Desde que ingresó al Court Central del Buenos Aires Lawn Tennis Club no dejó de hacer bromas. Ni de mostrar su costado más alegre, ni de reirse con el público y con su rival, Fernando González, también simpático protagonista de la muy fría noche del viernes 16 de diciembre. Incluso el chileno le regaló uno de sus llamativos pantaloncitos a un espectador que le había recomendado que “se los saque”… Un viento helado, inusual en ésta época del año recorrió las viejas gradas del Buenos Aires; la lluvia tenaz y persistente también se había hecho presente. Pero estos dos trotamundos del tenis se encargaron de “calentar” el ambiente.
Y vaya si lo lograron. A partir del buen humor del francés, que comprendió como nadie hasta ahora en los años que lleva la Copa Peugeot Argentina de Tenis (un éxito empresarial y una tradición de fin de año en Buenos Aires), que el público busca, no sólo ver a los tenistas de mayor nivel y jerarquía, sino también algo de show, un poco de espectáculo, que en el deporte profesional, atado a la dictadura de los resultados y la necesidad imperiosa de vencer, muchas veces escacea…
Monfils jugó cada punto con alegría…y con seriedad. Buscó el partido, atacó en cada oportunidad que se le presentó, intentó varias “gran willies”, y lo terminó con una victoria por 63 y 64.
Luego, en el encuentro con la prensa dejó algunos conceptos para conocerlo más: “Siempre juego relajado, pero en este tipo de partido lo hago aún más”. También habló de su juego: “Debo mejorar varios aspectos, por ejemplo la agresividad”, e incluso habló de la ciudad y su comida: “Aún no probé las hamburguesas, pero comí su carne y es muy rica…” Señaló que su próxima escala será en Santiago de Chile, donde jugará una exhibición otra vez con “Feña” González…
Y se fue, en medio de la fría noche, sin perder el humor y la paciencia para sacarse fotos con los chicos que lo esperaban a la salida de la sala de prensa. Firmó algunos autógrafos, sonrió y comenzó a imaginar el próximo show…
Hernán O’Donnell