo Álvarez; Bamba, Williot y Borja Iglesias.

El equipo madridista alineó a Courtois; Lucas Vázquez, Militao, Rüdiger, Fran García; Valverde, Tchouaméni, Camavinga, Bellingham; Vinícius y Mbappé. DT: Carlo Ancelotti.

El local salió a presionar y puso en apuros al visitante. A los 7′ tuvo una chance clara que no pudo aprovechar.

Debió revolcarse una y otra vez Courtois, pero en cuanto pudo, mostró las uñas. Una característica propia de un equipo que cuando lo perdonan, después se lamentan. Y sucedió en cuanto una de sus figuras tuvo la chance.

A los 19′, tras un rebote en una salida local, un terrible zapatazo de Kylian Mbappé abrió el marcador y el partido quedó 0-1 a favor de Real Madrid.

Después insistió el local, pero ya en otro contexto. Y debió aguardar al segundo tiempo para hacer pesar sus ganas y su enfoque en el partido.

Cuando iban 50′ Willot recibió un centro de la derecha y convirtió para el Celta, para poner el partido 1-1.

Fue el momento del equipo de Vigo, porque tomó el dominio territorial. Pudo aumentar a los 59′, con un tiro de Willot que salió muy cerquita.

Entonces Carlo Ancelotti decidió hacer dos variantes en el equipo visitante. Luka Modric entró por Federico Valverde, y Rodrygo ingresó por Camavinga, cuando iban 63′.

En una de las primeras pelotas que tocó, el croata Modric asistió con un pase profundo y genial a Vinicius, quien se metió en diagonal, gambeteó al arquero y definió con suavidad para poner el encuentro 1-2 a favor de Real Madrid, a los 65′ de juego.

Crédito. @realmadrid

No se rendía el local, y a los 68′ Bamba tuvo un buen remate que tapó Courtois.

A los 69′ Ferland Mendy ingresó por Fran García en Madrid, mientras que a los 71′ llegaron las primeras dos variantes en el local: Alfon ingresó por Williot Swedberg, y J. Rodriguez entró por J. Manquillo. El tercer y cuarto cambios Claudio Giráldez los realizó a los 77′: Anastasios Douvikas ingresó en lugar de Borja Iglesias, y Pablo Durán reemplazó a Bamba.

Carlo Ancelotti, entrenador de la visita, usó la tercera ventana habilitada, para efectuar el cuarto cambio; Dani Ceballos reemplazó a Kylian Mbappé, a los 81′. Y la quinta variante en Celta llegó a los 86′; Damián Rodríguez entró en lugar de Beltrán.

Real Madrid controlaba el partido, y hasta regaló algunas jugadas de lujo, como la salida de izquierda a derecha, en la que sorteó todo tipo de presiones, con la jerarquía de Rudiger, el buen manejo de Eder Militao, uno de los mejores centrales del mundo, y ambos con excelente dominio del balón, la inteligencia suprema de Modric, y un toque de distinción de Jude Bellingham.

Pero el fútbol es una caja de sorpresas en “loop” constante, y a los 90+1′ Celta estuvo al borde de la igualdad, cuando se fue Alfon por derecha, lanzó un buen centro, y Douvikas desvió el tiro final cuando salía Courtois y el arco parecía grande…

Ganó Real Madrid por 1-2 en su visita a Vigo. Supo jugar y defenderse. Exhibió su enorme categoría, y va, como siempre, en búsqueda del título.

Hernán O’Donnell

Valladolid tomó aire, en un partido cambiante y lleno de emociones

La Liga española transita sus fechas iniciales, pero ya empieza a vislumbrarse el panorama de como será el desarrollo a lo largo de la temporada 2024/25. Los equipos que luchan por el título, aquellos que sueñan con llegar a la clasificación de una Copa, y los que sufren por no perder la categoría. El Alavés,, por ahora en la zona media-baja de la tabla, busca su destino; para Valladolid, la permanencia en la categoría es el objetivo. Se enfrentaron, en el coqueto Estadio de Mendizorroza, en Vitoria-Gasteiz, la capital de la comunidad autónoma del País Vasco, en el norte de España. Y fue para la visita, en un partidazo, donde el local se mostró mejor durante la mayor parte del juego, pero entre los errores arbitrales de Mario Melero López, y la reacción propia, el equipo de Valladolid se llevó el triunfo.

