Milan sigue la marcha en busca de la vieja gloria perdida

Había terminado muy bien la parte final de la Serie “A” de la temporada pasada, tras la reanudación por la pandemia. Hasta nos atreveríamos a decir que fue el mejor equipo del Calcio en esas semanas de junio, julio y principios de agosto; incluso de mejor rendimiento de los que finalizaron bien arriba, como la Juventus, Inter o Atalanta. El Milán de Stéfano Pioli ganó y gustó en la mayoría de sus juegos, empató unos pocos y no perdió ninguno de ese ciclo. Nueve victorias y tres empates fue un récord que destacamos en esta página y en las mismas redes sociales que reflejan este trabajo. Por eso lo esperábamos con muchas ganas en esta presentación de la temporada 2020/2021, en su debut ante Bologna.

Claro que el Bologna de Mihajlovic no estaba dispuesto a ser un simple partenaire; la imagen superior muestra la disposición del equipo visitante desde el principio del partido. Un conjunto que salió a atacar, a buscar el arco contrario. Por eso se volcó desde que se puso en marcha el juego hacia la valla de Donnarumma. Y trataba de presionar a su rival en la salida, por eso tuvo unos cinco minutos de dominio.

Después, el Milan se empezó a acomodar y de a poco llevó el encuentro hacia su control. Y lo volcó a su favor. A los 11′ Zlatan sacó un buen tiro que se fue cera; a los 13′ Calhanoglu metió un remate cruzado que pasó cerca del palo derecho de Lukasz Skorupski. A los 15′ fue Rebic el eque entró hasta el área chica y su intento pasó cerca. Recién a los 21′ Nico Domínguez volvió a preocupar al local con un tiro lejano que controló Donnarumma. Pero era más el local, y a los 27′ Zlatan sacó un centro muy bueno que Calhanoglu no pudo aprovechar.

Y así llegó el gol de la apertura del marcador. Iban 34′ cuando hernández sacó un centro bombeado al corazón del área y Zlatan Ibrahimovic metió un cabezazo certero y bien colocado, para convertir el 1 a 0 para el Milan.

Con el trabajo conjunto, el equipo de Pioli se llevó el primer tiempo. Bien en los laterales con las subidas de Calabria y Hernández, la labor de los medios Bennacer y Kessie, los hombres de ataque como Castillejo, Calhanoglu y Rebic, pero con el aporte fundamental de Ibrahimovic, la figura indiscutida de este genial jugador al que no lo vence el tiempo.

Bologna fue la movilidad de Sorianp, la dinámica de Domínguez y los piques de Palacio. Empezó bien, pero luego se diluyó.

En el comienzo del segundo tiempo el Milan definió el partido; había comenzado con un cambio, A. Saelemaekers por el amonestado S. Castillejo y muy pronto, en una jugada que tuvo bastante de fortuita, Orsolini se llevó por delante a Bennacer, le cometió una infracción cuando quiso jugar el balón sin advertir que llegaba por detrás el volante local, y pateó su pierna, en una jugada que el árbitro había sancionado como tiro libre en primera instancia pero el VAR advirtió que había sido adentro y por consiguiente, penal.

Zlatan se hizo cargo, a los 50′ y metió un tiro bárbaro, al ángulo superior izquierdo del arquero visitante y Milan quedó arriba 2 a 0 en el partido.

Bologna buscó variantes para intentar torcer el rumbo; a los 56′ N. Sansone ingresó en lugar del argentino Nicolás Dominguez, y Olsen en reemplazo de Oroslini.

Pero el partido ya era del local y de a poco lo empezó a meter en una meseta, una suerte de “freezer” donde congelaba el rimto y lo aceleraba en función de sus intereses. Así tuvo una oportunidad muy clara a los 62′, con un contragolpe muy bueno de Calhanoglu, quien habilitó a Ibrahimovic que entraba solo por izquierda, gambeteó al arquero y en una oportunidad clarísima, elevó el remate arriba del travesaño, en la chance más clara del dueño de casa en el partido.

Después, Pioli empezó a mover el banco: a los 70′ B. Diaz ingresó por H. Calhanoglu y L. Duarte en lugar de S. Kjaer; a los 75′ Hernández sacó un remate fuerte y arriba, que el arquero Skorupski desvió al corner. Otra chance para el local. Enseguida, a los 76′, Tonali entró por Kessie.

A los 78′ Olsen entró al área tras una buena contra, enganchó y sacó un tiro peligroso que Donnarumma sacó muy bien a un costado. Bologna apostó a más cambios para intentar la hazaña: el paraguayo Santander por el argentino Rodrigo Palacio a los 79′ y M. Svanberg en lugar de R. Soriano; a todo o nada en el tramo final. A los 82′ entró Vignato por Barrow, en el último intento del DT de la visita. Así, a los 83′, Sansone maniobró por izquierda, sacó un disparo fuerte y Donnarumma volvió a desviar. Bologna levantó en esa parte final; con los ingresos de Olsen y Sansone, el quipo fue profundo, aunque chocó con Donnarumma, muy seguro toda la tarde. A los 86′ Bologna volvió a llegar; remate de Sansone, desvío en un rival y el poste que salvó al Milan. Pero a los 88′ se fue expulsado Dijks por doble amonestación y allí el Bologna perdió un hombre en la batalla. Aún así, a los 89′ cabeceó el japonés Tomiyasu, pero otra vez apareció el arquero local.

