El coraje de la dupla argentina dio otro paso en el voley de playa

Empezó gris como el cielo de Costa Verde San Miguel, a orillas del Pacífico. Allí, en las costas de Lima, donde el océano ruge y se cubre de niebla, la dupla argentina de Beach Voley, Julián Azaad y Nicolás Capogrosso tuvo que apelar a todo su coraje, su energía y también su sangre fría para sacar adelante el partido ante Uruguay y clasificarse a la semifinal de la especialidad en estos Juegos Panamericanos Lima 2019.

No fue nada fácil en encuentro por los cuartos de final. Porque la pareja celeste comenzó más enchufada, más segura y los argentinos no estaban precisos. Además, tuvieron alguna falla no forzada y no se mostraron seguros en la recepción.

Por eso la primera manga se fue para Uruguay, que dominó desde el inicio el set. Cuando miramos el marcador ya estaba 9-15; enseguida se fue a 14-21 y casi sin darnos cuenta, Argentina se encontraba set abajo.

Pero los muchachos se hicieron fuertes en la adversidad, apretaron los dientes y se mostraron muy recuperados en el segundo parcial. Se sacaron la bronca y le metieron hasta ponerse 21-14 para forzar el tie break. El equipo se ordenó, tal como lo reconoció Azaad más tarde en la zona de entrevistas, fueron más frontales, más ordenados y mejoraron la recepción. Era cuestión de calmarse, dijo Azaad y en cuanto pudieron bajar ese cambio y meterse en el juego con tranquilidad, todo varió.

Este último fue duro y parejo. Uruguay siempre se mantuvo en partido, incluso estaba arriba en el marcador: 8-9, después 10-12″pensé que se nos escapaba en ese momento”, nos confesó Nico Capogrosso, en la zona mixta y ahí parecía que todo podía terminar…

“Hubo un poco de todo; nervios, juego. Bancamos un partido muy difícil”, dijo Capogrosso después que tras ponerse 15-14 terminar con un 18-16 a favor, “Se me cruzó por la cabeza un partido que pudimos dar vuelta hace unos días contra China en Polonia, ahí también estábamos 10-12 y pensé que lo podíamos repetir. Juli lo aguantó en ese momento, defendió una pelota muy importante en el 13-12, y por eso creo que nos llevamos el partido, y ahora hay que disfrutarlo”, sentenció.

“Antes del partido si me preguntás como quiero ganar, te respondo 21-10 y 21-10, pero después nos gusta ganar así, sufrir…es una cosa rara que tiene el deporte. Es más lindo y más satisfactorio ganar de esta manera.”, nos dijo Azaad también en la zona mixta.

“Pero no es el último partido del torneo. Esto sigue. Más allá de la adrenalina por ganar así, queda muchísimo por delante y tenemos que pensar en lo que viene”, completó Julián.

Esa adrenalina es la que los llevó a la gran explosión final. Nico se sacó la remera, la tiró a la tribuna donde estaba su gente, saltó y se abrazó con Azaad. La tarea estaba cumplida. “Fue un poco para sacarme la angustia, no tengo porque negarlo, hace varios días que no la paso bien, no me siento cómodo, no disfuto el torneo como debiera sino que sólo pienso en como ganar y eso te lleva a muchos nervios, mucho desgaste mental. Y lo decsargué así”, dijo Nico sin falsos pudores y con una clara muestra de humildad y grandeza.

Los muchachos se tranquilizaron, se sacudieron los nervios y sacaron adelante un partido que se presentó duro y parejo, pero que pudieron torcerlo a su favor con garra, inteligencia y coraje.


Hernán O’Donnell

(Enviado Especial a Lima, Perú)