Liverpool cerró la deuda con su historia y se consagró Campeón del Mundo

Se abrazó a la gloria demorada con una sonrisa y un festejo mayor al que de modo habitual expresan los equipos europeos. Festejó con ganas. Sin el desborde de los Sudamericanos, pero con más fervor que sus coterráneos. Liverpool venció por 1 a 0 a Flamengo se consagró Campeón de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA-Qatar 2019, un grito que pudo expresar por primera vez en su historia. De ahí, la celebración.

Fue un partido “interesante”, tal como lo definió el capitán del conjunto inglés, Henderson, a la televisión oficial tras el encuentro. Un match equilibrado, donde hubo varios pasajes de dominio de Liverpool y sobre todo, una sensación de mayor poder de fuego, de más facilidad para llegar al arco adversario. Liverpool siempre se mostró más peligroso, y aún en los momentos en que Flamengo pudo tener la pelota y dominar las acciones, no mostraba la capacidad de daño que sí lucían los ingleses.

El equipo de Klopp salió decidido y ese poder de daño lo mostró en pocos minutos. En los primeros instantes llegó con claridad y tuvo tres situaciones muy claras de gol. Primero Roberto Firmino recibió sólo y su remate se fue alto cuando le quedaba la resistencia de Diego Alves y todo el arco a su disposición.

Enseguida una buena maniobra colectiva le permitió a Salah habilitar a Keita y también le pegó fuerte y alto cuando estaba en una posición inmejorable para convertir. Y en la jugada siguiente fue Alexander-Arnold el que sacó un potente tiro bajo que salió pegado al poste derecho del arquero de Flamengo. Iban 5′ de juego y ya había sucedido todo eso. En un puñado de minutos, Liverpool peloteaba a su rival y desaprovechaba tres oportunidades claras de marcar.

Después se animó un poquito más el equipo carioca. Se metió en el partido. Y se jugó a un gran despliegue físico para pelear cada pelota y cortar los circuitos del equipo europeo, para que no pudieran progresar.

Se afirmó Caio en la defensa, se multiplicó Willian Arao, impuso su ubicación táctica Gerson y la hábil dinámica de Bruno Henrique le dio potencia al ataque de Flamengo. De a poco, volcó el juego a su favor. Liverpool había perdido un poco de pimienta en ataque, pero se sostenía en la jerarquía de sus figuras. Alisson Becker para abortar cualquier aproximación rival, Joe Gómez lució firme en la zaga, Henderson se hizo patrón absoluto del medio de la cancha y Salah, Firmino y Mané asustaban con su presencia y en cada arranque. Tenía dificultades en el medio, pues ni Chamberlain ni Keita tuvieron un buen partido, pero el ritmo sostenido del capitán Henderson equilibraba todos los desajustes.

En el complemento las acciones se repitieron. salió con todo el Liverpool y a los pocos minutos tuvo una oportunidad en un tiro de Firmino que pegó en el palo derecho de Diego Alves, cruzó la línea de meta y se fue desviado.

En la profundidad, Liverpool se mostraba más peligroso. Capaz de abrir el marcador en cualquier instante. Flamengo era ordenado e intenso. Buscaba con Bruno Henrique, pero cuando la perdía, siempre aparecían tres jugadores para rodear al adversario e intentar sacarle el balón.

Lallana entró por Chamberlain, lesionado. Después salió De Arrascaeta, cansado, por Vitinho, pícaro y de buen tranco. El partido se hizo más tranquilo, más táctico, menos acelerado. Flamengo con su libreto y las ganas de demostrar que podía; además, con la comodidad que siempre significa jugar de “punto”, no ser el favorito, no tener la “obligación” de ganar. Eso siempre genera mayor tranquilidad y una cuota alta de optimismo, de querer demostrar que uno puede. Da tranquilidad para poder desenvolverse con mayor confianza, sin tener que responder a las expectativas.

Liverpool pareció sentir, en algún momento, esa obligación del que va de “banca” y tiene que ganar sí o sí, que la obligación de confirmar en la práctica la superioridad de la que habla la “cátedra”. Y eso a veces genera nervios, apuros, intranquilidad, ansiedad…Pero siempre se refugió en su jerarquía y en la confianza que le da su juego, su identidad. Siempre prevaleció la tranquilidad de saber con que fuerzas contaba y tener confianza en ellas.

Jorge Jesús ensayó otra vez una variante que le había dado resultados en dos partidos decisivos: el ingreso de Diego, esta vez a los 82′ cuando se jugaban las últimas fichas. Diego había sido preponderante en su ingreso ante River en la Final de la CONMEBOL Copa Libertadores en Lima, y también en la semifinal de esta Copa Mundial de Clubes. Y fue el hábil conductor que se esperaba, aunque el partido muy pronto llegó al final; antes Henderson sacó un excelente remate que Diego Alves elevó al corner con una estupenda volada.

El tiempo extra parecía que iba a ser una continuidad del final, más allá de que en el cierre del partido reglamentario el árbitro sancionó un penal para Liverpool, que luego el VAR desestimó. Entonces, todo se apostaba a esos 30′ de prórroga que muchas veces pasan de largo muy pronto, entre el cansancio, los calambres, las demoras por los cambios, y el miedo a perder generalizado.

Pero no fue el caso de Liverpool, que siempre pensó en ganarlo. A los 98′ Henderson encabezó un contraataque que resultó la llave del partido. Lanzó un buen pase a Salah, quien giró y pretendió que la pelota lo acompañe en velocidad pero Mari cortó con un rechazo que recibió otra vez Henderson y sacó un pelotazo largo y preciso para Mané, quien picó a la derecha, entró al área y habilitó hacia adentro al ingreso de Firmino. El delantero brasileño demostró, una vez más, porque es uno de los mejores del mundo. Se tomó su tiempo para pensar, enganchar y meter el remate al medio del arco para abrir el 1 a 0.

El júbilo, la alegría y la pasión explotaron en las tribunas rojas. Liverpool sacaba una diferencia que sería decisiva.

Lincoln había ingresado por Gerson y Jorge Jesús, más tarde, apostó a un cambio más: Berrío por Willian Arao. En Liverpool entró, apenas sacó la ventaja, Milner por Keita, para luchar en la mitad de la cancha, para ofrecer el despliegue y el temperamento que Milner suele ofrecer cuando el partido se pone calinete. Tras el final del primer tiempo del alargue, Origi reemplazó a Roberto Firmino, una de las grandes figuras, agotado tras un partido intenso.

Liverpool siguió en la búsqueda y tuvo un par de oportunidades más, con un tiro libre de Alexander Arnold y una llegada de Origi.

Flamengo quemó todas las velas, fue al ataque y por un momento obligó al equipo inglés a retroceder. pero lo hizo con orden, inteligencia y concentración y no sufrió mayores sobresaltos hasta la jugada final que le quedó a Lincoln y su tiro su fue arriba del travesaño. Una oportunidad única, la más clara para Flamengo y a los 118′ de juego. Pero los duendes del fútbol ya se habían ido del estadio. El título viajaba a Inglaterra.

Liverpool ganó con justicia y cerró un capítulo que algunos, tal vez ellos no, sentían que se debía con la historia. Un equipo riquísimo, de impecable y larga trayectoria, campeón de Europa en muchas oportunidades, ahora cerraba el círculo que le reclamaban, y se consagraba Campeón del Mundo. El mejor de todos. Sin recortes ni discusiones. El mejor equipo del planeta. Por trabajo, perseverancia, actitud, entrenador, jugadores y una hermosa historia de luchas irrenunciables, el título que logró en Qatar, cierra el círculo que merecía.


Hernán O’Donnell