No hubo tiempo para más; al Milan de Pioli y Zlatan le alcanzó una hora de fútbol dominante para derrotar a Bologna, seguir la racha triunfal de este año y avisarle al mundo que el gigante se pone de pie.

Hernán O’Donnell

Nápoli venció en su debut y sueña con insertarse arriba

El comienzo de la Serie “A” italiana, cada vez más valorizada, trae los primeros encuentros y las proyecciones y tendencias de los equipos. los que sueñan arriba, los que aspiran a lugares en las copas internacionales, los que aspiran a mantener la categoría. Otra vez el Calcio, a la búsqueda de recuperar la gloria perdida de una Liga que en algún momento fue la más importante del planeta y ahora trata de ubicarse en el podio, detrás de la Premier League inglesa y la Bundesliga alemana.

Nápoli fue a Parma con la premisa de ganar el partido y desarrollar un fútbol prolijo, con cuidado del balón, salida desde el fondo a través de Koulibaly, el manejo en el medio de Fabián Ruiz y Zielinsky, para llegar a sus delanteros: Lozano, Mertens e Insigne, tres futbolistas que componen un ataque interesante. Ahora, con la suma de Víctor Osimhen, un futbolista nigeriano de 22 años y mucho futuro, que se sumó en el complemento.

Parma, como oposición, le planteó dos líneas de cuatro, con el trabajo del brasileño Hernani en la organización, con la salida de Giuseppe Pezzella por izquierda y un público que pudo acompañarlo, en un número reducido, con distancia social y los cuidados recomendados, pero en un marco de felicidad contagiosa que saludamos con alegría. Fueron mil personas que le dieron color a un fútbol que lo necesita como nunca.

El primer tiempo tuvo poco ritmo. Se prefirió la prolijidad por la velocidad o el vértigo. Pero vale la propuesta de Gatusso, porque el equipo visitante siempre mostró buenas intenciones. Lo que faltaron fueron llegadas y emociones.

Así, la primera parte fue mejor el Nápoli, aunque no pudo traducirlo en el marcador. Porque hay algo que es una constante en el fútbol italiano, y que tiene mucho valor, y que prevalece aún cuando la mayoría de los equipos quieren jugar de la manera que se estila en los últimos tiempos, con salida prolija, cuidado del balón, pases cortos, participación del arquero, casi sin pelotazos desde el fondo; pero en Italia se mantiene, como un sello indeleble, el orden defensivo, la concentración en las marcas, el concepto de cuidar el arco y saber defenderse. Eso se mantiene de la vieja esencia italiana.

En el segundo tiempo, Nápoli tuvo la eficacia que le había faltado en el inicio del juego; o, mejor dicho, supo ser más profundo, lastimar a su rival, llegar al gol. Gennaro Gatusso dispuso que Osimhen ingresara por Demme a los 61′, en una variante ofensiva, porque sacó a un hombre de marca en el medio campo por un centroatacante. Quedó Fabían Ruiz de centrocampista, adelante de él, en posiciones más ofensivas, Lozano, Zielinski e Insigne, y Mertens y Osimhen como delnateros bien definidos. Un esquema más ofensivo aún que muy pronto le dio resultados.

A los 63′ se fue Di lorenzo por derecha, combinó con Lozano, “El Chuky” sacó el centro para Osimhen, el rebote le quedó a Mertesn, quien de derecha marcó el 0-1 para el Nápoli.

A partir de allí, la visita tomó el control definitivo del partido. El local intentó dos variantes: a los 68′ ingresaron Y. Karamoh por R. Inglese y J. Dezi en lugar de G. Brugman; pero fue Nápoli el que tuvo otra chance con un remate de Insigne en el poste, tras un buen pase de Osimhen, quien le dio más frescura y velocidad al ataque visitante.

Y a los 77′, tras la pausa de rehidratación, Nápoli llegó al segundo tanto, el que definió el partido. Una mala salida de Iacoponi, la pelota que le quedó a Lozano, el remate al arco, el arquero que dió rebote y Lorenzo Insigne aprovechó para marcar el 0-2 cuando entraba por el medio.

No hubo tiempo para más, más allá de las variantes aprovechadas en las ventanas de los cambios.

Nápoli aprovechó la debilidad de Parma que se manifestó en el segundo tiempo. Tuvo paciencia para elaborar juego, respeto por la pelota, un estilo definido y el ingreso de Osimhen para acompañar la producción de Mertens e Insigne, dos de sus figuras más destacadas. El equipo de Gatusso ostró su estilo, y sueña con meterse en la discusión de lo alto de la tabla.

Hernán O’Donnell

Con sobresaltos, Leeds logró un valioso triunfo

El gol tempranero de Leeds abrió un partido interesante, con ritmo y también con lucha, aunque no le permitió al local afirmarse en el partido. Llegó muy pronto a la apertura del marcador, tras un tiro de esquina de la derecha, el desvío del centro hacia la izquierda y la aparición de Costa libre por ese sector para sacar un remate fuerte y alto que pegó en la base del travesaño y se metió en el arco rival a los 4′ para poner el 1 a 0 para el equipo de Marcelo Bielsa.

