Atlanta ofreció sangre, sudor y lágrimas para volver a abrazarse al triunfo

Fue un triunfo sufrido el de Atlanta sobre Belgrano de Córdoba en Villa Crespo. No solo por lo exiguo del resultado, 1 a 0 producto de un gol de Nacho Colombini, sino porque debió dejar jirones de esfuerzo, concentración al máximo, defensa férrea y una dosis de fortuna para sostener la diferencia cuando el equipo cordobés se le vino encima y pareció que el empate rondaba el arco que da a la calle Corrientes. Atlanta ganó sin sobrarle nada, pero con una entrega y un corazón que conmovió a losmás cercanos, los allegados y todos aquellos que siguieron las alternativas por TV, porque el equipo supo jugar y trabajar el partido hasta cerrarlo con una victoria, que se le negaba desde hace muchas fechas.

Belgrano fue a buscar el partido desde el inicio. Con un planteo ofensivo, una clásica línea de cuatro defensores, Barinaga, Olivera, Novaretti y Leonel Alvarez. Por delante dos volantes más retrasados, Tomás Asprea y Santiago Longo, Juan Ruiz Gómez por derecha y Miño cerca de los delanteros, Pablo Vegetti y Adrián Balboa. A los 8′ tuvo su primera oportunidad, con un corner desde la derecha y el cabezazo de Olivera que se fue muy cerca. Atlanta pudo responder a los 14′, con una jugada colectiva elaborada y elogiable, que terminó con un remate de Santiago Solari que se desvió en la defensa y salió al corner.

Y cuando el partido estaba aún en la etapa de estudios y desciframiento de estrategias, llegó el gol de Atlanta. Iban 19′, vino el corner desde la izquierda del ataque, el cabezazo de Alan Pérez, el arquero visitante, Nahuel Losada no pudo retener y Nacho Colombini de atropellada metió el balón en el arco rival para que el local se adelantara 1-0.

Belgrano sintió el golpe, porque hasta el momento el partido era equilibrado, y el conjunto cordobés intentaba tomar la iniciativa. Pero se vio en desventaja y apeló a la dinámica de los volantes y las subidas de Alvarez por izquierda para desbordar. A Barinaga le costaba más, en ese primer tiempo, porque Solari era una preocupación permanente. Luego, iba a modificar ese duelo.

Lo cierto es que el primer tiempo se escabulló entre el ímpetu visitante y el orden colectivo del local, que empezó a trabajar el partido.

En el complemento, Belgrano salió con mayor decisión, aunque la primera llegada fue del “Bohemio”. Iban 48′ cuando Ignacio Colombini se adelantó por el sector derecho, cruzó el balón hacia la izquierda por donde llegaba Solari, y este se metió en el área; cuando le salía el arquero visitante, remató cruzado, pero Losada se arrojó con eficacia y detuvo su disparo. una situación peligrosa para Atlanta, que le iba a costar repetir.

El “Pirata” tomó el mando. Adelantó líneas, la defensa se paró sobre la mitad del campo y buscó llegar al empate. A los 52′ llegó el lateral Barinaga, sacó un centro que despejó Martín López a la derecha de la defensa, por ahí apareció Ruiz Gómez, quien largó un buen tiro que se estrelló en el palo izquierdo de Nicolás Sumavil, arquero local. Una chance clara para el conjunto cordobés.

Atlanta volvió a tener una posibilidad a los 61′, con un tiro libre de Santiago Solari que se fue alto, por encima del travesaño. Allí Erviti abrió su primera ventana de variantes, para que Cuenca reemplazara a Fabricio Pedrozo. Pero era el visitante quien más apuraba el trámite; a los 63′ Ruiz Gómez lanzó un centro desde la izquierda del ataque, Pablo Vegetti metió el cabezazo y Sumavil sacó el balón con un vuelo espectacular. Belgrano crecía con las proyecciones de Juan Barinaga, la movilidad de Ruiz Gomez y la potencia de Vegetti. Enseguida, Guillermo Farré, su entrenador, dispuso dos variantes: Ariel “Chino” Rojas ingresó por Asprea y Bruno Zapelli reemplazó a Mariano Miño. Creció la visita porque Zapelli se hizo eje, Barinaga era un tractor por derecha y Atlanta se replegaba cada vez más. Con inteligencia y orden, el “Bohemio” buscaba cerrar todos los caminos, pero el peligro era inminente. Además, a los 74′ Fabián Bordagaray ingresó en lugar de Ruiz Gómez y Ulises Sánchez entró en la ubicación de Leonel Alvarez.

Walter Erviti decidió ocupar la segunda ventana de modificaciones con dos variantes para el local: iban 77′ de juego y Cristian García reemplazó al goleador Nacho Colombini en tanto Valentín Perales ingresó por el volante Daniel Saggiomo, con lo cual la defensa fue de cinco hombres casi en línea: Gabriel Carrasco, quizás el de mayor proyección por el lateral derecho, Alan Pérez, Valentín Perales, Martín López y Martín García, estos últimos cuatro con características de zagueros centrales. por delante de ellos, Agustín Bolívar en el rol de volante central, a su derecha Gabriel Ramírez, a su izquierda Cuenca, y adelante Cristian García y Solari. Y esto no fue todo, a los 82′ decidió los últimos dos cambios, Juan Bisanz en lugar de Solari y Alejo Dramisino en reemplazo de Gabriel Ramírez. Entonces el equipo quedó con los cinco defensores, cuatro volantes, Bisanz, Dramisino, Bolívar y Cuenca, y Cristian García como único delantero. El equipo estaba convencido de cerrar el partido.

Guillermo Farré jugó su última carta a los 89′ cuando dispuso la última variante de su equipo; Agustín Colazo, delantero, por el lateral Juan Barinaga. Ulises Sánchez pasó de marcador izquierdo al lateral derecho y su posición la ocupó el “Chino” Rojas. Belgrano se jugó todo, en un segundo tiempo que lo vio protagonista, en cinco minutos finales para sufrir. Y a los 90+5′, cuando todo terminaba, Fabián Bordagaray tomó un rechazo de la defensa local, sacó un centro bien medido, y el cabezazo de Diego Novaretti salió junto al palo izquierdo de Sumavil.

Era el final de la tarde de Villa Crespo. Atlanta volvió a abrazarse a la victoria, para la que debió trabajar muchísimo y ofrecerle sangre, sudor y lágrimas.

Hernán O’Donnell