“Es el equipo del traductor”

El grito fuerte, unánime y feliz de los jugadores de Godoy Cruz de Mendoza no hacía más que reconocer a un hombre que llegó en silencio, sin resonancia, con el único antecedente conocido de haber trabajado con Marcelo Bielsa, primero como traductor y luego como entrenador ayudante. Un hombre que comenzó su carrera futbolística en las ligas regionales de Córdoba, y allí jugó hasta los 30 años, pero que un tiempo antes ya tenía decidido ser entrenador profesional de fútbol. Dejó la actividad de jugador y enseguida viajó a Europa para aprender francés e inglés. Cuando estaba en Francia llegó Marcelo Bielsa al Marsella y luego, cuando estuvo en Lille, Flores, a través de un contacto pudo relacionarse con él.

El tiempo lo convirtió en ayudante del rosarino, y hoy es el técnico de un Godoy Cruz que avanzó a cuartos de final de la Copa Argentina, tras vencer a Racing por 5-4 en los penales, en un partido electrizante que había finalizado 3-3. Y en la tanda de los penales también fue tensionante la pardad, porque recién al final, en la última ejecución, apareció el paraguayo Juan Espínola, arquero del equipo mendocino, para atajar el disparo de Copetti y sellar el 5-4 final.

Pero antes hubo un partido, que tuvo un comienzo muy atractivo del “equipo del Traductor”. Porque Godoy Cruz presentó un esquema ágil, eficiente, dominante. El equipo se paró con una línea de cuatro con Elías López, Gianluca Ferrari, Leonel González y Ian escobar. Dos contenciones, Leyes y Guillermo Pereira, tres hombres de creación y velocidad como Lomónaco., Bullaude y Burgoa, y de centro delantero, Badaloni.

Racing soportó un vendaval inesperado, con problemas desde el inicio, porque a los 8′ se lesionó Matías Rojas y debió ser reemplazado por Chancalay. Enseguida llegó el contra ataque de Godoy Cruz, tras cortar un pase de Aníbal Moreno, Leonel González se proyectó por su banda, combinó con Lomónaco, llegó el centro y Bullaude tocó suave para marcar el 1-0 para el equipo cuyano cuando iban 12′.

Y aún no se habían despertado de ese golpe, que llegó una segunda cachetada: a los 15′ Burgoa tomó el balón en la banda izquierda, tras una pelota presionada sobre Cvitanich, enganchó hacia adentro ante la marca de Cáceres, Fabricio Domínguez tampoco lo pudo controlar y cuando encontró el espacio, sacó un remate combado que se metió en el ángulo de Gabriel Arias y Godoy Cruz se adelantó por 2-0.

Racing estaba aturdido y sin reacción. Lentos atrás, Cáceres, Sigali, Nery Domínguez, solo el lateral Eugenio Mena se proyectaba con determinación. En el medio, Aníbal Moreno. Más adelante, Fabricio Domínguez, “Licha” López y el ingresado Chancalay, y en el ataque, Enzo Copetti y Darío Cvitanich. Pero el equipo no salía de su encierro ni lograba presionar arriba.

Para Racing era difícil controlar la rapidez con que se movía su rival. Y cuando llegaba a posiciones ofensivas, se veía ahogado, sin espacios para lastimar. El equipo de Mendoza se sentía cómodo y los cuatro hombres de ataque generaban peligro en cada movimiento. A los 40′ tuvo una chance clara con un tiro libre de Lomónaco que desvió Gabriel Arias con acierto. Era un sacudón más, pero la “Academia” sobre el cierre del primer tiempo renovó la esperanza. Fue a los 43′ cuando el lateral chileno Eugenio Mena se lanzó por la banda izquierda, levantó la mirada y sacó un centro preciso que Lisandro López convirtió de cabeza para achicar el score a 2-1 a favor de los mendocinos.

En el complemento, Claudio Ubeda, entrenador de Racing, decidió presentar una segunda variante: Carlos Alcaraz ingresó en lugar de Juan Cáceres. El conjunto de Avellaneda intentó ser más profundo, de adelantar líneas. Diego Flores, a su vez, determinó dos modificaciones cuando iban 56′ de juego: Martín Ojeda reemplazó a V. Burgoa y G. Abrego ingresó en reemplazo de G. Pereira. A los 60′ llegó un tercer cambio en Godoy Cruz; Nelson Acevedo reemplazó a Leyes.

Y en eso estaban, en el momento en que los equipos empiezan a acomodarse a las variantes, cuando Racing llegó a la igualdad, a los 61′ con un cabezazo de Copetti, quien había recibido un centro desde la derecha.

El partido se hizo más equilibrado, porque la “Academia” creció en el rendimiento. Y se paró un poco más adelante, en la zona donde se gana el control del juego, el centro del campo. Insistió Racing, mientras a los 69′ Maxi Lovera reemplazó a Lisandro López. A los pocos minutos, Godoy Cruz cerró sus variantes: M. Ramirez entró por S. Lomonaco y C. Colman reemplazó a Badaloni, cuando iban 72′ de juego.

Parecía que el empate quedaba encaminado, sin embargo al encuentro le restaban más emociones. A los 77′ Ramírez enganchó desde la banda izquierda hacia adentro, y cuando se vio listo sacó un disparo bombeado y fuerte que se metió junto al palo izquierdo de Gabriel Arias, para poner el 3 a 2 a favor de Godoy Cruz.

Claudio Ubeda se jugó una última carta. A los 85′ decidió sacar a Darío Cvitanich y poner en su lugar a Javier Correa. Y el tiempo le dio la razón, porque a los 89′ Maxi Lovera ejecutó con maestría un tiro libre, puso el balón en el corazón del área y Correa metió un tremendo cabezazo para sellar el definitivo 3-3.

Llegó entonces el momento de definir por ejecución de remates desde el punto del penal. Y fueron pateados todos de muy buena manera; todos fuertes, algunos a colocar, otros con buena altura, otros al medio. González abrió el marcador para Godoy Cruz, igualó Maxi Lovera y siguieron Ojeda, Fabricio Domínguez; Acevedo y Chancalay; Ramírez y Alcaraz. El partido estaba 4-4, sin errores. En la última serie, el quinto penal de Godoy Cruz lo convirtió Bullaude. 5 a 4. Y Espínola atajó el de Enzo Copetti.

Ahí se desató la euforia y la alegría. Y el canto promisorio “Borombombón, borombombón, es el equipo, del traductor…” Godoy Cruz sueña, como alguna vez soñó su joven entrenador.

Hernán O’Donnell