Sin embargo, Leeds no se acomodó en el campo. Fulham fue un poco más incisivo, en tanto Cavaleiro y Kamara comenzaron a tener protagonismo en la conducción de la visita. Leeds se enredó, a pesar de su intento loable y permanente de jugar el partido. Con buenas salidas por derecha de Ayling, le costaba luego prevalecer en el centro del campo. Costa era de lo más preciso para producir llegadas por derecha, aunque el trámite se hizo más peleado en el medio. No es que la visita dominara con claridad, pero pesaba más en la batalla central, más allá de que tampoco producía situaciones claras y peligrosas.

Hasta que llegó el desborde por izquierda, la infracción de Koch, y el penal que le permitió a Mitrovic igualar 1 a 1 a los 34′ del partido.

Ahí reaccionó el local, se despertó y volvió a tomar las riendas del partido; una jugada de ataque, con un centro y Costa que se disponía a cabecear, fue empujado por Bryan y el árbitro no dudó en sancionar penal. Klich se hizo cargo y a los 40′ marcó el 2 a 1 con el que se cerró el primer tiempo.

En el complemento Leeds sacó una ventaja que en un momento pareció determinante, pero al final fue apretada y cerrada con cierta angustia.

A los 49′ Bamford entró al área tras una asistencia de Klich, y sacó un buen disparo con comba que marcó el 3 a 1 para Leeds. Ahí se acomodó el local, se adueñó del control y enseguida llegó otro tanto que parecía iba a sentenciar el juego.

Iban 56′ cuando Bamford se fue por izquierda, encontró el espacio justo para el centro al corazón del área y Costa, que llegó al punto del penal, marcó con un zurdazo bien dirigido el 4 a 1 para los de Marcelo Bielsa.

Pero Fulham no se rindió; ya había avisado con un tiro de Mitrovic, su mejor figura, que Meslier supo controlar abajo. Y pronto avisó que iba a estar en el partido.

A los 61′ una buena gambeta de André Zambo Anguissa, y un pase filtrado al área, le permitió a Reid dominar el balón y sacar un tiro cruzado que significó el 4 a 2. Pero no se dentedría allí la levantada visitante.

Mitrovic armó una jugada destacada, con un giro para habilitar a Cavaleiro, el pase a la derecha, el centro de Kenny Tete y el cabezazo de Mitrovic para achicar a 4-3 a los 66′ de juego.

Y dos minutos más tarde un remate de Kebano pegó en el poste derecho local, en otra jugada que estremeció a Leeds; parecía parido liquidado y ahora lo tenía al borde del colapso.

Sobre el final, el encuentro se hizo más luchado que jugado. Leeds tuvo una llegada a los 73′, pero Areola tuvo una salida oportuna.

Leeds se abrazó a la victoria como un sediento en el oásis. Tuvo un rato de buen fútbol en el inicio de cada tiempo y luego debió luchar y dejar sudor y lágrimas para conseguir su primer triunfo de la temporada.

Hernán O’Donnell

Boca se acomodó pronto y recordó toda su historia copera

Todos los inconvenientes previos, todas las dificultades en la preparación, las noticias impactantes sobre cantidades enormes de futbolistas contagiados de Covid-19, la imposibilidad de hacer una pretemporada normal, los entrenamientos discontinuados…,todo quedó en el olvido apenas empezó a rodar la pelota en Asunción del Paraguay.

Porque Boca se acomodó muy pronto al partido, se organizó en el campo y sacó muy temprano la diferencia en el marcador. Iban 6′ de juego cuando se fue Salvio por derecha, abrió hacia la izquierda, el remate lo rebotó el arquero local Martín Silva, Maroni tomó el rechazo, la pelota dio en el palo y Eduardo Salvio la recibió para convertir el 0-1 para la visita.

Entonces empezó un partido que para muchos no estaba en los papeles; por lo menos, en la previa, cuando se hablaba más de los problemas e inconvenientes de preparación que del propio juego. Y Boca se afirmó ante un Libertad que no tuvo volumen de juego.

Boca se acomodó en dos líneas de cuatro, pero con salida rápida por los costados, vía Salvio y Maroni, y una buena conducción vertical por parte de Pol Fernández. El equipo de Ramón Díaz no hallaba los caminos. Chocaba Tito Villalba en su ímpetu de darle velocidad a cada ataque; Ferreira y Oscar Cardozo no se encontraban y el equipo no se encaminaba. Pero Boca amagaba en cada contra; a los 14′ se fue Maroni y el arquero tapó una buena posibilidad. A los 19′ tuvo un tiro libre Cardozo en la llegada más clara del local. Y poco más hubo en el primer tiempo.

En el complemento, Antonio Bareiro ingresó por Bogarin. Libertad buscaba más profundidad en ataque, pero era el visitante el que se mantenía como el controlador del juego. Y sumó trabajo y oficio a un equipo que se adaptaba al partido. Con una buena agrupación, la firmeza de Zambrano en defensa, el manejo de Fernández, el sentido colectivo, Boca le hizo difícil el encuentro a Libertad.

