La Champions League arma sus grupos y Estrella Roja quiere alimentar su celebridad

Estrella Roja es un equipo lleno de historia y celebridad. No es, claro está, un “Grande” como los grandes de España, Inglaterra, Italia o Alemania. Pero es un conjunto que se hacía oir desde los tiempos de la guerra fría, cuando los países que estaban detrás de la “Cortina de Hierro” se conectaban con occidente por el fútbol, como principal vínculo. Fundado en el 4 de Marzo de 1945, con la finalización de la segunda guerra mundial se le unieron varias instituciones que fueron disueltas por el Mariscal Tito. Eran los tiempos de la Yugoslavia que incluía a Serbia, en cuya Capital, Belgrado, se estableció el club, y también a Croacia, Montenegro, Eslovenia, Macedonia, Bosnia y Herzegovina. La unión de esas Repúblicas formaban el estado socialista de Yugoslavia, y con el aporte de cada República se formaban grandes seleccionados deportivos. Lo mismo le sucedió al Estrella Roja, que tenía futbolistas de varias de esas Repúblicas y por lo tanto, sus equipos eran duros y muy competitivos.

Fue dominante en su país en los años ’50, y pegó el salto a las competiciones europeas. Su enfrentamiento con Manchester United en 1958 aún es recordado por la paridad en lo deportivo, ya que United ganó 2-1 en Inglaterra e igualaron 3-3 en Belgrado, pero sobre todo por la triste tragedia que le tocó vivir al plantel del equipo inglés, pues sufrió el accidente de aviación en el regreso, en la zona de Munich, Alemania.

El equipo del Este prolongó sus participaciones en las Copas de Europa y siempre fue un rival de respeto, hasta que en la temporada 1990/91 gana el trofeo en forma invicta tras superar a Olympique de Marsella por 5-3 en la tanda de penales, ya que el partido en el tiempo regular finalizó 0 a 0. Coronaba así una larga historia construída en base a grandes equipos, con jugadores fuertes y hábiles, jalonada con el misterio que siempre emanó de los países del Este, y así alimentó su celebridad.

Ante Young Boys, de Suiza, se jugó el pasaje a la zona de grupos de la fabulosa Champions League temporada 2019/2020. Un empate en 2 goles en calidad de visitante le daban cierto aire de ventaja. Con igualar en 0 lograba conseguir el boleto de clasificación. Y se lo jugó en un primer tiempo agradable, con ritmo y mucha energía, rodeado de un ambiente ruidoso y efervescente, como es habitual en los estadios balcánicos. Estrella Roja pretendió dominar las acciones, pero el visitante se plantó en la mitad de la cancha y contó con varias oportunidades en ataque.

En el complemento, los dos salieron más decididos. Young Boys llegó con un remate de Assalé y el local respondió con un cabezazo de Marin.

A los 59′ Marin habilitó a Rodic, quien llegó al fondo, envió el centro y Vukanovic metió un cabezazo formidable y abrió el marcador. Un estallido enorme en el “Marakaná” y 1 a 0 para el local.

El equipo suizo, jugado por jugado, optó por adelantar las líneas e insistir por los costados, sobre todo con las subidas de Janko y los centros a Nsamé. La salida de Assalé no era lo más conveniente, pero el DT entendió que debía ingresar Hoarau.

El tiempo jugaba a favor del local y este sabía aprovecharlo. Se cerró con una doble línea de cuatro y achicó espacios para obligarlo a Young Boys a tirar pelotazos, a jugar al centro frontal, para que controlen los defensores centrales Milunovic, Degenek o el arquero Borjan.

Pero quedaban emociones. Y de las fuertes. A los 81′ Ben Nabouhane desvió de cabeza hacia su propia meta un remate que parecía que Borjan iba a controlar. Pero fue gol en contra y el 1 a 1 le dio dramatismo a las escenas finales.

El partido llegaba a los minutos finales y el Estadio era una caldera. Y a los 90′ un tremendo zapatazo de Nsamé parecía darle la victoria a los suizos, pero surgió la mano salvadora del arquero Borjan y envió el tiro al corner. Y sobre el final tuvo una jugada polémica donde todo el banco visitante reclamó penal.

Pero no hubo modificaciones, y el empate 1 a 1 se mantuvo hasta el final. Como habían igualado 2-2 en la ida, pesó la mayor cantidad de goles de visitante y el mítico Estrella Roja de Belgrado estaló en un grito de alegría y felicidad porque logró meterse en la zona de grupos de la Champions League, para alimentar una vez más la leyenda de los equipos del Este.


Hernán O’Donnell