Juventus chocó con Silvestri y Verona se enamoró del empate

Fue un partido entretenido, que creció con el corre de los minutos. Fue de menor a mayor; pareció que iba a resultar un clásico 0 a 0, con poco fútbol y mucho tedio. Parecía que la ausencia de Cristiano Ronaldo lo iba a eclipsar todo. Y, sin embargo, resulto un encuentro entretenido y emotivo sobre el final.

Juventus trató de imponer condiciones con el juego de Dybala, las proyecciones de Cuadrado, el trajinar de Rabiot, la dinámica de Arthur y la peligrosidad de Morata. Hellas Verona no se escondía; sabía que meterse atrás hubiera sido algo parecido a resignarse a una derrota y le planteó la lucha en la mitad de la cancha.

A los 40’ tuvo la mejor ocasión el local, con un remate fuerte del colombiano Cuadrado y el travesaño devolvió la pelota. También tuvo una ocasión con Moratta a los 44’, pero el VAR determinó que estaba, una rodilla, en posición fuera de juego.

En el complemento, Ilic entró por Tameze a los 50’; más tarde, a los 54’ Magnani ingresó por Ceccherini y Favilli por Kalinic. Era el tiempo de mover el banco para darle aire al visitante.

Entonces llegó la jugada colectiva, del medio hacia la izquierda, el desborde de Zaccagni, lallegad de Favilli y el gol de Verona a los 60’ para poner el partido 0-1 para la visita.

Pirlo decidió, en ese momento, que Kulusevski ingresara por Bernardescchi. Un minuto más tarde, Barak debió entrar por Favalli, quien sintió un tirón en el isquiotibial derecho en el momento de lanzar al gol.

Juventus soltó amarras. Se fue al ataque, a la búsqueda de la igualdad. Verona se retrasó y empezó a aguantar el partido. Entonces Silvestri se convirtió en figura. Una y otra vez. A los 77’ Kulusevski logró entrar por derecha, amagó una y otra vez y sacó un remate que se transformó en el 1 a 1.

Y el local fue por todo; a pesar de los contratiempos. Puso a Vrioni por Ramsey a los 88’ y en los minutos de descuento, que fueron seis, sacudió una y otra vez la defensa visitante, pero siempre apareció Mateo Lovato para cortar o Silvestri para volar. El arquero le tapó un remate a Dybala, un cabezazo a Moratta y un tremendo disparo a Cuadrado. Todo en los minutos finales.

Así aseguró el heroico empate de Hellas Verona y le dejó la insatisfacción al local, que perdió dos puntos importantes en un lucha que recién empieza.

Hernán O’Donnell