A los 57′ N. Capaldo entró en lugar de G. Maroni; eso significaba más patrullaje en la mitad de la cancha y menos vértigo y dinámica para salir de contra. Después, cambios para refrescar el trabajo en el medio y zona de ataque: iban 72′ cuando Leandro Somoza, que ocupó el rol del ausente Miguel Russo, junto a Mariano Herrón, decidieron dos variantes: E. Cardona en lugar de Carlos Tevez y Walter Bou en reemplazo de F. Soldano.

Ramón Díaz también metía mano en búsqueda de soluciones; primero habían entrado a los 66′ A. Martinez por O. Cardozo y M. Espinoza en lugar de D. Bocanegra; y más tarde, a los 79′ A. Oviedo reemplazó a Héctor Villalba y L. Sanabria en lugar de A. Mejia.

El final lo encontró a Boca mejor; había tenido una chance clara Salvio en una contra que el arquero Silva rechazó bien, y poco más tarde logró el segundo tanto con otra escapada de Salvio por derecha, el pase exacto que le envió Cardona, un buen enganche de “Toto” hacia adentro y un remate cruzado que venció a Silva y marcó el 0-2 para Boca.

Un golazo para definir el pleito. Por el pase del colombiano, como se lo había “marcado” Salvio, el propio enganche del delantero y el remate final. Todo un resumen de un buen partido de Boca que logró una victoria con más comodidad de la que se hablaba en la previa, con un buen trabajo colectivo ante un deslucido equipo local.

Un triunfo que tuvo el sello de un equipo copero, que se sintió cómodo, en su salsa y que promete dar pelea.

Hernán O’Donnell

Nacional aprovechó su mejor condición y ganó en Avellaneda

La vieja y querida Copa CONMEBOL LIbertadores volvió el martes 15 de Septiembre de 2020 a jugarse en el continente, tras una larga suspensión de más de seis meses por la pandemia de Covid-19. Esa jornada quedó impreganda por los amantes del fútbol de esta región, porque el balón volvío a hermanar a Sudamérica; Colo Colo y Peñarol fue el partido que elegimos para ver y a partir de allí la fiesta de América y todas laas voces todas empezó a recorres nuestros países.

Pero hacía falta que volviera a la Argentina; que nuestro país también tuviera bajo sus cielos la fiesta del fútbol. Y así fue que al atardecer del Jueves 17 en el Cilindro de Avellaneda, Racing recibió a Nacional de Montevideo y en nuestra tierra otra vez la pelota volvió a rodar…

La visita salió a tratar de imponer un ritmo fuerte, una alta velocidad para intentar explotar una diferencia de ritmo futbolístico y físico. Por eso trató de apretar la salida de la defensa de Racing y en un par de oportunidades consiguió robarle el balón en tres cuartos y llegar rápido al arco local. Así fue, por ejemplo a los 4′ cuando presionó y logró la pelota, pero el pase de Rodríguez a Bergessio fue demorado y el tiro de Gonzalo salió tarde y débil, por lo que Arias contuvo sin problemas.

Enseguida respondió Racing, corner desde la derecha de Miranda y cabezazo de Mauricio Martínez apenas arriba del travesaño, cuando iban 5′ de juego.

De a poco, el equipo de Beccacece se acomodó en el campo. Le dio circulación a la pelota, trató de manejarla con prolijidad, no aceleró la velocidad y al compás de Matías Rojas, se las arregló para distribuirla a derecha e izquierda y se hizo dueño del control. Bien Garré por derecha, en tandem con Solari y Mena por izquierda. Con sus subidas, el equipo generó peligro y al final del primer tiempo generó varias situaciones. A los 36′ Fértoli lanzó un centro desde la izquierda, el rebote fue al medio y Garré sacó un tiro fuerte que Rochet supo rechazar con seguridad. Y a los 39′ tuvo la más clara, otra de Garré, quien enganchó por derecha y sacó un tiro rasante que cruzó la línea y Cvitanich no pudo conectar.

Racing salió con un cambio al complemento: C. Alcaraz ingresó por Matías Rojas. Nacional sacó ventajas de su situación en el segundo tiempo. Entendió que si apretaba, como lo había hecho al principio, podía obtener la diferencia, porque el ritmo futbolístico y físico lo podía hacer sentir. Y muy pronto obtuvo lo que quería, tras una mano de Mauricio Martínez en el área y el penal que ejecutó Bergessio para marcar el 0-1 a los 52′ del partido. Y por si fuera poco, Racing muy pronto se quedó con un jugador menos: a los 54′ fue expulsado Augusto Solari, y entonces debió afrontar el resto con ese problema sumado.

Pero había más porque a los 57′ Bergessio recibió un pase en el área producto de un error de la defensa de Racing y sacó un remate alto, arriba del travesaño, que bien pudo ser otro tanto del equipo visitante.

Beccacece decidió dos cambios más para sacudir a su equipo; dos variantes en la delantera: a los 57′ Nicolás Reniero entró en lugar de Darío Cvitanich y Lisandro Lopez reemplazó a Héctor Fertoli.

También Nacional apeló a las variantes: iban 62’cuando G. Castro reemplazó a B. Ocampo y F. Carballo a Claudio Yacob.

