Argentina se repite en sus actuaciones, pero ya piensa en los cuartos de final

Se habló en la previa de este partido entre Argentina y Paraguay, por la tercera fecha del Grupo “A” de la CONMEBOL Copa América Brasil 2021, mucho más que de lo que se había conversado en los días previos a los partidos anteriores del seleccionado. Mucho más que antes de Chile y Uruguay. Porque el rumor que corrió durante el fin de semana fue que Lionel Andrés Messi no iba a jugar, y a partir de allí se establecieron todo tipo de especulaciones, análisis y debates sobre la certeza o no de esta ausencia, las razones de la misma y las posibilidades de los reemplazantes y del equipo en general, si el capitán no hubiera estado desde el inicio del juego.

Cuando faltaba poco más de una hora para que comenzara el partido, sucedió lo que muchos también imaginábamos y creemos que hace a la esencia de Messi: iba a jugar, a ser titular, tal como lo desea siempre: jugar todos los minutos de todos los partidos. Y si está cansado, descansa en la cancha, durante el partido. Apela a su inteligencia y camina a la búsqueda del mejor lugar de la cancha donde pararse, donde ubicarse. Argentina salió con un equipo distinto, pero con Messi adentro.

Una hora antes se supo la alineación de la selección: Emiliano Martínez, el dueño indiscutido del arco. Línea de cuatro con Molina, Romero, Pezzella y Tagliafico; dos volantes centrales: Guido Rodríguez y Leandro paredes. Por delante de ellos, tres media puntas, Alejandro Gómez, lionel Messi y Angel Di María. Y Sergio Agüero como centrodelantero. Enfrente Paraguay, con Antony Silva en el arco. Espínola, Gustavo Gómez, Junior Alonso y Arzamendia en el fondo. También doble eje central, con dos volantes con pasado en el fútbol argentino: el ex Boca, Andrés Cubas y Robert Piris da Motta, ex volante de San Lorenzo. Por delante, Alejandro Romero Gamarra, ex Huracán, Miguel Almirón, quien se destacó en Lanús y Angel Romero. figura de San Lorenzo. Como centro delantero, el jugador de Argentinos Juniors, Gabriel Avalos.

Lo cierto es que Argentina se repite. Juegue quien juegue, utilice el esquema que utilice. Siempre es un equipo que sale decidido, que juega bien un lapso del primer tiempo (que puede durar más o menos tiempo en ese período), pero que en ese momento despierta entusiasmo, invita a la ilusión y casi siempre domina al rival, lo supera, saca una ventaja en el marcador para luego diluirse en el complemento. Y allí sufre. En varias oportunidades le empataron, aunque esta vez contra Paraguay, igual que el partido anterior frente a Uruguay, pudo conservar la ventaja. Pero fue un partido repetido con respecto a los últimos cuatro que jugó. Un tiempo para gozar, el otro para sufrir.

Fueron muy buenos los primeros quince minutos del equipo de Scaloni. Con buena presión de los dos medios, Guido Rodríguez y Leandro Paredes, muy firme Romero en la defensa y concretos Tagliafico y Molina para trepar por las bandas. Adelante Di María y Alejandro Gómez se movieron y mostraron para ganarse un lugar en la titlaridad, mientras Messi buscaba darle aire a su amigo Agüero. A los 5′ probó el “Papu” Gómez con un remate que se fue apenas alto; a los 6′ Piris da Motta quisó jugar para su arquero de cabeza y se la dejó servida a Agüero, cuyo disparo se fue muy cerca desde una posición inmejorable.

Y a los 9′ abrió el marcador. La jugada nació en una combinación entre Di María y messi, el hombre de PSG se fue por la banda, amagó el pase lateral a Molina, entró hacia el medio y le cortó el pase a “Papu” Gómez, quien definió suave y por encima de la salida de Antony Silva y puso el 1 a 0. Un golazo que presagiaba una actuación convincente de Argentina, que a la postre no ocurrió.

El equipo de Scaloni comenzó como suele hacerlo; a ritmo arrollador, y con una ventaja temprana sobre el adversario. A los 17′ Messi metió un clásico tiro libre al palo del arquero, bajo y fuerte, que pasó muy cerca del poste derecho de Silva. Lucía preciso el conjunto albiceleste, mientras que Paraguay se recostaba en la velocidad de Miguel Almirón para desbordar y buscar, con sus cambios de ritmo, los ataques necesarios. Avalos alternaba buenas y malas con Romero y Germán Pezzella, mientras que Angel Romero no era productivo. Bien Piris da Motta para recuperar y fuerte Gustavo Gómez en los mano a mano. Pero era más la Argentina y lo hizo notar a lo largo del primer tiempo.

En el complemento se acentuó el dominio guaraní. Porque se quedó mucho la selección. Cedió campo y pelota, pero no tuvo aire para explotar los contragolpes. A los 58′ Joaquín Correa entró en lugar de Sergio Agüero, que no tuvo una buena noche. Y Paraguay empujó, sobre todo por el lado de Almirón, que buscaba socios y encontraba algo en Romero Gamarra, voluntad en Arzamendia y algo de Angel Romero.

Por eso Eduardo Berizzo decidió algunas modificaciones en Paraguay: iban 65′ cuando Oscar Romero reemplazó al “Kaku” Romero Gamarra y A. Cardozo entró en lugar de Andrés Cubas; cambios ofensivos para reforzar el ataque guaraní.

Argentina no respondía, y a los 71′ Rodrigo De Paul entró en lugar de Alejandro Gómez, mientras que a los 80′ Nicolás Dominguez entró en lugar de Leandro Paredes y Angelito Correa reemplazó a su tocayo, Di Maria; allí Messi encontró un socio. Un poco más de fútbol, alguien para tocar y armar juego. Respiró el conjunto albiceleste y se tomó un respiro al final.

Berizzo fue por las últimas variantes. A los 81′ R. Sanchez ingresó en reemplazo de Robert Ayrton Piris da Motta y un poco más tarde, a los 85′ B. Samudio reemplazó a Gabriel Avalos y C. Gonzalez ocupó el lugar de Angel Romero. Pero no tuvo oportunidades, y los pelotazos que rondaron el área argentina todos fueron conjurados por Emiliano Martínez, el indiscutible arquero argentino.

Para la selección fue ganar y clasificarse a los cuartos de final. Con un rendimiento similar al de los últimos partidos, resultados positivos y la clasificación asegurada.

Hernán O’Donnell