En el infierno de Dortmund, Leipzig tuvo carácter

Fue el partidazo que esperábamos, que imaginábamos. Con un ritmo fuerte, con mucha intensidad y con un dominio sostenido, sobre todo en el primer tiempo, por parte de Borussia Dortmund, que en esos 45′ iniciales le hizo sentir al RB Leipzig, la revelación de Alemania, todo el peso de las tribunas del Signal Iduna Park y el infierno de su juego dominante y enloquecedor.

El Dortmund salió de entrada a demoler a su oponente. Propuso un ataque feroz, voraz, con la velocidad de Sancho como principal argumento. Un delantero, el inglés, que mezcló rapidez y habilidad para encabezar cada ataque, siempre acompañado por Reus y Hazard, el hermano menor del delantero de Madrid. Borussia era más también porque Hakimi y Guerreiro desbordaban con fluidez por las bandas y cuando tenía una pelota quieta en ataque a favor, subían las torres del fondo que generaban mucho peligro.

Así dispuso de muchas situaciones claras para convertir. A los 14′ Hummels metió un buen cabezazo que Gulacsi desvió con esfuerzo al corner. Era la primera punzante del local, que acentuó su dominio. Hakimi armó una gran jugada individual a los 21, que Gulacsi sacó al corner, tras un potente remate al primer poste.

Era una catarata de ataques del local; a los 22′ Sancho se metió de la derecha al centro, ingresó sólo y su tiro fue rechazado por el arquero. Hasta que a los 23′ se rompió el maleficio; tras el rebote, la pelota derivó en Weigl, quien sacó un disparo largo que Gulacsi no pudo controlar: 1 a 0 para Dortmund.

Recién a los 30′ tuvo su primera llegada clara la visita: Poulsen ingresó solo al área, pero su remate se fue arriba del travesaño.

Pero Dortmund tenía más fuego en sus manos y lo haría explotar en el área contraria. Enseguida aumentó el marcador; muy buena maniobra colectiva por izquierda, Brandt recibe dentro del área de espaldas al arco rival, gira con una rápida media vuelta y de cara a la salida del arquero visitante clava un tiro cruzado para señalar el 2 a 0 a los 33′ de juego.

RB Leipzig, que venía con un ritmo arrollador en el torneo, estaba aturdido. Golpeado, confundido. Porque no solo estaba abajo en el marcador, sino que no encontraba la pelota, no podía hacer pie en el encuentro.

Recién en el cierre de la primera parte encontró oxígeno y un poco de esperanza. Dos situaciones de gol le devolvieron la fe, la confianza de que podía meterse en el partido. A los 45′ Poulsen cabeceó muy fuerte y el arquero Bürki la sacó al corner. De ese tiro de esquina, a los 46′, Timo Werner metió otro tremendo cabezazo alto que el arquero local volvió a desviar con mucho esfuerzo. Se cerraba así el primer período y RB Leipzig sentía que podía achicar diferencias, que habían sido muy amplias en los 44′ de juego anteriores.

Una salida apresurada de Bürki apenas empezado el segundo tiempo le permitió a Leipzig meterse en el juego. El arquero fue muy lejos de su área grande a buscar un pase largo, falló con el cabezazo que le quedó servido a Timo Werner y este, con el arco vacío, metió el descuento a los 46′. 2 a 1 para Dortmund y otro partido comenzaba bajo una fría lluvia.

Pero Dortmund parecía no conformarse con un solo obsequio. Muy pronto Julian Brandt intentó un pase atrás sin advertir la presencia siempre peligrosa del destacado delantero visitante, Timo Werner. Para este fue recibir solo en ataque, encarar al arquero y meter un tiro abierto y marcar el 2 a 2 cuando iban 53′.

Dortmund fue a fondo y volvió a desequilibrar. Reus abrió a Hakimi, este se la devolvió al vacío, por derecha y Reus metió el centro al corazón del área para Sancho. El inglés se acomodó y sacó un tiro alto, que se metió en el ángulo derecho de Gulacsi, para quedar 3 a 2 a los 55′ del partido.

El partido se hizo dramático. Dortmund le oponía garra a la reacción de la visita. Hakimi enorme para abrir el juego por derecha, para ser una suerte de conductor desde la banda. Y Werner, del otro lado, para amenazar en cada pique. Abierto e imprevisible.

El joven Schick a la cancha por el partido errático que tuvo Poulsen, y a vestirse de héroe. Apareció Cunha en reemplazo de Sabitzer para conducir a RB Leipzig; Un error defensivo del local, el rebota que le queda al ingresado Schick y el empate 3 a 3 a los 77′, en un partido que no dejaba de entregar emociones. Hacía rato que se había ido Sancho reemplazado y el local se quedaba sin nafta al final, mientras el Leipzig ya veía con buenos ojos un empate que era más que un premio.

Porque el partido fue un infierno; el que propuso Borussia con su juego y el peso de su público en Dortmund. Pero RB Leipzig mostró de qué está hecho y por qué es la revelación de la temporada. La mano venía pesada, mal barajada, el juego no aparecía. Pero no sucumbió. Mostró carácter, personalidad, aprovechó cada obsequio del local y gritó bien fuerte el punto que se llevó a casa para alimentar la ilusión.


Hernán O’Donnell