RB Leipzig se clasificó tras un primer tiempo para gozar y el segundo para sufrir

El inicio del partido fue la síntesis perfecta de lo que es, desde hace ya un buen tiempo, el RB Leipzig. “La Aplanadora Alemana”. El equipo de Julian Nagelsamnn, el que sale a atacar en cualquier campo, a buscar la victoria siempre, el que adelanta a sus futbolistas y encabeza cada avance con la mayor cantidad de jugadores posibles.

Al minuto abrió el marcador. Con sus sello y característica habitual; las proyecciones de los laterales, en tanto llegan al vacío con oportunismo a la espera de un pelotazo cruzado. Entonces, iba 1′ de juego cuando Sabitzer cruzó la pelota de derecha a izquierda y recibió Angeliño para abrir el marcador y poner el 1 a 0.

Era fuerte el ritmo del local y Manchester United no se acomodaba al juego. Encima, llegó otro golpe. Buena combinación, esta vez por la izquierda, en la que Sabitzer habilitó a Angeliño, este largó el pelotazo cruzado y apareció por derecha Haidara para poner de volea el 2 a 0 cuando iban 12′ de juego.

Y no era todo; a los 16′ Forsberg se perdió el tercero, tras rematar afuera, al costado del palo izquierde De Gea, en una posición inmejorable.

El primer tiempo había sido aplastante el dominio local, en tanto el conjunto inglés se mostraba desorientado, con la brújula perdida.

United volvió al campo de juego, para el complemento, con una variante: Van de Beek por Telles. El equipo creció, empezó a animarse, y al ritmo de Bruno Fernandes comenzó a tomar el control y el dominio del partido.

Nagelsmann tomó nota y a los 55′ metió dos variantes. Y. Poulsen ingresó en reemplazo del sueco E. Forsberg y J. Kluivert entró por el español Dani Olmo. También hizo dos modificaciones el conjunto inglés a los 60′: B. Williams entró en lugar de L. Shaw y el francés Paul Pogba reemplazó a N. Matic.

Era más el visitante en ese segundo tiempo y comenzó a dar aviso. A los 65′ Bruno Fernandes sacó un remate preciso y bajo que Gualcsi sacó con esfuerzo al corner. Luego llegó un tiro libre del propio Fernandes que se estrelló en el travesaño, a los 67′ de juego.

Sin embargo, cuando se veía complicado, el local pudo aumentar el marcador, tras una buena llegada por izquierda, una desatención en la defensa y la aparición solitaria de Kluivert para marcar el 3-0 a los 68′ del encuentro en el Red Bull Arena.

Nagelsmann sintiò que el equipo respiraba y a los 74′ mandó a Adams a la cancha en reemplazo del batallador Kampl. Y a los 77′, Solskjaer determinó dos variantes en la visita; A. Tuanzebe en lugar de V. Lindelof y T. Fosu-Mensah en reemplazo de A. Wan-Bissaka.

El partido parecía resuelto, más allá de la levantada de United en el complemento. Había hecho méritos para descontar, pero en un descuido quedó tres goles abajo. Y, sin embargo, cuando nadie lo esperaba, le surgió una posibilidad.

Todo partió de un grosero error del árbitro español Miguel mateu Lahoz quien cobró penal un contacto cuerpo a cuerpo, costado con costado de Konaté y Fernandes. Una disputa legal que terminó con los dos en el piso para el juez fue penal. Y Bruno Fernandes lo convirtió a los 79′ para poner el 3-1 parcial y el partido tomó otra temperatura.

Manchester United se esperanzó. Fue a buscar y enseguida tuvo otra señal de aliento. Corner desde la izquierda, el salto de Pogba para cabecear, el balón que dio en Maguire, luego en Konaté y el manotazo de Gulacsi que no la pudo desviar, derivó en el segundo gol visitante y el 3-2 a los 81′. Quedaba un final para el infarto en un partido que parecía definido y entre los fallos erróneos del juez y el entusiasmo inglés, tomó otro rumbo.

Incluso RB Leipzig sintió el cimbronazo, y a un segundo tiempo complicado le agregó la angustia del resultado final, porque un empate clasificaba a los “ingleses” y dejaba a los “alemanes” afuera.

El joven entrenador decidió cerrar fila, y a los 86′ armó la retaguardia. Halstenberg por Angeliño. Afuera un lateral veloz, pequeño y ofensivo, adentro un grandote alto y fuerte para defender y cabecear.

Y RB Leipzig se aferró a la diferencia. Ajustada y apretada, pero merecida. Trató de jugar el partido en el campo de United, pero el conjunto visitante amenazaba con Rashford, Pogba, Fernandes, Greenwood y el adelantamiento de Maguire.

Pero no hubo caso. Aguantó el local, conservó el resultado y celebró la clasificación que logró después de un magnífico primer tiempo y un sufrido complemento.

Hernán O’Donnell

Mick Schumacher, herencia de sangre

Llegó al mundo el 22 de marzo de 1999, cuando su padre, el célebre Michael ya había ganado dos títulos del mundo de la Fórmula 1 Internacional, pero aún no había entrado a su etapa más esplendorosa, la que vino con la llegada del nuevo milenio y su consagración en los Campeonatos Mundiales de 2000, 2001, 20002, 2003 y 20004.

Nació, entonces, con la velocidad en la sangre. Mick Schumacher comenzó a correr en karting a los 9 años de edad, en 2008 y en 2021 llegará a la máxima categoría, esa en la que brilló su padre durante dos décadas. Lo harà en la escudería Haas, de Estados Unidos, con el número 47 en su auto. “El 4 y el 7 son mis números favoritos, pero como ya estaban tomados (el 4 será el Mc laren de Lando Norris y el 7 el Alfa Romeo de Kimi Raikkonen), decidí usar los dos”.

“Estoy muy feliz y no tengo palabras por esta posibilidad” dijo Mick una vez conocida la noticia.

Crédito: @SchumacherMick

“Mi emoción es muy grande y apenas puedo sentarme a esbozar estas líneas; siempre creí que llegaría esta oportunidad de competir en la Fórmula 1”, agregó el heredero.

Para el director de Haas, Günter Steiner, “Mick se ganó esta posibilidad. El campeonato de Fórmula 2 sirvió como un banco de pruebas y Mick aprovechó la oportunidad. Ganó carreras, subió a muchos podios y tuvo actuaciones muy destacadas”, señaló. El título conquistado en la Fórmula 2 fue el examen decisivo, y aprobado, para arribar a la máxima categoría.

Mick acumuló experiencia y logros; fue subcampeón de la Fórmula 4 alemana, luego campeón de la Fórmula 3 europea y acaba de abrazar el título de la Fórmula 2.

Crédito: @FIA_F2

La comparación con su padre es inevitable; sin embargo, Mick le escapa a esa situación: “Eso nunca ha sido un problema”, señaló en más de una oportunidad; sabe que todo se lo ha ganado con su esfuerzo y su dedicación. Su tío, Ralph, quien también estuvo por muchos años en la Fórmula 1, se ha convertido en primer defensor. Sabe del potencial de su sobrino y de su capacidad.

Mick disfruta de las mieles que este año han llegado a su puerta. Estará en el Gran Premio de Abu Dhabi el próximo fin de semana para empezar a vivir la Fórmula 1 por dentro y a empezar a escribir su propia historia. Esa que tiene su base en los genes de su padre, pero que corre por sus propias venas y ya es parte de su vida.

Hernán O’Donnell