Gonzalo Bergessio, y un reverdecer de su carrera en Nacional

Parecía que lo mejor de su carrera había pasado. Que habíamos visto al mejor Gonzalo Rubén Bergessio en esos años de esplendor donde surgió en Platense, Instituto de Córdoba lo lanzó a la fama, Racing le abrió las puertas de Europa para llegar a Benfica y en San Lorenzo alcanzó un nivel estupendo, con una noche consagratoria el 8 de Mayo de 2008, cuando el Ciclón revirtió un 2 a 0 en contra ante River Plate en el Monumental, con dos jugadores menos por expulsiones de Diego Rivero y Jonathan Bottinelli, y a puro coraje, con las gambetas de Andrés D’Alessandro y el esfuerzo de todos, Bergessio fue el héroe con dos goles de su autoría para alcanzar un memorable 2 a 2 que le permitió al Ciclón pasar a los cuartos de final de esa edición de la Copa Libertadores de América. Años dorados que le permitieron regresar a Europa para jugar en Saint-Etienne de Francia y brillar en el Catania de Italia, donde fue ídolo venerado.

Después, sus goles en la Sampdoria y el Atlas de México, para regresar al Ciclón, esta vez con menos oportunidades que en su primera etapa, un paso fugaz por Vélez Sársfield y la llegada a Nacional de Montevideo para un relanzamiento de su carrera que pocos sospechaban podía darse de forma tan contundente y rotunda.

Se metió muy rápido en el equipo, se adaptó con facilidad y encontró un nuevo lugar en el mundo. En Nacional de Montevideo vio reverdecer su carrera a fuerza de excelentes actuaciones, goles importantes y una gran participación en el grupo, en el vestuario, con voz de mando y palabra orientadora para los más jóvenes.

Consiguió con el “Bolso” el Campeonato Apertura y el Campeonato Intermedio en 2018; la Supercopa Uruguaya, el Torneo Clausura y el Campeonato Uruguayo en 2019. Todos los logros le llegaron en su último club.

Amado por la enorme hinchada tricolor, es rechazado por la otra mitda de Uruguay: los simpatizantes de Peñarol creen que es un jugador que se excede en el uso de la fuerza y los codos cuando juega de espaldas al arco contrartio, y es vehemente con los defensores rivales. Así lo hicieron saber los hinchas rivales, ya no solo los “Manyas”, tras su última expulsión ante Plaza Colonia, de visitante, luego de un golpe hacia el defensor rival Yvo Calleros, que hizo explotar las redes sociales. Para los hinchas propios solo fue un manotazo que se solucionaba con una tarjeta amarilla y fue expulsado por la “fama” que le construyeron, en tanto el resto de los hinchas de fútbol expresaron su coincidencia con la expulsión y un malestar y fastidio con el jugador, al que acusan de violento y le recuerdan sus cuatro expulsiones desde que se sumó a la Liga Uruguaya. La primera fue en 2018 ante Rampla Juniors con roja directa y las otras fueron ante Feniz y Peñarol, en 2019, ambas por doble amonestación.

Pero esto no empaña su renacer futbolístico ni su romance con la gente de Nacional, que vitorea sus goles, tal como lo hizo en el último clásico, el de la niebla, ante Peñarol, o los tres tantos convertidos ante River Plate para encaminar a un equipo que había tenido algún tropiezo en el inicio del Torneo, o el tanto a Montevideo City Torque en la fecha siguiente.

Mientras espera cual será la sanción final por la expulsión ante Plaza Colonia, que podría llegar a 3 partidos, el presente de Gonzalo Bergesssio en Montevideo es de un rencaer futbolístico. Campeón de varios títulos en su carrera, goleador del Bolso en 2019, ganador del Premio “Atilio”, que en homenaje al gran delantero y goleador de Nacional, Atilio García, se le otorga al máximo artillero “Bolso” de cada temporada, el cordobés lo alcanzó con 20 tantos el año pasado.

Y en esta temporada arrancó bien alto en la tabla de los goleadores, la que encabeza con 7 tantos.

Ahí está Gonzalo Rubén Bergessio. En el alma y corazón de la gente de Nacional, en un reverdecer de su carrera profesional.


Hernán O’Donnell