El Río de la Plata se empieza a mover…

Ya se juega “El Clásico”. Uno de los más antiguos (y grandes) del fútbol mundial. Un clásico añejo, tradicional, histórico. Que muchos vieron opacado, o superado por el choque Argentina-Brasil, pero olvidan una parte grande de la historia, los comienzos, los inicios, los orígenes. El Clásico del Río de la Plata es un enfrentamiento histórico que supera en trayectoria al derby moderno de argentinos y brasileños; está más vinculado al nacimiento del fútbol, a las bases. Si se quiere, lo emparentamos más con otro choque histórico como el de Inglaterra-Escocia, que tiene raíces profundas y lejanas. Las otras rivalidades, Alemania-Holanda, por ejemplo, son producto de un tiempo más moderno, de cuarenta años a esta parte. Argentina-Uruguay, o el duelo británico, arrastran más de 100 años de rivalidad deportiva.

Uruguay espera por el partido con las mismas ansias que Argentina, las mismas necesidades y la ambición de consolidar su puesto en la clasificación rumbo a la Copa del Mundo de la FIFA-Rusia 2018. Marcha tercero con 23 puntos, pero está apretado en el pelotón junto a Colombia, Chile, Argentina, Ecuador…hasta Perú y Paraguay se pueden sumar a la discusión. Nada sencillo el panorama, donde Brasil luce un lugar asegurado, pero hay 6 equipos que luchan por 3 plazas directas y la restante al repechaje. Dos quedarán de modo definitivo afuera y uno luchará ante un equipo de la zona asiática.

El conjunto de Oscar Tabárez quiere ganarse su boleto. Por eso trabaja a conciencia; ya están los jugadores citados. los arqueros Muslera, Silva y Campagna; los defensores: Godin, Coates, Giménez, Pereira, Silva, Cáceres, Lemos. Los mediocampistas: Nandez, Arévalo Ríos, Valverde, Sanchez, Lodeiro, Urretaviscaya, Laxalt, y  los atacantes Stuani, Cavani, Suarez, Rolan, Hernández…Y puede haber más.

La sopresa es Federico Valverde, quien se destaca en Deportivo la Coruña, pero que tuvo su trampolín en la reciente  Copa del Mundo U20 de la FIFA-Corea del Sur 2017. Allí fue uno de los que hizo brillar a la celeste, y los ojos del planeta repararon en él. Hábil, inteligente, puede ser el conductor del equipo, aunque aún no cuenta con la experiencia de Nicolás Lodeiro, por ejemplo.

¿Que hará el Maestro Tabárez? ¿Apostará a la experiencia, eso que ya muchos empiezan a llamar en Uruguay “el club de amigos”, tal como sucede en la Argentina? ¿O se la jugará por la juventud de Nández, Vecino, Valverde, Lemos, etc.?

Todo un interrogante. Un juego de predicciones e intuiciones que le empiezan a poner movimiento al hermoso y tradicional Clásico del Río de la Plata.

 

Hernán O’Donnell