Crédito: @realvalladolid

El conjunto vasco formó con: Antonio Sivera; Nahuel Tenaglia, Abdelkabir Abqar, Moussa Diarra y Manu Sánchez; Ander Guevara, Antonio Blanco y Jon Guridi; Carlos Vicente, Antonio Martínez y Tomás Conechny.

El equipo de Paulo Pezzolano comenzó con Karl Hein; Luis Pérez, Javi Sánchez, David Torres y Raúl Chasco; Raúl Moro, Eray Comert, Mario Martín y Anuar; Selim Amallah y Mamadou Sylla.

Apenas iban 5′ y Mario Martín se enredó en una salida por derecha. “Tony” Martínez lo fue a presionar, aprovechó el error del y rival y se fue al área, para sacar un disparo fuerte, preciso y bajo que puso el partido 1-0 a favor de Alavés.

Pero poco le duró la ventaja. Una salida rápida del arquero Sivera, un poco apresurada y arriesgada, generó una falta sobre Amallah, y llegó el penal para la visita. Lo ejecutó Mamdou Sylla, a los 16′, y convirtió, para dejar el encuentro 1-1.

Crédito: @realvalladolid

El encuentro se hizo más luchado que jugado, pero empezó a prevalecer el local. Y sobre el cierre del primer tiempo acentuó el dominio, y provocó varias llegadas claras.

A los 34′ el local tuvo un corner a favor, el balón cruzó el área y el cabezazo de Guridi fue bien controlado por Hein. Manu Sánchez erró un tiro simple, aunque el off side previo de Tenaglia lo salvó del papelón, a los 36′. Y a los 37′ un remate de Guridi pasó por encima del travesaño.

Sobre el final de la etapa, Mario Martin hizo una gran jugada individual, y su tiro final pasó cerca, cuando iban 44′ de juego.

Parecía que Alavés sacaba ventaja al comenzar el segundo período, pero el VAR advirtió el off side previo a la concreción de Jon Guridi.

Cuando iban 60′, Luis García hizo dos cambios en el equipo vasco. Luka Romero entró por Tommy Conechny, y Joan Jordán reemplazó a Antonio Blanco.

El dominio del local duró los primeros veinte minutos del segundo tiempo. Luego, comenzó a animarse la visita. A los 67′ Sylla encaró un gran contragolpe, cortado por Diarra para sacar al corner.

Crédito: @realvalladolid

Del tiro de esquina, el árbitro fue llamado por el VAR para analizar una jugada que, para nosotros, pegó en la espalda de Guridi. Sin embargo, el juez Melero López sancionó penal, y Selim Amallah lo remató con eficacia para hacer el gol de Valladolid y revertir el marcador. A los 71′. la visita se imponía por 1-2.

García hizo dos cambios más en el equipo del País Vasco; a los 73′ Asier Villalibre entró por Jon Guridi, y Abderrahman Rebbach ingresó por Antonio Martínez. En la visita, Kike Pérez ingresó por Mario Martin; Juma Bah reemplazó a Javi Sánchez, y Víctor Meseguer entró por S. Amallah, también a los 73′.

Pero el viento había cambiado, y era el visitante el que dominaba el partido. En lo futbolístico, en lo físico, y en lo psicológico. Luka Romero perdió un balón en zona de ataque, contraatacó el Valladolid, y tras una gran corrida, Sylla se escapó por izquierda, lanzó el centro y Anuar, con un tiro cruzado, puso el 1-3 para el equipo visitante.

