Sergio Martínez se encamina al sueño que pocos imaginaban

Luce mucho mejor que en la pelea en que decidió remontar el barrilete del sueño imposible. Está más rápido, más acentuado, más sólido y con un mejor manejo del tiempo y la distancia. Sergio “Maravilla” Martínez se propuso volver a ser Campeón Mundial de Boxeo, tras más de 6 años de inactividad. Porque cuando cayó ante Miguel Cotto el 7 de Junio de 2014 en el Madison Square Garden de Nueva York, el final parecía definitivo. En un combate que se fue olvidado e inadvertido por un público argentino pasional, pero muy afecto al exitismo, y por esa cercanía al inicio de la Copa Mundial de la FIFA-Brasil 2014, donde los sueños de Campeón eran alimentados a diario por la masa de la “patria deportista” cosumidora de casi todos los deportes, pero si traen victorias, mucho mejor, tras esa caída, con la imagen de sus rodillas maltrechas y tapadas por una larga bermuda, amén de la superioridad marcada con claridad por el portorriqueño, salvo para los fanáticos del boxeo, el adiós a la actividad de Martínez para muchos se fue como una ola regresa al mar…

Pero para “Maravilla”, la historia no estaba terminada. Y luego de un largo paréntesis que incluyó presentaciones teatrales en versión del llamado “Stand-up”, incursión como promotor de boxeo, algún paso por los medios, el pugilista que lleva en la sangre volvió a tocar la sensibilidad de su corazón. Anímate y arriesgate, le dijo. Y tras seis años de ausencia, un día “Maravilla” volvió a subirse a un ring en forma profesional.

Fue el 21 de Agosto de 2020, en la ciudad de Torrelavega, en Cantabria, comunidad autónoma española. Allí se midió ante José Fandiño, a quien venció por KOT 7, en una pelea pactada a 10 asaltos. Luego venció al finés Koivula, más tarde al inglés Brian Rose, y el último Jueves 27 de Enero de 2022 logró un triunfo contundente, sólido, inapelable, ante el Macaulay Mc Gowan, a quien derribó en tres oportunidades, la última, la más clara, sobre el cierre del décimo round, pero que no le alcanzó para ganar por knock out, pero sí para llevarse el combate por decisión unánime en medio de la algarabía y los aplausos del público que concurrió al WiZink Center, como se conoce hoy al viejo y añorado Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid, España.

Y fue una pelea tremenda, que creció con el correr de los minutos. Si bien Martínez sacó ventajas rápido y tomó el control de la contienda desde el inicio, en el segundo ya marcó una diferencia cuando lo dejó expuesto sobre el cierre del round, y salvo un sobresalto entre el tercero y el cuarto, a partir del quinto asalto el dominio del argentino fue marcado.

En el séptimo estiró dos puntos más la ventaja, tras un gancho al hígado que obligó al británico a poner la rodilla en la lona y soportar la cuenta de protección. Por experiencia y capacidad, Martínez se adueñó de los siguientes rounds y, lo dicho, sobre el cierre de la pelea estuvo a punto de noquearlo, tras otro golpe que derribó al oponente.

“Hasta el Mundial no paro!” gritó Sergio una vez acabado el combate. Fue el momento suyo de la noche, de los que más disfruta cuando se presenta, en un ring o en un escenario. Cuando está ante el público y deja florecer sus sentimientos. Esta vez, aún con el cansancio y la sed acumuladas, se dio un tiempo para pedir un aplauso para su adversario Mc Gowan, celebrar la noche y proponer un grito que nos recuerda el pasado glorioso y nos adelanta el futuro deseado.

Hernán O’Donnell

(Enviado especial a Ciudad de Córdoba, Provincia de Córdoba)