Esas variantes descompusieron ese tiempo del partido, porque después llegaron dos más en Racing: a los  67′ Nery Dominguez entró por Mauricio Martinez y Walter Montoya por B. Garre, el más destacado en la Academia.

De a poco, con el correr de los minutos finales, Racing empujó a Nacional contra su arco. Un poco por el espíritu competitivo, otro poco por la movilidad de Reniero y otro poco porque Nacional decidió apostar a los contragolpes. Así, mientras Racing rodeaba el área de Rochet, el “Bolso” tuvo varias contras con mucho olor a peligro.

Y al final, cuando Pillud quedó bien posicionado para sacar un tiro fuerte y el empate se podía olfatear, apareció la volada estupenda de Rochet para desviar el remate al corner, cuando ya estábamos en los 90+2′ de juego.

Fue la última. Racing no tuvo más resto para forzar la igualdad; Nacional supo sacar provecho de su mejor situación y se llevó tres puntos valiosísimos de Avellaneda.

Hernán O’Donnell

Inter cantó victoria en una noche llena de goles

Fue un gran partido, plagado de emociones, de goles y de incertidumbre por el resultado final. Tuvo ritmo y llegadas de principio a fin, aunque con algún altibajo en la segunda parte. No fue la locura de Liverpool-Leeds, donde no hubo ni se pidió tregua, pero fue muy loable lo que produjeron Inter, al cabo el ganador del encuentro, y América de Cali, un dignísimo adversario.

Apenas se acomodaban apenas la gente se conectaba a las mútiples paltaformas audiovisuales para seguir el partido en estos tiempos de pandemia, cuando se abrió el marcador. Iba 1′ de juego, el desborde por izquierda del equipo local, el centro al área chica y la aparición del uruguayo Abel Hernández para marcar el 1 a 0.

A partir de allí se armó un encuentro intenso; Inter se movía cómodo con el trabajo de Boschilia como cerebro organizador, en tanto Nonato y Thiago Galhardo acompañaban con mucho protagonismo. le costaba al América entrar en ritmo, lucía mejor en ese tiempo inicial el local. Como si la larga espera del conjunto colombiano le pasara una factura en cuanto al ritmo de juego.

Muy pronto aumentó el local, a través de una llegada por izquierda, el rebote en el arquero de Galhardo y la aparición de Boscilia para subir a 2 a 0 la diefrencia cuando iban 18′ del partido.

Sin embargo, América no se amilanó. Podía quedar expuesto, pero fue por el descuento. Adelantó líneas en el campo y se dispuso a pelear más arriba de la cancha. Así llegó a la posibilidad de convertir, cuando tras un muy buen pase de Sierra, entró por derecha Duván Vergara y conectó cruzado para achicar la distancia; 2 a 1 a los 27′ del encuentro.

Pero el partido no daba tregua; llegó el Inter a los 31′ con una aparición de Galhardo, el arquero que la sacó al corner y de ese tiro de esquina volvió a convertir, pues el arquero salió a destiempo a cortar el centro, el cabezazo de Nonato dio en el travesaño y apareció Hernández para marcar de cabeza el 3 a 1.

Inter había sacdo otra vez dos tantos de ventaja y parecía que podía controlar el juego cuando terminó la primera parte.

Sin embargo, en el complemento se acomodó la visita. Se apoyó en un espíritu más ambicioso y enseguida achicó el marcador, con un gol muy parecido al último, al tercero del Inter, y en el mismo arco. Corner desde la izquierda, cabezazo de Marion Torres que pegó en el travesaño y el balón que le quedó justo a Ramos para achicar a 3 a 2 a los 48′ del match.

En ese momento se cayó el partido. Entró en una meseta, cuando todo hacía presagiar que se encendería aún más. Pero entre el cansancio que se acumuló, el cambio de aire a veces necesario y las variantes que comenzaron a decidir los entrenadores, el ritmo decayó.

Eduardo Couedt decidió, a los 64′, que Johnny ingresara por Nonato y Leandro Fernandez por Abel Hernandez. En América, a los 66′ S. Moreno ingresó en lugar de J. Perez.

Sin embargo, el cuarto de hora final volvió a llenarse de luces en porto Alegre. Cuando parecía que el partido ya se había planchado, una corriente eléctrica lo encendió una vez más.

A los 77′ América llegó al empate, con una jugada desde la derecha, el pase a la otra banda y la aparición libre de Moreno para marcar el 3 a 3.

Ahí vino un cierre a toda orquesta, porque se sucedieron las llegadas, las salvadas y la resolución definitiva.

Primero lo tuvo Inter, a los 83′ con una llegada de Leo Fernández y la tapada del arquero; a los 86′ fue América el que pudo desequilibrar por el pie del arquero local, Marcelo Lomba.

Y a los 90′, Boschilia sacó un remate de afuera del área que se desvió en el pie de Torres y venció a Chaux, para sellar el 4 a 3 final para el equipo brasileño.

Así, Inter se llevó los tres puntos. Con un poco de fortuna y toda la energía desplegada en una noche llena de goles.

