Olympique Lyon se soltó, lo fue a buscar y dio la sorpresa

El fútbol es maravilloso, impredecible, sorprendente. Unico. No hay deporte que tenga lugar a tantas sorpresas, que sea tan inesperado. Tal vez el boxeo, donde una mano bien puesta puede cambiar el curso de un combate, o un ignoto sorprender a una gran figura. El único que se acerca al fútbol. Olympique Lyon liquidó a Manchester City por un 1-3 que dejó sin palabras a la cátedra y que tiene varios momentos para recorrer en el partido.

El equipo francés tuvo su momento en el inicio, ese minuto donde se alinean los planetas y encuentra la jugada justa, y golpeó. Olympique Lyon consiguió la ventaja a los 23′ cuando Cornet pudo finalizar un pelotazo largo, y el rebote que le quedó para definir con comba y sorprender al mundo, que veía caer al Manchester City en un partido que se presentaba como favorito. Porque venía de eliminar al Real Madrid tras una gran producción futbolística y ahora se encontraba con un duro golpe. Inesperado. Pero Olympique Lyon aprovechaba esa oportunidad y se ponía 0-1.

Porque el City de Guardiola no brillaba, no era el mismo que aquel partido ante el Madrid, pero dominaba las acciones. Había salido con una propuesta ofensiva habitual, con tres defensores y cuatro volantes en los que Gundogan y De Bruyne se repartían la creación, en tanto Rodri apoyaba desde atrás. Y Sterling y Grabriel Jesús arriba.

Pero era liviano el equipo inglés. Manejaba el balón y lo movía a lo ancho de la cancha, pero no era tan potente como lo habíamos visto hace unos días. Así y todo se las arregló para producir varias llegadas claras, una con un desborde de Sterling, el amague y el pase atrás a Rodri que no pudo rematar bien. Otra jugada, un buen pelotazo de De Bruyne a Sterling y el cierre a tiempo de Cornet.

En el complemento City acumuló llegadas, sobre todo por la creatividad de De Bruyne y la habilidad de Sterling, aunque las más claras fueron un par de tiro libres del belga. A los 55′ R. Mahrez entró por Fernandinho, para acentuar el ataque.

Un pelotazo perfecto de Gabriel Jesús a Sterling por izquierda dio nacimiento a la jugada del empate. Sterling entró al área, enganchó bien frente a la marca y cedió al medio para la entrada libre y limpia de De Bruyne, quien abrió el pie para cambiar el palo al arquero Lopes y marcar el 1 a 1 a los 68′ de juego.

A partir de ahí, salió otro partido. Porque Lyon se soltó. Salió a buscar un poco más. Y si alguien pensaba que se iba a refugiar en su campo para aguantar el empate, se equivocó. Jugó más de lo que lo había hecho hasta ese momento. Los últimos veinte minutos vieron a un conjunto suelto, veloz, agresivo y que se compenetró en sus marcas de uno a a uno.

Primero movió el banco: a los 69′ T. Mendes ingresó en lugar de B. Guimarães y más tarde sumó dos variantes más, cuando a los 73′ K. Tete reemplazó a L. Dubois y M. Dembelé ingresó por M. Depay.

El City llegaba, pero chocaba contra el arquero Lopes, seguro, atento y de buena presencia. Y tuvo una posibilidad tras un pase de Sterling a Gabriel Jesús, pero su tiro de pique al suelo se fue arriba del travesaño. Y Lyon, que se había dispuesto a pelearle el partido, a los 78′ se puso otra vez en ventaja, cuando Aouar sacó el pelotazo a Dembelé, que Jeff Reine-Adelaide dejó pasar y evitó su offside, y el delantero francés se fue solo hacia el arco de Ederson, al que venció con un tiro que dobló su resistencia para poner el juego 1-2.

El Manchester City volvió a tener una oportunidad, la chance más clara del partido para desnivelar el marcador, Sterling desvió alto su remate con el arco vacío tras una excelente jugada de Gabriel Jesús, cuando iban 85′ del partido. Allí, el conjunto de Guardiola sintió que el sueño se le iba…

Y en la continuidad, Lyon dio el golpe de gracia. La llevó Reine-Adelaide, abrió para Aouar, el remate fue rechazado a medias por Ederson y Dembelé tomó el rebote (Cancelo lo había habilitado cuando partió el tiro, en otro error que se le sumó a la mala entrega en la que nace el segundo gol) y a los 86′ Lyon estiró la ventaja a 1-3.

Allí se terminó el sueño del City y empezó la gran ilusión francesa. Pocos daban a Olympique Lyon como un posible semifinalista, pero allí está el equipo francés.

Encontró su momento en el primer tiempo, se refugió cuando City lo fue a apretar, y en los últimos veinte minutos, cuando llegó el empate inglés y parecía que lo apretarían contra su arco, salió a jugar, se soltó y marcó dos goles para construir una victoria increíble, inesperada, soñada, y darle paso a una sorpresa más en esta inagotable fuente de emociones que es el fútbol.


Hernán O’Donnell