El año se abrió con un Superclásico lleno de emociones

Fue un partido bárbaro, con goles, llegadas, emociones y un resultado que se mantuvo oscilante de principio a fin. Fue más River en general, en el manejo de la pelota, la actitud ofensiva y el control del juego. También en el dominio territorial. pero Boca no perdió la fe y pudo rescatar un punto, cuando ya se quedaba sin nada a pesar de tener durante gran parte del encuentro las tres unidades en el bolsillo.

Porque así fue el Superclásico más tempranero de la historia. Parecía que era de Boca, al final de River, y ya en el cierre, fue empate.

Boca abrió el marcador en un momento en el que el partido se empezaba a acomodar y en el que la visita comenzaba a marcar los tiempos de juego. River había llegado a fondo, había tenido su chance con la aparición de Beltrán, pero fue el local quien logró inaugurar el marcador. A los 9′ Emmanuel Más se mandó por izquierda sacó un pelotazo cruzado y Ramón Abila le ganó la espalda a los centrales de River para marcar el 1 a 0 ante la salida de Franco Armani. En su primera aproximación al área rival, el equipo de Miguel Angel Russo se puso en ventaja.

River insistió con su fórmula. Presión constante, subida de los laterales Montiel y Pinola, manejo de De la Cruz y Carrascal, despliegue de Enzo Pérez y presncia ofensiva de Borré. Así, a los 15′ tuvo una chance con una llegada colectiva y el disparo de Carrascal que se estrelló en el palo derecho de un inseguro Andrada.

A los 37′ volvió a avisar el “Millonario” con un remate de De la Cruz desde lejos que pudo atrapar el arquero de Boca. El entretiempo los encontraba con una ventaja para el local aunque la visita había dejado una imagen óptica superior.

El conjunto de Marcelo Gallardo empezó la segunda parte con dos variantes: Ignacio Fernández por Zuculini, y Matías Suárez por Lucas Beltrán. Más apuestas ofensivas para River.

Boca se paró más cerca de su área, le cedió el control a River y apostó al contraataque. Tuvo una chance a los 53′ cuando un pelotazo de Buffarini para Abila, quien partió en off side, lo encontró a “Wanchope” mano a mano ante la salida de Armani. Su compañero Mauro Zárate llegaba solo por el medio y de pasarle el balón, el segundo tanto era factible. Abila prefirió intentar la gambeta y el arquero de River le robó el balón. Boca perdió una chance clara y el DT resolvió reemplazar a los dos. Iban 57′ cuando Carlitos Tevez entró por Mauro Zárate y Franco Soldano ingresó por Ramón Abila.

Pero allí comenzarían los infortunios para el local; a los 58′ se fue expulsado Campuzano por doble amonestación. Boca se iba a atrasar más, aunque de contra Tévez habilitó a Villa, quien tras un enorme pique quedó ante Armani y el arquero visitante le sacó su remate al corner. Para acomodar el medio, Russo dispuso que Jara ingresara por Cardona a los 62′; así, Capaldo se vio apoyado por el ingresado Jara, y Villa y Soldano se ubicaron en las bandas.

River comenzó a apretar con mayor intensidad. A los 67′ F. Girotti entró por J. Carrascal y Cristian Ferreira por Javier Pinola; acumulaba mucha gente en ataque y cuando a los 70′ Ponzio entró por De la Curz, su propuesta se hizo clara: iniciar por el medio, abrir a los costados y llenar de contros el área local para aprovechar a los cuatro delanteros que había puesto en el campo de juego.

Así pudo igualar y revertir el marcador. A los 73′ Ponzio abrió a la derecha, Montiel sacó un buen centro y Girotti metió un cabezazo alto que se convirtió en el empate 1 a 1.

Boca dio señales de vida a los 75′ con un tiro libre de Villa, su mejor figura, que se fue apenas desviado del ángulo superior derecho de Armani.

Pero River ya había volcado todo el juego a su favor y a los 76′ volvió a marcar; una jugada de derecha a izquierda, el centro de Fernández, el rebote corto de Zambrano, el nuevo centro y Borré que le gana el anticipo a Izquierdoz para marcar el 1-2 para River Plate.

Todo estaba dado a pedir del equipo de Gallardo. Tenía el marcador a su favor, un hombre más, el control del juego y un rival con varios futbolistas que otra vez defeccionaron en un Superclásico. Sin embargo, la confianza mata al hombre y en un error evitable, Enzo Pérez cometió un foul; la segunda amarilla y la expulsión bien aplicadas dejaron a la visita en igualdad numérica con el local. Boca se animó y en una buena jugada de Carlos Tévez, quien se fue del medio hacia la izquierda, arrió a su marca, le cruzó el balón exacto a Villa y este tocó de pique al arco frente a la salida de Armani. 2 a 2 a los 85′.

El final fue a pura emoción, porque River volvió a ir al ataque y Boca ya se sintió más confiado. Le puso corazón al partido, dejó el alma en cada pelota y equilibró la superioridad riverplatense.

Fue un clásico vibrante para empezar el año. Con emociones e incertidumbre por el resultado hasta el final. Y con el augurio de un año lleno de buen fútbol.

Hernán O’Donnell