Hernán O’Donnell

Colo Colo reaccionó a tiempo y revirtió su partido ante Peñarol

Volvió la Copa CONMEBOL Libertadores y los amantes del fútbol, los integrantes de esa tribu mundial que pululan por estos cielos están de parabienes, aunque aún el público no pueda acudir a los estadios, aunque los partidos sean envueltos en tribunas vacías, esqueletos de multitudes.

Pero volvió la Copa, la vieja y querida Libertadores, que ahora tiene una nueva denominación, pero que para el viejo futbolero siempre será “La Copa”. Casi como si fuera la única. Porque cuando se habla de “La Copa”, así a secas, todos saben que es la Libertadores. No hay otra.

Y para el regreso nada mejor que Peñarol, uno de los equipos más coperos del continente, tal es así que tiene 5 en su poder. Enfrente, el local que lo recibía, el gran Colo Colo de Chile, el equipo más popular de ese país. Y el estadio Monumental como testigo del reencuentro.

El conjunto uruguayo fue mejor en el primer tiempo. Salió a atacar, a apurar a Colo Colo contra su valla y enseguida tuvo sus chances. A los 10′ un tiro libre de David Terans se fue muy cerca, en una llegada oportuna. Con el trabajo de Torres, la contención de Gargano y la movilidad de los delanteros, Peñarol se mostraba más lúcido. El equipo chileno trataba de salir con prolijidad del fondo, vía Insaurralde, pasar por el medio con Suazo y explotar la velocidad de Pablo Mouche y Bolados en las contras, pero le costaba sobrepasar a los uruguayos. A los 34′ otra vez Terans probó de lejos y el arquero Cortés la sacó al corner.

Y a los 39′ llegó la apertura lógica del marcador; una jugada desde la derecha, el centro al medio, la aparición de Alvarez Martínez para rematar, el rebote en el arquero cortés, el balón que lo toma Torres y vuelve a rebotar, para la aparición de Facundo Pellistri, quien con el arco libre aprovechó y marcó el 0-1 para Peñarol, que había sido más en el primer tiempo y se reitró con una ventaja merecida.

En el complemento, Colo Colo revirtió su imagen. Salió con decisión, se adelantó en el campo y muy pronto lo ahogó al visitante contra su área. Leonardo Valencia ingresó por Carmona y le cambió la cara al equipo. Se paró como un cinco clásico, aquellos de manejo y distribución en la zona central a una distancia equilibrada entre los defensores y los delanteros. Y el conjunto chileno empezó a girar sobre su eje.

A los 50′ logró la igualdad, tras un centro de Pablo Mouche desde la izquierda, la aparición de Suazo y su remate, que marcó el 1 a 1 en el partido.

Peñarol se había atrasado unos metros y ya no tenía el control como lo había ejercido en la primera parte. Enseguida llegó el segundo tanto, local, tras una jugada por izquierda, el enganche de Suazo, y la falta del defensor de Peñarol. Vigliano no dudó en cobrar penal y la ejecución de Paredes fue exacta, a los 61′, para revertir el resultado y dejar a Colo Colo 2 a 1 en el marcador.

Mario saralegui, DT de los visitantes, movió el banco: a los 70′ decidió que ‘ Xisco ingresara por D. Terans y K. Vadocz lo hiciera por W. Gargano; buscó altura con el español, y Peñarol reaccionó. Tuvo un tiro libre de Piquerez a los 77′ que se fue arriba del travesaño; a los 80’ una buena jugada derivó en un gran tiro de Pellistri que Cortés sacó al corner. Entonces promovió dos variantes más, a la búsqueda del empate: L. Acevedo ingresó por A.A. Martinez y el chileno Christian Bravo reemplazó a F. Torres.

Pero se había hecho duro y complicado para los uruguayos, pues Colo Colo ya se había acomodado al partido. y de a poco empezó a hacer cambios para enfriar el juego e intentar el clásico “cierre de partido”. A los 83′ B. Vejar entró en lugar de M. Bolados y más tarde, a los 88′ J. Parraguez ingresó en reemplazo de E. Paredes, en tanto’ R.D.La Fuente lo hizo por el argentino P. Mouche. Los delanteros habían corrido mucho y dado todo; era tiempo de cerrar filas. Incluso en una falla defensiva Parraguez se encontró con la pelota y un mano a mano ante el golero visitante, pero Kevin Dawson achicó muy bien y tapó bien el arco para enviar al corner el disparo del delantero local, a los 90+1′ del partido.

Colo Colo se vio superado por Peñarol en el primer tiempo, supo resolver sus inconvenientes y contó con juego y resto anímico para remontar el marcador y lograr un triunfo muy importante en la vieja y querida Copa.

Hernán O’Donnell

Chelsea logró tres puntos iniciales, pero Lampard aún debe darle forma al equipo

El primer tiempo fue interesante, porque Brighton salió con una postura ofensiva, con un intento de pelearle el partido a Chelsea, de hacerseló de ida y vuelta, con Lamptey y March bien abiertos, la salida prolija desde los centrales y Lallana y Alzate como enlaces con los delanteros. En ese contexto, la propuesta local era apreciable, aunque se veía enfrente un rival lleno de nombres y jerarquía, dispuesto a demostrar por qué es uno de los candidatos de la cátedra.

