Como en “All That Jazz”, para Atalanta el show debe seguir

Allá por 1980, hace ya 40 años, en el mundo se estrenó una película que sería un suceso: “All That Jazz”, que en la Argentina se tradujo como “El show debe seguir”. Y ese título entonces fue usado para reflejar la marcha de muchos conjuntos en campeonatos donde se los veía desfilar al compás de triunfos y goles. como fue el caso de Sarmiento de Junín en aquel torneo de Primera B de 1980. Y cuatro décadas más tarde, el Atalanta de Bérgamo se ha ganado también el derecho a que lo ilustren con ese mensaje, pues hace de cada presentación del equipo, un verdadero show.

El comienzo fue inmejorable. Al minuto de juego el local se puso en ventaja con un remate de Pasalic. 1 a 0 y el comienzo a todo ritmo con un equipo que hace del ataque una religión. Pero Brescia no quería ser solo un actor de reparto en la película, por eso le planteó un encuentro suelto y cara a cara. Llegó a la igualdad a los 7′ por intermedio de Torregrossa. 1 a 1 en el amanecer.

Era un encuentro abierto, con mucho toque y dos equipos dispuestos a buscar el resultado. Atalanta lucía mejor en cuanto a esa permanente disposición en el campo, donde todos los futbolistas parecen desparramados en la búsqueda del espacio libre y en la oferta de recepción de pase hacia el compañero que tiene la pelota. Porque ese es el rasgo distintivo de este equipo; tocar y buscar. Y cuando uno tiene el balón, todos los demás se muestran como posibles receptores. Esta vez no fue distinto. Aún con Alejandro Gomez en el banco, cerebro principal en la construcción de las maniobras, Atalanta se las arregló para mantener la esencia del conjunto.

Y muy rápido llegó a la demolición del adversario.

A los 24′ De Roon clavó una volea tremenda tras recibir un balón desde la izquierda que puso el partido 2 a 1. No hubo mucho tiempo para acomodarse, porque a los 27′ Malinovskiy clavó el 3 a 1 con un remate de lejos, en una clásica jugada suya, tras una gambeta vistosa y un disparo potente y preciso desde una lejana distancia.

Y casi sin respiro llegó el cuarto gol, con un centro desde la izquierda y la hermosa palomita de Duván Zapata para clavar el 4 a 1 a los 30′ de juego. En un lapso muy corto, Atalanta sacudió a Brescia con tres golpes de knock out. Duro, preciso, contundente.

El local se había adueñado del balón, del control del juego, pero lo más importante es que lo había traducido en goles, en golpes que dejaron malherido al equipo visitante. Pero nada se había terminado con el primer tiempo. En el complemento, la tormenta iba a continuar.

A los 54′ una buena jugada colectiva con un pase final de Malinovskiy a Pasalic y el croata-alemán entró por derecha y marcó el quinto gol. 5-1 y todo podía suceder. Porque enseguida hubo otra llegada, un pase al medio que capturó Pasalic y marcó el 6 a 1 para el local.

Brescia lucía confundido, golpeado y nervioso. Por eso una reacción desbordada ante el toque del local, producto de la impotencia y la bronca. El juez calmó los nervios con palabras de tranquilidad y el partido se encauzó.

El local mantuvo el estilo: triangulaciones permanentes, búsqueda del espacio, pases en diagonal, asistencias al espacio…un equipo que está en permanente movimiento y tiene el arco adversario entre ceja y ceja. A los 79′ se lo perdió Bellanova, con un tiro alto.

Tan dulce estaba el local que intentó salir con toques y pases desde su área aún cuando estaba ahogado y Tameze perdió un balón que le costó un descuento por parte de la visita, que recuperó el esférico en superioridad numérica y Spalek, que entró solo por derecha, convirtió para dejar el encuentro 6 a 2 cuando iban 82′ del partido.

La última imagen destacad fue la de Píccoli quien estuvo cerca de marcar el séptimo tanto local, pero su remate se fue desviado. Y no hubo tiempo para más, porque el árbitro se apiadó de Brescia y lo dio por terminado apenas el reloj llegó a los 90′ reglamentarios.

Atalanta se llevó un partido con resultado de set de tenis, alcanzó el segundo lugar y se puso a seis unidades de Juventus, claro que con un partido más porque este juego dio comienzo a la 33º fecha de la Serie “A”. Pero soñar no cuesta nada, y ahí está con sus ilusiones y su fútbol de alto vuelo que alegra cada jornada, porque como en aquella famosa película “All that jazz”, el show debe seguir.


Hernán O’Donnell