Se jugó García la última carta, a los 77′, y puso a un delantero, Kike García, por un volante, Ander Guevara. En Valladolid, a los 84 Juan Latasa reemplazó Mamdou Sylla.

Y pudo llegar el cuarto, con un cabezazo de Sylla, a los 88′, que pasó apenas encima del travesaño. Luego, fue reemplazado por Stanko Juric, a los 89′ de juego.

No estaba todo terminado. Alavés insistía y cuando iban 90+6′ Kike García paró un balón de espaldas al arco, giró, y sacó un tremendo disparo que se convirtió en el gol de Alavés y dejó el partido en un enorme suspenso por el 2-3 del marcador.

Valladolid sufría, y Alavés se esperanzaba. Tuvo un tiro de esquina a los 90+7′, pero de ese corner el árbitro vio una indescifrable falta, que generó la protesta de Kike García, que no pareció exagerada, pero el juez en pocos minutos le sacó amarilla y la segunda tarjeta, que derivó en la roja y expulsión, cuando ya iban 90+8′ de juego.

Ahí se acabaron las chances del local, aún cuando lanzó un último ataque. Valladolid se abrazó y celebró la victoria. Había sufrido el partido, reaccionó en la media hora final, tuvo algunos fallos que lo beneficiaron, y puso una enorme voluntad para torcer el rumbo del juego que le permite tomar un poco de aire, en esta locura que significa luchar por mantener la categoría.

Hernán O’Donnell

Messi regresó a su tierra con una actuación magistral, y la Argentina metió media docena de goles

El regreso de Leo Messi a las canchas argentinas no pudo haber sido mejor. Como un sueño perfecto, la multitud que se acercó al Estadio Monumental para observar la vuelta del ídolo, pudo gozar de una actuación magnífica del Capitán, una alta producción colectiva, y una goleada demoledora por 6-0 sobre Bolivia, que hasta sonó como una suerte de desquite por aquella caída estrepitosa en La Paz, hace ya más de quince años.

Como sea, la Argentina no desperdició nada de lo que le ofrecía la noche. Jugó, tocó, atacó, lastimó y goleó. Mantuvo la concentración hasta el final, y respetó al rival y al deporte, al fútbol.

El equipo de Lionel Scaloni formó con Gerónimo Rulli; Nahuel Molina, Cristian Romero, Nicolás Otamendi, Nicolás Tagliafico; Rodrigo De Paul, Enzo Fernández, Alexis Mac Allister; Lionel Messi, Lautaro Martínez y Julián Álvarez.

El equipo de Bolivia comenzó con Guillermo Viscarra; Diego Medina, Luis Haquín, Marcelo Suárez, José Sagredo; Miguel Terceros, Roberto Fernández, Gabriel Villamil, Robson Tome, Ramiro Vaca; Carmelo Algarañaz.

Argentina tomó muy pronto el balón y el control del juego. Bolivia se paró con una línea de cuatro, cinco medios y sólo Algarañaz en la ofensiva. Trató de contener al local, de no cederle espacios, de mantener juntas las líneas. Y por un rato, el esquema le dio resultado. Porque achicaba espacios, y a la selección le costaba entrar, pero hizo de la paciencia una virtud, y controló la pelota a la espera de hallar el agujero para lastimar.

Un centro y un cabezazo de Robson Tomé que controló Rulli, a los 13′, fue la primera aproximación de la visita. después, todo continuó bajo la tutela del local.

Llegó el local con un remate de Álvarez, a los 15′, y a los 18′ abrió el marcador. Se resbaló Suárez, presionó muy bien Lautaro Martínez, de esa recuperación el balón le llegó Lionel Messi, quien se fue al arco y definió con su enorme categoría para poner el 1-0 a favor de Argentina.