Chelsea se presentó como un equipo serio, contundente y peligroso. Dos líneas de cuatro, dos volantes que saben trabajar la media cancha como Kanté y Jorginho, un prospecto intersantísimo llegado de la Bundesliga como Kai Havertz, y dos delanteros de experiencia internacional: Loftus-Cheek con la selección inglesa y la figura del prometedor RB Leipzig de Nagelsmann, Timo Werner, en una de las contrataciones más im pactantes del mercado, con muchos partidos jugados en la selección alemana. Esa constelación de estrellas terminó por ser un equipo muy duro, que Lampard le querrá dar su impronta con el correr de las fechas, pero que ya hizo su presentación.

Brighton no se escondió; buscó el partido con sus armas, tuvo bastante el balón y le dio un trato prolijo: Sin embargo, sufrió primero la caída de su valla. Una llegada veloz de Timo Werner y la salida de Mat Ryan que lo cruza cuando entraba al área. Ahí se produjo el penal y el gol de Jorginho a los 22′ para que Chelsea se adelantara por 0-1.

Sin embargo, Brighton continuó con su estilo y su propuesta. Con Maupay y Trossard en movimiento, el local se las arreglaba para preocupar, ante un Chelsea que, aún con intermitencias, mostraba todo su poderío, sobre todo en sus destacados delanteros.

En el complemento hubo veinte minutos iniciales de emociones y definiciones; porque el partido ganó en intensidad en ese lapso y también llegaron los goles, como también la definición que lo dejó casi resuelto en ese momento.

El local salió con mucha decisión y se mostró ambicioso, en tanto desnudó algunas falencias defensivas de Chelsea. Podía llegar con cierta comodidad y así fue que Trossard sacó un fuerte remate cruzado desde la derecha y marcó el 1 a 1 a los 54′ de juego.

La respuesta de Chelsea fue inmediata, porque salió del medio, avanzó y muy pronto encontró el desnivel. Un remate largo y potente del lateral James se metió en el ángulo superior izquierdo de Ryan y el partido quedó 1-2 a los 55′.

El partido creció en ritmo y velocidad; Brighton lanzó amarras para ir por el empate y Chelsea encontró el gol que liquidó el pleito, tras un centro de la derecha, el remate de Zouma y el desvío en la pierna de Webster, que descolocó al arquero local para dejar el marcador 1-3 cuando iban 65′ de juego.

Después se repartieron llegadas. Brighton, con velocidad y varios intentos desde afuera del área. Chelsea, a la búsqueda permanente de Werner, quien ya se postula para ser un hombre importante para su equipo y para la Premier League en sí misma.

Así el visitante se llevó los tres puntos y el partido. Sufrió en defensa, mostró algunas cualidades, fue contundente en ataque, tuvo intermitencias de buen juego, se apoyó en la potencia de Timo Werner y redondeó una actuación aceptable, aunque tendrá que trabajar mucho y darle forma al equipo, pues Brighton le hizo pasar algunas dificultades. Estará en Frank Lampard resolverlas y hacer de Chelsea el equipo temible que todos pensamos que puede ser.

Hernán O’Donnell

Liverpool recibió a Leeds en la Premier, en una tormenta de fútbol

No hubo pausa desde que el árbitro le dio “play” al partido. No hubo respiro desde el inicio del juego. No hubo piedad para perdonar errores y no hubo ni se pidió tregua en la lucha. Fueron noventa minutos de fútbol en su máximo esplendor, con un ritmo impresionante y una cantidad de emociones que decoraron toda la jornada.

Un primer tiempo imparable, con la apertura del marcador a los 4′, tras el penal que convirtió Salah con un remate fuerte y que le permitió a Liverpool ponerse 1 a 0 casi desde los vestuarios.

Pero Leeds no se amilanó; a pesar de que el local salió con fuerza y decisión, listo para acorralarlo y meterlo contra su valla, el equipo de Bielsa planteó el partido con la misma vocación ofensiva; cuando conseguía el balón iba al ataque con la mayor cantidad de hombres posibles. y así llegó muy rápido a la igualdad, tras un pelotazo largo que recibió Harrison, se fue por izquierda, superó a Alexander-Arnold en velocidad, enganchó hacia adentro para superar el débil cierre de Joe Gómez y sacó un tiro fuerte que Alisson no pudo detener. 1 a 1 a los 11′ de juego.

Liverpool respondió con el mismo planteo asfixiante, la habilidad de Mané, las proyecciones de Robertson, la dinámica de Keita y la enorme jerarquía de Salah. Y a los 19′ llegó al gol otra vez; corner desde la izquierda de Robertson, cabezazo potente de Van Dijk y el arquero Mesllier que no puede detener la potencia del balón, que lo mete a él con pelota y todo dentro del arco. 2 a 1 para el local.

Pero el vértigo no se detenía y el Leeds jugaba con el mismo atrevimiento del local; con la salida permanente de Ayling, el traslado de Phillips, buscó y llegó otra vez a la igualdad tras un pelotazo largo que Van Dijk no pudo controlar con efectividad, le dejó el balón servido a Bamford que a los 29′ puso el 2 a 2.

