Dortmund sacudió a Köln y gritó fuerte en el inicio de la segunda fecha de la Bundesliga

La Bundesliga es una de las competiciones más organizadas, más atrayentes y más concurridas de Europa. Tiene escenarios de altísimo nivel, una cantidad razonable de equipos, ciudades bellas y bien representadas, alto nivel de taquilla y partidos de gran nivel.

Es seria, ordenada y prolija. Tiene, si se quiere buscar algo para observar, un cierto nivel de previsibilidad deportiva que la puede tornar poco sorpresiva y, por la tanto, sin emociones: se descuenta que equipos van a pelear por el título, quienes pueden aspirar a la clasificación a las Copas de Europa y quienes están condenados a sufrir en la lucha por conservar la categoría. Sin embargo, los partidos siempre son atractivos, porque los equipos por lo general no especulan, y existe el espacio para alguna sorpresa.

Köln recibió a Borussia Dortmund en su coqueto estadio, el RheinEnergieSTADION. Tenía un compromiso difícil y cerrado. Pero salió con actitud, con mucha predisposición y con concentración en la defensa para controlar a Reus y Sancho, dos hombres peligrosos en la ofensiva. pero el local supo pararse en defensa y sostener el embate, mientras que se predispuso a atacar.

Su DT, Beierlorzer, lo había anticipado: quiere un equipo que sume muchos puntos, se aleje de la zona de descenso y luego ver las perspectivas. Así afrontó el partido y a los 29′ tuvo su premio. corner desde la derecha, la peina Shkiri y Drexler convirtió de palomita para marcar el 1 a 0.

Con mucho ímpetu, el equipo de la “Cabra” se llevó el primer tiempo, ante un adversario que tenía más dudas que certezas.

En la segunda parte, Dortmund intentó lavarse la cara. Cambiar la imagen. Y buscar con más peso en la ofensiva. Adelantó líneas, empujó al local y de a poco empezó a arrimarse al arco con peligro. Fue importante el ingreso de Brandts, mientras Reus y Sancho sumaban en la ofensiva y Hummels sostenía desde el fondo. Koln no se amilanaba y le intentaba jugar el partido de igual a igual.

Pero llegó el empate. A a los 69′ ejecutaron rápido un tiro de esquina, Sancho ingresó por izquierda con cierta libertad y derrotó a la valla local, para sellar el 1 a 1.

Ese descuido del local le costó caro. Una distracción, y a pagar. El esfuerzo hecho por el local no tuvo recompensa. La salida de Córdoba le había quitado potencia en la ofensiva y Dortmund ya era otro equipo. Con el peso de su oficio, la razón de la experiencia, tuvo la serenidad para torcer el rumbo y rematar el partido.

Una excelente maniobra por derecha, el centro atrás y la aparición de Hakimi para convertir el 1-2 a los 85′. Un cambio de defensor, que no parecía gravitar en el desarrollo, fue decisivo al cabo. Brandt y Larssen fueron más que Hazard y Weigl, pero el peso del partido estaba en Paco Alcácer, Reus y Sancho.

Y sobre el cierre, a los 90+3, un contraataque feroz encabezado por Brandt, el pase a Hakimi, la habilitación a Sancho y el pase servido a Paco Alcácer para cerrar el 1 a 3 final.

La ciudad de Colonia se llenó de pena. Durante más de una hora la victoria parecía factible. Un tiempo largo para acunar un sueño, que la jerarquía de Dortmund en unos pocos minutos se lo hizo añicos.


Hernán O’Donnell