El local consiguió el gol que le daba la serenidad justa para manejar el partido sin ansiedad, y Bolivia no modificó su esquema. Salirse del libreto podía conllevar problemas y mantuvo el plan original. El problema fue que la Argentina no se conformó. Aceleró, y liquidó el pleito. A los 33′ Leo Messi ejecutó con maestría un tiro libre que el arquero Viscarra sacó al corner, con un notable vuelo. Era el preludio de la tormenta que se le avecinaba.

Cuando iban 42′ Julián Álvarez puso un pase profundo y notable para el pique de Messi, quien con un leve giro para perfilarse al arco, ganó metros decisivos de ventaja a su marcador, corrió hacia la meta rival, y cuando tenía todo para definir, en un acto de extrema generosidad cruzó el balón a su izquierda para que Lautaro Martínez pusiera el 2-0 para la Argentina.

Y ya en el descuento, a los 45+2′, Messi realizó un rápido tire libre para asistir a Julián Álvarez, que con un tiro combado colocó el 3-0 a favor del local.

En el segundo tiempo, el dominio de Argentina se hizo ostensible. Mucho más marcado, porque Bolivia ya casi ni pudo cruzar la mitad de la cancha. Todo fue un monólogo del equipo local. Y a los 64′ abrió la primera ventana de modificaciones, con tres cambios: Exequiel Palacios entró en lugar de Rodrigo De Paul; Thiago Almada ingresó por Julián Álvarez, y Leandro Paredes reemplazó a Alexis MacAllister.

En la visita, enseguida llegaron dos variante, Luis F. Paz ingresó por Roberto Fernández, y Lucas Chávez entró en lugar de Miguel Terceros, cuando iban 66′ de juego.

Pero nada modificó el desarrollo del partido. los cambios fueron solo de protagonistas, porque el dominio argentino se profundizó con el cuarto gol, convertido por Thiago Almada tras una gran jugada colectiva, que puso el marcador 4-0 para la Argentina, cuando iban 68′.

Entonces, Lionel Scaloni decidió hacer los dos cambios que le quedaban en la segunda ventana de variantes. Iban 72′ cuando Lisandro Martínez entró por Nicolás Otamendi, y Nicolás Paz reemplazó a Lautaro Martínez. Fue más que auspicioso el debut de Nico Paz, porque se destacó con cada toque, pisada, giro y gambeta. Un show de fútbol en veinte minutos.

Oscar Villegas, el entrenador visitante, hizo la tercera y cuarta modificación de su equipo a los 78′ de juego; Enzo Monteiro entró por Carmelo Algarañaz, y Adalid Terrazas ingresó por Robson Tome.

Todo parecía concluido. pero quedaba diez minutos más de espectáculo, y la Selección decidió ofrecérselo a la gente. A los 81′ Messi armó una monumental jugada individual, eludió a dos hombres y sacó un tremendo remate que se fue afuera por muy poco. Era la señal de que no todo estaba terminado.

Por eso, El Rey expuso su corona con dos gritos más. A los 83′ gambeteó a Suárez, y sacó un remate cruzado para poner el 5-0 a favor del local.

Y cuando iban 85′ Nico Paz fue el gestor de una enorme jugada. Primero con la apertura a Fernández; luego para devolverle una pared a Messi, quien aprovechó para sacar un remate lejano que se transformó en el 6-0 para la Argentina.

Un show de luces, goles y fútbol propuso la Argentina. Comenzó paciente y terminó indomable. Para regalar otra noche feliz a un público que la sigue con fidelidad y admiración.

Hernán O’Donnell

La Fe de Atlanta lo llevó al empate y a mantener una última ilusión

Atlanta jugó un buen partido ante Deportivo Madryn. Perdía sin merecerlo, empató a poco del final, y en el balance dejó la sensación que mereció llevarse algo más. Tuvo un correcto primer tiempo, algo más complicado el segundo, pero siempre mantuvo la iniciativa, los cambios le dieron más energía y la Fe lo sostuvo para no bajar los brazos. Ahora depende de muchos factores para alcanzar la clasificación al reducido; difícil, pero no imposible. Deportivo Madryn no tuvo una buena noche, aunque su clasificación es una realidad y el ascenso, un sueño posible.