Y el aire se llenaba de electricidad, porque enseguida Salah volvió a demostrar por qué es, desde hace un tiempo, de los mejores delanteros del mundo. Centro desde la izquierda, rechazo parcial de la defensa y el egipcio tomó el balón sobre el borde del área para sacar un remate extraordinario, fuerte y al ángulo superior izquierdo de Meslier, y poner el 3-2 a los 32′ del encuentro.

Liverpool propuso lo mismo en el segundo tiempo; apretar bien arriba y si tenía que sufrir atrás, que sea un partido de ida y vuelta. Y continuó con esa enorme intensidad, ese vértigo tan propio de la Premier League que obligó a cambios rápidos por el agotamiento de los futbolistas. Así salió Keita, a los 58′ reemplazado por Fabinho en el equipo local, que manetnía la posición ofensiva y generaba una nueva situación a los 61′ con una combinación entre Salah y Mané y este que define mal al entrar al área.

En ese momento, Marcelo Bielsa produjo dos cambios en la visita: Rodrigo Moreno por Bamford, autor del segundo gol de Leeds, y Roberts por Pablo Hernández. También tuvo Kloop que recurrir a otro cambio por agotamiento: a los 65′ salió Henderson, de muy buen partido, reemplazado por Curtis Jones. Y en ese minuto, Leeds volvió a empatar. Buena jugada colectiva, Heider Costa desde la derecha cruzó el pase al medio y Klich apareció libre para dominar y meter un remate cruzado que marcó el 3-3 a los 65′.

Partidazo por donde se lo mire. Porque el local buscaba todo el tiempo y Leeds no se resignaba a ser un simple partenaire; si podía, se llevaba los tres puntos. Por eso tuvo una chance más, a los 75′ con un tiro libre de Phillips que se fue muy cerca del palo derecho del arquero local Alisson Becker. A los 80′ llegó el tercer cambio de Bielsa: Shackleton por Klich, también agotado en lo físico. Pero Liverpool seguía y seguía. A los 86′, una gran jugada combinada entre Salah, Mané y Firmino culminó con el remate del delantero brasileño y el pie de Koch salvó el tiro. Del corner llegó la jugada en la que encaró Fabinho y Rodrigo Moreno le cometió un evitable penal.

Así llegó Liverpool a la victoria. A los 87′ con un remate de penal de Salah, la gran figura de un gran encuentro, que puso el 4-3 final.

Quedó tiempo para el último cambio de Jürgen Kloop, a los 88′: Matip por Alexander-Arnold. Y los minutos finales que encontraron a los dos equipos tal como habían empezado. Con el espíritu intacto, la intensidad inicial, las ganas de siempre y sin dar ni pedir tregua, para sellar un partidazo que empezó y terminó a pura emoción.

Hernán O’Donnell

El rugby de Sudamérica se reúne en Uruguay

Será una suerte de volver a vivir; de tener otra vez la competencia internacional entre nosotros, aquí muy cerca, con una nueva edición del Torneo de las Cuatro Naciones de Sudamérica, en Montevideo y con la confirmación de la participación del local, Uruguay, Argentina XV, Chile y Brasil.

Con un protocolo sanitario preestablecido, con medidas bastante estrictas, pero con la pasión del rugby presente en el magnífico Estadio Charrúa. Serán partidos a puertas cerradas y se desarrollarán a doble jornada, con enfrentamientos cruzados los días Sábado 17, Miércoles 21 y Domingo 24 de Octubre próximos. El equipo que obtenga más puntos será el Campeón, sin final prevista.

El Presidente de Sudamérica Rugby, Sebastián Piñeyrúa, se pronunció y agradeció “el apoyo del gobierno de Uruguay para permitirle a la región volver a disfrutar del juego, con prioridad en la salud y el bienestar de los deportistas y de la población; así generamos una luz de esperanza en los países de la región que no tenían rugby desde marzo.”

“Valoramos el apoyo de las uniones de los países para hacer esta competencia; trabajamos con ellas durante los últimos cinco meses, y esta competencia internacional les da a sus seleccionados la posibilidad de que sus marcas y sponsors estén presentes; confiamos en que las uniones puedan aprovechar de manera comercial este evento y generar contenido para sus auspiciantes.””, agregó Piñeyrúa.

El Secretario Nacional del Deporte del Uruguay, Sebastián Bauzá, afirmó: “Para el gobierno uruguayo, y para la Secretaría Nacional del Deporte, es una gran distinción que Sudamérica Rugby haya elegido a nuestro país como sede del prestigioso Sudamericano 4 Naciones.”

En cuanto a las medidas sanitarias, Cada plantel participante tendrá un encargado sanitario, denominado “Manager COVID-19”, que trabajará en contacto con el Dr. Marcelo Santurio, Médico Jefe de la URU, y el Dr. José Veloso, Director del Centro Médico Deportivo de la Secretaría Nacional del Deporte.

Las delegaciones estarán encapsuladas en su hotel, se entrenarán en campos específicos, con limpieza de lugares y elementos obligatoria, y no podrán realizar vida social, es decir paseos, salidas, caminatas recreativas ni asistencias a bares ni demás.

Todo sea por el rugby, el bendito deporte que tanto nos apasiona y que aún en tiempos difíciles, sueña con volver.

Hernán O’Donnell