PSG llegó a la final con el entusiasmo de un triunfo convincente

Poco los tenían en cuenta, pero a fuerza de buenas actuaciones, París Saint Germain y RB Lipzig llegaron a una semifinal de la UEFA Champions League. Todo quedó atrás, en el pasado. Un partido y el premio, el pasaje a la Gran Final. Nada más para discutir, sobran las palabras. A la cancha.

París Saint Germain entendió rápido el partido que propuso Leipzig. Porque el equipo alemán salió como siempre, a jugar rápido, con mucha gente volcada al ataque y con el vértigo como principal aliado. Y entendió que tenía que lastimarlo, aprovechar los espacios libres que dejaba a sus espaldas y presionarlo en la salida, porque si recuperaba bien arriba el balón iba a quedar en poder de Neymar, Di María, Mbappé… A los 5′ este dejó solo a Neymar, y el remate del brasileño dio en el palo derecho de Gulacsi. Era un aviso.

A los 12′ abrió el marcador, con un tiro libre de Angelito Di María al corazón del área y la entrada libre de mraquinhos para conectar de cabeza y señalar el 0-1.

A partir de allí se afirmó el equipo francés en el campo. Se hicieron presentes los volantes, con el criterio de Paredes y el andar de Marquinhos, y ante la propuesta alemana de ir de modo masivo al ataque, Neymar, Mbappé y Di María encontraron muchos espacios para la cobertura a veces desesperada de Mukiele, de buen primer tiempo, Upamecano, Klostermann y Angeliño.

A los 37′ tuvo una oportunidad PSG con un buen tiro libre de Neyamr que sorprendió a propios y extraños porque cuando todos esperaban el centro al área, tiró al arco y el balón dio en el palo izquierdo de Gulacsi.

La presión del conjunto francés tuvo su premio cuando salió a apretar a Leipzig en una salida y el balón lo recuperó rápido, el pase al medio para Neymar, el taco a Di María y Angelito que define solo para poner el 0-2 a los 41′ del primer tiempo.

Encima tuvo una chance más a los 45′ tras un buen contraataque que Neymar no pudo finalizar y su tiro se fue apenas afuera.

Para Leipzig lo mejor era esperar que se terminara el primer tiempo, barajar y dar de nuevo. París era el dueño de la noche en Portugal.

Julian Nagelsmann dispuso dos variantes para empezar el segundo tiempo: el sueco Forsberg en lugar de C. Nkunku y el delantero P. Schick por el español Dani Olmo; dos variantes necesarias para darle más potencia al ataque con Schick y más creatividad con Forsberg.

Pero la noche de PSG estaba iluminada y brillaban sus estrellas. Así llegó el tercero, con una buena presión en la salida y el centro de Mbappé para Bernat que de cabeza marcó el 0-3 a los 55′.

Leipzig apeló a otro cambio para modificar el rumbo del encuentro: a los 61′ ingresó el central Halstenberg por Laimer, y quedó establecido con tres centrales, Klostermann que pasó a la derecha, Upamecano por el medio y el ingresado Halstenberg por izquierda, Mukiele y Angeliño como laterales volantes dos por el medio, Sabitzer y Kampl, Forsberg como enlace volcado a la izquierda y Poulsen y Schick como delanteros.

Pero no hubo caso porque París se afirmó en la noche sobresaliente de Leandro Paredes, la velocidad de Mbappé, el talento de Di María y la enorme capacidad futbolística de Neymar. Y cuando subía Bernat, el desborde era total. Así sumó más ocasiones para convertir, como a los 69′ cuando Di María tuvo un centro preciso y la entrada de Mbappé pasó muy cerca. O cuando a los 71′ Parede sacó un tiro fuerte y preciso desde muy lejos, pero respondió bien Gulacsi.

RB Leipzig había intentado con dos tiros de afuera de Forsberg, pero sus intenciones chocaban con la seguridad de Kimpembe, de muy buena actuación.

Entonces el partido entró en una zona inmodificable. Porque el equipo de Tuchel fue amo dueño del control. Aún cuando no tuvo el balón, supo controlar los ataques del equipo alemán. Y cuando lo tuvo, provocó temblores que hacían presagiar un final muy duro.

No lo fue porque reguló fuerzas al final, y metió cambios para preservar jugadores y pensar en la inminente final. A los 82′ entró J. Draxler por Leandro Paredes y 82′ M. Verratti ingresó por A. Herrera; a los 85′ E. Choupo-Moting reemplazó a K. Mbappe y Pablo Sarabia ingresó en lugar del argentino Angel Di Maria.

París ya pensaba en la final, a la que llegó con toda justicia y entusiasmado por una actuación sólida y un triunfo convincente.


Hernán O’Donnell