A los seis segundos Milan se abrazó a una victoria dura, sacrificada y merecida

Díaz se la pasó a Calhanoglu, este arrancó por el medio, se metió cerca del área, puso el pase filtrado para Leao y el portugués sacó un remate fuerte que doblegó a Consigli y a los 6″ de juego abrió el marcador, en lo que fue el gol más rápido de la historia del Milan, de la Serie A italiana y hasta, dicen, de las Ligas europeas.

Como decimos en la Argentina, el “Rossonero” comenzó a ganar el partido desde el vestuario. Un hermoso gol con sólo seis segundos de juego, un Sassuolo aturdido en el comienzo que pudo haber sufrido un segundo cachetazo cuando a los 8′ Saelemaekers habilitó a Leao por derecha, el portugués llegó al fondo, se cerró un poco y puso el pase cruzado a Calghanoglu quien sacó un potente remate que terminó en la red, pero el VAR no convalidó la acción por un off side de Laeo cuando nacía la jugada.

El Milan era una catarata de ataques y Sassuolo no podía detener los avances ni prosperar en ataque. recién a los 22′ Berardi sacó un tiro bajo que controló Donnarumma, en la primera llegada del local. Pero la esperanza iba a durar poco tiempo, porque a los 25′ Saelemaekers marcó el 0-2 para la visita, tras una gran corrida con pelota de Theo Hernández por toda la banda izquierda y la posterior cesión al medio al belga.

Milan ampliaba el dominio y la ventaja, sostenido en la conducción de Calhanoglu y la movilidad permanente de Leao. El local era Berardi en su participación permanente y Defrel, quien sacó un buen remate a los 38′ que se fue apenas arriba del travesaño de Donnarumma.

En el complemento Tonali debió dejar su lugar, lesionado, y fue reemplazado por Krunic, en tanto en Sassuolo, F. Caputo ingresó en lugar de G. Defrel y G. Kyriakopoulos reemplazó a Rogerio; el local necesitaba acelerar los tiempos, profundizar sus buenas intenciones. Agregarle una dosis de  pimienta a su habitual juego atildado. Y tuvo una chance a los 52′ cuando Traoré sacó un buen tiro que Donnarumma pudo detener. A los 56′ dispuso otra cambio: Boga por Djuricic, en tanto en el Milan, Pioli determinó que Hauge entrara por Barhim Díaz. Y a los 60′ Muldur entró por Toljan en el local. Todos los cambios produjeron las lógicas demoras en la adaptación, aunque el partido ya había tomado un rumbo bastante definido con el local al ataque y el Milan que apostaba a la contra.

Así llegó un aviso de la visita; a los 71′ un contragolpe tremendo de Theo Hernández derivó en un pase a Leao, el balón le quedó a Saelemaekers y este tiró bastante arriba del travesaño.

Después avisó el Sassuolo; un remate fuerte y potente de Bourabia fue desviado por Donnarumma con un vuelo fenomenal. Iban 75′ y el partido estaba encendido. A los 78′ Castillejo ingresó en reemplazo de Saelemaekers; a los 83′ lo volvió a tener el local, cuando tras un buen pase de Berardi, Traore sacó un tiro alto, desde una posición bastante factible para convertir. Era mucha la presión de Sassuolo y Milan pasaba aprietos. A los 85′ entró Obiang por Traore en el local y en la visita Maldini (nieto) por Calhanoglu.

Todo parecía posible. Más cuando a los 88′ Berardi ejecutó un tiro libre que pegó en la cabeza de Hauge, descolocó a Donnarumma y Sassuolo halló el descuento: 1-2 y varios minutos por jugarse.

El Milan entendió que debía defender la victoria en campo rival y decidió adelantarse; salió del refugio, puso hombres en ataque y trató de volcar el juego hacia el área local. Sassuolo avanzó con sus zagueros, Santos y Ferrari que fueron a buscar el cabezazo salvador, pero no llegó la oportunidad.

Milan se abrazó a la victoria desde los seis segundos, jugó un buen primer tiempo y en el segundo trató de manejarlo de contragolpe. Todo sirvió para ganar y mantener la punta en un año excepcional.

Hernán O’Donnell