Primero hay que saber sufrir, después ganar, después partir…

Como el tango “Naranjo en Flor”, Argentina en esta serie de Play Off de Reclasificación del Grupo Mundial I ante Bielorrusia por la Copa Davis by Rakuten, fue una expresión de la famosa canción de Homero y Virgilio Expósito, y que el “Polaco” Goyeneche interpreta hasta erizar la piel. “Primero hay que saber sufrir, después amar, después partir…” la Selección Argentina de Tenis fue eso. Un sufrimiento enorme por la derrota inesperada de Diego Schwartzman ante Daniil Ostapenkov. Luego, la actuación de Guido Pella que acomodó un poco las cosas, en un sábado de miradas desconcertantes y búsqueda de explicaciones de lo tal vez inexplicable.

Y el domingo también supo, primero sufrir, después ganar y luego partir, a seguir la vida trashumante de los tenistas, que los encuentra en cualquier lugar del mundo. Pero no fue un domingo cualquiera, porque con el nuevo formato de la Davis, aún en esta fase más baja que la Final que se juega como un Mundial de Fútbol, aún con estas reminiscencias de la vieja y añorada Copa, el esquema de jugar en dos días dejó toda la expectativa para la jornada final, pues todo queda por resolverse en ella. Y la Argentina y Bielorrusia llegaron al siempre importante punto de dobles con una igualdad que los colocaba con cierta expectativa. El equipo local ya tenía previsto jugar con Horacio Zeballos y Máximo González; Bielorrusia decidió poner a los dos singlistas, que de hecho ya habían pasado por la prueba de fuego del día inicial. Así, con la desfachatez de Daniil Ostapenkov y la juventud de Erik Ariutunian salió a pelearle el match a la Argentina. Y hubo que sufrir, como dice el tango, vaya si hubo que sudar.

Porque el primer set fue para la visita. Arrancó con el saque Zeballos, lo siguio Ostapenkov, luego González y por último Ariutunian. Todos conservaron y fue 2-2 la primera ronda de servicios. Lo mismo pasó en la segunda ronda, aunque la Argentina tuvo 3 break points en el octavo game que no pudo usufructuar. El match quedó 4-4. Sacó Zeballos, de buen partido, y puso el 5-4. Ostapenkov, con un servicio fortísimo, 5-5. Falló “Machi”, de juego deslucido en el primer set y quebraron los bielorrusos. 5-6. Sostuvo Ariutunian y el set fue para la visita, 5-7.

El segundo parcial fue igual en el inicio; la misma ronda de sacadores y el 2-2 parcial; luego, Zeballos puso el 3-2 para la Argentina, quebraron a Ostapenkov, 4-2; González, que creció en el juego y en la confianza, puso con su saque el 5-2 y quebraron el servicio de Ariutunian para llegar al 6-2.

Y la tercera manga fue similar; defendieron su saque Zeballos, Ostapenkov y González: 2-1 para la Argentina. Quebraron a Ariutunian, 3-1. Sacó bien Zeballos, 4-1. Ostapenkov con su servicio achicó a 4-2. González amplió a 5-2 y quebraron el saque de Ariutuinian para sellar el 6-2 del tercer y último set.

Argentina inclinaba el marcador en el tercer partido para adelantarse por 2-1 ante Bielorrusia.

Y llegó el momento de Diego Schwatrzman. El esperado instante del desquite, de sacudirse los fantasmas y reencontrarse con la gente. Enfrente, Alexander Zgirovsky. Un partido casi sin análisis ni equivalencias: 6-1 y 6-2 para poner el cuarto punto a favor de la Argentina. La serie quedaba terminada con el 3-1, aunque quedaba un partido por jugar.

“La gente te trata muy mal, cuando perdés un partido de tenis, y a veces eso es muy duro”, dijo el “Peque” al borde de las lágrimas en una entrevista para el canal TyC Sports que se reprodujo en los altavoces del Buenos Aires Lawn Tennis Club. “El tenis tiene eso, que vas y venís, perdés y ganás, y por eso les quiero agradecer a todos los que vinieron por el apoyo en los dos días. lo mío el sábado fue malo, no contagié mucho, pero hoy había que salir adelante. Se que puedo jugar mucho mejor, pero lo importante era ganar y sacarme la mala sangre de ayer”.

“Es espectacular representar al país. Tenemos un buen equipo, nos llevamos muy bien, venimos con muchas ganas de jugar. Y también le quiero agradecer a Fede Delbonis, al “Yaca” (Leo Mayer) y todos los jugadores argentinos que ayer me escribieron para darme aliento”, cerró en el court central.

Después fue el turno de la presentación de Federico Coria, quien derrotó por 6-3 y 6-1 a Daniil Ostapenkov. Y también lo embargó la emoción: “Gracias por quedarse, aunque ya habíamos ganado la serie. Este es el día más especial de mi carrera y de mi vida. Se lo quiero dedicar al más grande de todos, a Guillermo Vilas. Gracias a él, mi papá, es profesor de tenis. Gracias a él, mi ídolo se llama Guillermo. Gracias a él, hoy puedo tener el día más especial de mi vida en su cancha. Le quiero agradecer de corazón. Voy a seguir luchando por mis sueños”, afirmó también embargado por las emociones.

Fue como el tango. La Argentina supo sufrir, después gozar…y después partir, a buscar nuevos horizontes, nuevos desafíos, y a soñar con Marzo de 2022, cuando la famosa Copa Davis nos vuelva a llamar al corazón.

Hernán O’Donnell