Alemania desperdició sus chances y Japón reaccionó a tiempo

El fútbol es maravilloso porque entrega esta clase de partidos. En una Copa del Mundo, o en un torneo de ascenso. Cambiantes, atrayaentes, con giros inesperados y un desenlace imprevisible. Sabíamos que Japón iba a ser un hueso duro de roer para Alemania. Un equipo, el japonés, que crece y evoluciona de modo permanente desde hace unos treinta años, que aprovecha todas las herramientas que la industria le ofrece para progresar, que cuenta con numerosos futbolistas en la Bundesliga y en Premier League, que refleja la idiosincracia de su puebol, respetuoso, trabajador y paciente. Ante ese equipo se midió Alemania, favorito por naturaleza, dueño de una tradición histórica y un concepto del juego cada vez más aceitado y afianzado. Un estilo que supo amalgamar la fuerza, el orden táctico y el desarrollo físico, con el respeto y el buen trato de la pelota. Entre ambas formas de jugar, nos entregaron un partidazo, tal como imaginábamos antes de iniciarse el torneo, y que, por ahora, se lleva el premio al “Mejor Partido del Mundial”.

Crédito: @FIFAWorldCup

Alemania comenzó con Manuel Neuer en la valla; Niklas Sülle, Rüdiger,Nico Schlotterbeck y David Raum; dos medio centros, Joshua Kimmich y Gündogan; Serge Gnabry, Thomas Müller y Jamal Musiala; Kai Havertz como centro atacante.

En Japón jugaron Shuichi Gonda de arquero; Hiroki Sakai, Kou Itakura, Maya Yoshida y Yuoto Nagatomo; Wataru Endo y Ao Tanaka; Junya Ito, Daichi Kamada y Takefusa Kubo; Daizen Maeda.

Empezó rápido el partido, con una llegada de Japón a los 7′, tras un buen cabezazo de Maeda, pero que había quedado invalidado por off side previo. Contestó Alemania, a los 16′, con un corner de Kimmich que cabeceó Rüdiger, pero su lanzamiento salió por arriba del travesaño. Cuando iban 19′ fue Kimmich el que sacó un gran tiro que desvió Gonda. De a poco, el arquero comenzó a ganar protagonismo, porque mientras Alemania se hacía dueño del balón, de las acciones y del dominio del juego, Gonda respondió una y otra vez. A los 27′ fue Gündogan el que sacó un tremendo tiro que desvió el arquero japonés.

Hasta que a los 30′ salió a tapar una entrada de Raum, le cometió falta, y el árbitro sancionó el correspondiente penal que, a los 32′ de juego, Gündogan trasnformó en el 1-0 a favor de Alemania.

Pudo aumentar el equipo europeo a los 45+3′, cuando, tras una enorme jugada con múltiples pase, Havertz definió sobre el área chica rival, pero estaba en posición prohibida. Y Japón cerró el primer tiempo con un buen cabezazo de Maeda, que pasó muy cerca del arco de Neuer, cuando ya iban 45+5′ de juego.

En el segundo período, Hajime Moriyasu, el entrenador de Japón, decidió hacer una variante. Tomiyasu entró por Kubo.

Alemania salió con el mismo ritmo y a los 46′ ya tenía una llegada clara. Müller habilitó a Serge Gnabry, este entró al área y sacó un potente remate que pegó en el travesaño y salió desviado. A los 50′ fue Musiala quien disparó fuerte y el tiro salió alto. Alemania mantenía el ritmo, y japon necesitó de dos variantes más. K. Mitoma entró en lugar de Y. Nagatomo, y T. Asano ingresó por D. Maeda, cuando iban 56′ de juego.

Pero los europeos sostenían el dominio, y empezaban a acumular chances claras para convertir, aunque no acertaban con la puntada final. A los 59′ Gundogan sacó un tiro fuerte, que pegó en la base del palo izquierdo de Gonda, y se fue afuera.

Japón se empezó a animar más con los cambios, y a los 60′ Asano tuvo un remate alto, apenas afuera.

El entrenador alemán, Hans-Dieter Flick, hizo entonces sus primeras dos modificaciones. Jonas Hoffmann entró por Thomas Müller, y León Goretzka reemplazó a Gündogan, cuando iban 66′.

Y seguía Alemania sin aprovechar lo que generaba a través de su buen fútbol. A los 69′ Gnabry sirvió para Hoffmann, pero su tiro fue tapado por Gonda. Del rebote, llegó otra jugada, que derivó en un centro de la izquierda y fue Serge Gnabry quien metió un cabezazo al suelo, pero que Gonda supo desviar tras el pique, ya a los 70′ del partido.

Entonces, cuando todo el desarrollo ya tenía un argumento, el fútbol volvió a demostrar por qué es el juego más hermoso e imprevisible del mundo. Salvó el boxeo, que una mano de knock out puede alterar el desarrollo de un combate de manera radical y absoluta, es difícil encontrar disciplinas que puedan tener ese misterio, esas alteraciones que tiene el fútbol.

Japón se animó a los 72′, con un tiro de Junya Ito que tapó Manuel Neuer, y el rebote le quedó a Sakai, pero le entró abajo al balón y el disparo salió un poco alto. Minamino entró por el propio Sakai, a los 73′, y enseguida le dio un vuelo futbolístico fenomenal al equipo oriental. Desbordó a los 74′, sacó un centro preciso, neuer apenas la pudo desviar, y por el medio llegó Doan para marcar el primer gol de Japón en el Mundial, y poner el 1-1 en el partido.

Crédito: @FIFAWorldCup

Intentó reaccionar el técnico alemán, y dispuso la tercera y cuarta modificación de su equipo en su segunda ventana habilitada para hacer cambios. Niclas Füllkrug entró en lugar de Kai Havertz, y Mario Gotze reemplazó a Musiala, cuando se jugaban 78′.

Pero ya el partido le pertenecía a Japón. A los 82′ salió rápido el equipo con un tiro libre desde el fondo, picó Asano por derecha y sacó un tiro fuerte, cerrado y al primer palo, ante la salida de Neuer, para revertir el marcador y poner a Japón arriba por 1-2.

Hans Flick intentó una quinta variante para torcer el destino, y a los 89′ Youssoufa Moukoko reemplazó a Serge Gnabry.

Alemania fue al frente con fuerza, pero ya sin ideas, ni claridad. Había perdido muchas oportunidades, y el fútbol se había ido con su rival. A los 90+4′ leon Goretzka tuvo una buena chance, pero su tiro se fue afuera. Subió Manuel Neuer a buscar el balón en un par de tiros libres, pero tampoco surtió efecto.

Todo lo que Alemania generó y no supo usfructuar, fue bien aprovechado por Japón, que soportó el temporal del primer tiempo, levantó en el segundo, y al final usó sus armas y encontró la fórmula para llevarse el partido.

Hernán O’Donnell