El local formó con Alejandro Sánchez; Mauricio Rosales, Cain Fara, Tomás Rojas y Tomás Silva; Gabriel Vega, Nicolás Previtali, Alejo Dramisino; Federico Bisanz; Leonardo Marinucci y Eric Bodencer.

La visita alineó a Yair Bonnin; Mauro Peinipil, Facundo Giacopuzzi, Pablo Calderón y Hernán Zuliani; Bruno Pérez, Federico Recalde, Nicolás Sánchez, Diego Crego; Juan Peinipil y Brian Ferreyra.

Fue más Atlanta desde el comienzo, y tuvo un par de llegadas, a través de un tiro de Bodencer, a los 8′, y otro disparo cruzado del delantero, a los 10′, que se desvió un poco más.

Madryn se defndía, y recién a los 17′ tuvo un disparo de Mauro Peinipil, que se desvió en un defensor y salvó el “Oso” Sánchez.

Cuando mejor estaba Atlanta, llegó el gol de la visita. Un contragolpe con algo de fortuna, porque Sánchez tapó el doble remate de los atacantes visitantes, pero la última pelota le quedó a Juan Peinipil que puso el 0-1 para Deportivo Madryn, cuando iban 33′ de juego.

Reaccionó el local. atacó con más fuerza. Tuvo un disparo fuerte y cruzado de Federico Bisanz que pasó al lado del palo izquierdo, a los 36′. Una buena jugada de Alejo Dramisino culminó con un remate cercano, cuando iban 40′. Y Madryn cerró el primer período con un disparo alto de Crego, a los 45′.

Atlanta no tuvo tanta profundidad en el segundo tiempo, pero no perdió la Fe, ni la insistencia en ataque. A los 55′ Marinucci probó con un tiro que se fue apenas alto. A los 57′ llegó la primer a variante en la visita: Estanislao Jara entró por Nicolás Sánchez.

Luis García, el DT local, hizo dos variantes a los 64′; Nicolás Medina entró por Federico Bisanz, y Joaquín Susvielles ingresó por Eric Bodencer. Y los cambios le dieron resultado, porque tuvo más peso Susvielles en aguantar la pelota, y Medina le dio mucha velocidad y vértigo al ataque.

Leandro Gracián, el entrenador del equipo de Chubut, hizo la segunda y tercera modificación a los 67′ de juego: Julián eseiza ingresó por Juan Peinipil, y Jonathan Palacio reemplazó a Brian ferreyra.

Pero el dominio continuaba en poder del “Bohemio” y a los 69′ Vega metió un tremendo remate que salió apenas alto.

García continuó con más variantes, para que Atlanta tuviera más aire y fuerza en la búsqueda de la igualdad. A los 73′ Jonathan Cañete entró en lugar de Alejo Dramisino, y a los 79′ efectuó las dos últimas modificaciones: Luis Arroyo reemplazó a Leonardo Marinucci, y Nicolás Mosca entró por Tomás Silva.

Gracián buscó cerrar el partido y a los 81′ realizó sus últimos dos cambios. Mauricio Mansilla entró por Mauro Peinipil, y Álvaro Dionisio reemplazó a Bruno Pérez.

Hasta que la justicia apareció en la noche lluviosa de Villa Crespo y Luis Arroyo puso el 1-1 cuando iban ya 83′ de juego.

Lo pudo ganar el “Bohemio” a los 90+1′ con un tiro de Gabriel Vega que pegó en el travesaño. Se hubiera acercado un poco más a la justicia, porque Atlanta jugó mejor que Deportivo Madryn e hizo méritos para llevarse algo más. Y si no se quedó sin nada es porque nunca perdió la Fe.

Hernán O’Donnell