Lewis Hamilton traza su camino paralelo al resto

Empezó el Mundial que parece tener dos caminos abiertos y paralelos. Un Campeonato de Fórmula 1 que promete tener muchas emociones, pero que también advierte una trama unilateral, con el rumbo del séxtuple campeón que parece inequívoco, y el resto de la plantilla que pelea, disputa y compite en otra dimensión.

Algo así se vio en el Gran Premio de Hungría. Una competencia fantástica, que estuvo llena de intensidad, que tuvo expectativa desde el inicio y que durante muchos tramos presentó variantes y modificaciones en distintas posiciones. Menos en la primera, porque Hamilton largó en punta y tomó la delantera que nunca dejó, excepto en un momento cuando se detuvo en la primera variante de cubiertas. Pero ganó de punta a punta, como si hubiera jugado a otra cosa, como si hubiera estado en otro mundo mientras sus rivales se debatieron en luchas encarnizadas por ocupar el resto de las ubicaciones.

Fue solo largar y que empezara una carrera cautivante, atrapante. Porque se escapó el inglés, es verdad, pero Valteri Bottas tuvo un inconveniente en la salida y lo pasaron Stroll, Verstappen, Leclerc y Vettel. Le iba a costar a Bottas recomponer su posición, pero el Gran Premio ya comenzaba con novedades.

La estrategia de cambiar neumáticos rápido le dio resultado al equipo Haas, que muy pronto vio a Magnussen y Grosjean ubicados en el segundo y tercer lugar. Se sabía que sería difícil para ellos sostenerse en las más de 60 vueltas que restaban, pero la emoción de vivir ese vértigo valía la pena.

No era bueno el comienzo de Mc Laren; en tanto Norris no podía repetir sus buenas actuaciones de las dos primeras competencias y se resbalaba hacia atrás del pelotón, una mala parada de Carlos Sainz también retrasaba al español.

La lluvia se anunciaba y se demoraba al mismo tiempo. Se la aguardaba pero tampoco llegaba. Y eso generaba dudas e incertidumbre en los equipos, que poco podían prever en cuanto a hacer o no el cambio de neumáticos.

Al promediar la carrera, el libreto estaba escrito, pues Hamilton volaba y se alejaba de Verstappen que había alcanzado el segundo lugar, en tanto por detrás se sucedían los cambios de posiciones en luchas intensas y emotivas. Los Haas, por lógica, empezaron a perder terreno ante autos más veloces, mientras arremetían los Red Bull y el propio Bottas aumentaba su rendimiento. Cada duelo contenía la respiración; Stroll mantenía el tiempo, Alexander Albon también y Vettel aceleraba posiciones, en tanto “Checo” Pérez superó a Romain Grosjean y se metía en la zona de arriba.

El final encontró el duelo tremendo entre Sainz y Leclerc, hasta que el Mc Laren encontró el espacio y pudo superar a la Ferrari, en un duelo por la lucha a entrar en la zona de puntuación. Y Sainz, envalentonado, fue por Magnussen, su siguiente objetivo.

Todo en un marco cambiante y emotivo, se ubicaron detrás del ganador Max Verstappen y Valtteri Bottas en la zona del podio, mientras que Lance Stroll, Alexander Albon, Sebastian Vettel, Sergio Pérez, Daniel Ricciardo, Kevin Magnussen y Carlos Sainz se ubicaron hasta el décimo lugar, todos los que sumaron puntos. Todo fue variado, excepto el primer lugar, ese que dominó Hamilton desde la largada, que lo llevó a reinar en Hungaroring de punta a punta, empezar a dominar las posiciones y construir su sueño de campeón una vez más, mientras pareciera que empieza a correr su torneo paralelo al resto de los pilotos.


Hernán O’Donnell