RB Leipzig, la aplanadora alemana

Es así. La aplanadora alemana. El equipo sensación, el que mejor impresión ha causado en este primer semestre de la Bundesliga 2019/20 y el que no deja de asombrar por su fútbol práctico, rápido y contundente. Pasó por Düsseldorf y dejó una estela de buen fútbol y contundencia de principio a fin.

Apenas había pasado 1′ de juego cuando llegó la apertura del marcador. Salida veloz desde el fondo, apertura hacia la derecha, el desborde por el lateral de área a área, toda una corrida rápida con tres toques, el desborde de Werner, la aparición de Schick por el medio y su remate rasante para abrir el arco local cuando la gente aún se acomodaba en sus asientos. 0-1 para el visitante, para este RB Leipzig, una verdadera topadora que salió desde el primer instante a comerse el partido.

Con la dinámica de Sabitzer, la velocidad de Schick, el talento de Timo Werner, el visitante se adueñó del balón y del partido. Controlaba las acciones y nada hacía pensar que su victoria iría a correr peligro. El Fortuna Düsseldorf intentaba imponer orden con una firme línea cinco, dos laterales de esa línea listos para salir rápido, cuatro volantes de trabajo y Kownacki como punta de lanza para pivotear los ataques.

Nada de eso sirvió. RB Leipzig era más preciso con el balón, más inteligente para conducirlo y en cada movimiento amagaba con terminar de derrumbar al conjunto local y sellar la historia.

El primer tiempo se cerró sin demasiadas novedades y el complemento tuvo unos minutos de dominio local, hasta que llegó otra buena maniobra colectiva visitante, el remate que dio en el brazo del defensor Bormuth y el VAR que certificó la pena máxima. Fue Timo Werner el encargado y con un remate seco, fuerte y esquinado señaló el 0-2 cuando iban 57′ de juego.

RB Leipzig anunciaba el fin del encuentro cuando quedaba más de media hora por jugarse. Se paró en tres cuartos de campo, no resignó posesión ni terreno y controló las acciones a voluntad.

No le quedaban más cartas en la manga al Fortuna Düsseldorf. Apenas la voluntad para pelear el partido, para correr detrás de la bola y ver como su adversario le manejaba el control de juego en sus narices.

Así llegó el tercero, tras otra brillante jugada colectiva, el centro hacia atrás y la zambullida de Mukiele en forma de “palomita” para ampliar a 0-3 el marcador cuando estábamos en los 75′ del partido.

La visita paseó toda su potencia. Se adueñó del juego de principio a fin, mostró su poder de fuego desde el nacimiento del partido y maniató a su rival hasta convertirlo en un digno sparring, en un actor de reparto donde los principales papeles se los dividieron sus figuras: Schick, Timo Werner, Cunha cuando ingresó igual que Mukiele, Laimer, Nkunku, Sabitzer…

Fue demasiado para el Düsseldorf. Una aplanadora de fútbol que tuvo una jornada exultante y que mira desde lo más alto en la tabla de posiciones de una Bundesliga que promete una temporada para recordar.


Hernán O’Donnell