Bayern Münich demostró en la cancha que era el candidato lógico y gritó Campeón

El primer tiempo resultó muy estudiado y a la vez emotivo. Porque tuvo muchas acciones de peligro, y a la vez se vio que los dos se estudiaban, se cuidaba y se protegían más de lo habitual. Atacaban, pero se mostraban muy atentos a los retrocesos, a la cobertura de espacios, a la seguridad en defensa. Y entre la búsqueda del desequilibrio y la atención a la propia valla, salió un primer tiempo tenso, emotivo y precavido.

La primera llegada fue de PSG, tras un buen pase adentro de Mbappé para Neymar y la tapada a salvo de Neuer; luego fue Lewandowski quien recibió en el área rival a los 21′, giró y sacó un buen remate de derecha que pegó en el palo derecho de Navas. A los 23′ contestó París Saint Germain, con la llegada de Di María, quien recibió de Herrera tras una combinación entre ambos, le entró de derecha y su disparo se fue apenas alto.

Bayern Münich perdía, en ese momento, a un pilar en la defensa. Salía lastimado Boateng y era reemplazado por Süle.

El equipo alemán tuvo una situación muy clara a los 30′, tras un centro desde la derecha, el cabezazo limpio de Lewandowski y la tapada brillante de Keylor Navas. Y la última fue para el equipo francés, tras una doble combinación entre Herrera, que debió patear y volvió a ceder a Mbappe, y el remate de este fue al medio, para el control seguro de Neuer.

Así se cerró el primer tiempo, con un 0 a 0 que decía menos de lo que fue ese período.

En el complemento hubo quince minutos de dominio alemán. Con las proyecciones de los laterales, el adelantamiento de las líneas, el trabajo de Goretzka en la media cancha y la potencia de sus atacantes. No fue avasallador, pero lucía mejor que el oponente y a los 58′ llegó a la apertura del marcado, con el pase de Kimmich atrás a Gnabry, el centro de Serge que conectó Coman para marcar el primer y único tanto del partido: 0-1 y a remar.

Enseguida tuvo otra chance y Thiago Silva la sacó cerca de la línea de meta. Iban 61′ y Bayern aceleraba sus acciones; PSG intentó variantes, primero con Verrati por Leandro Paredes a los 63′. Tuvo una clara a los 66′, tras un buen pase de Angel Di María a Mbappé y Neuer que apareció para salvar el arco alemán.

Y dos variantes para refrescar a Bayern Münich a los 67′: Philippe Coutinho entró por Serge Gnabry y en lugar de Coman ingresó Ivan Perisic.

Otra vez Di María generó una situación para París Saint Germain, a los 69′, cuando metió un pase filtrado para Marquinhos y la salida rápida de Neuer ahogó el grito francés. A los 71′ Draxler entró por Herrera, en un segundo cambio de PSG y una segunda ventana utilizada. Y a los 79′ quemó la última posibilidad de variantes con dos modificaciones: Kurzawa entró por el lesionado Juan Bernat y el delantero Choupo-Moting por Angel Di María, en un cambio que no nos pareció el más aconsejable, porque el rosarino era, hasta ese momento, el mejor jugador de París.

Bayern Münich se ordenó bien; sobre todo en los retrocesos, porque achicaba el campo con rapidez y cerraba bien el centro del área. No solo bajaban los cuatro defensores, sino los dos mediocampistas centrales como Thiago Alcántara y Goretzka, pero poblaban bien el área para que no hubiera espacios donde Mbappé y Neymar pudieran maniobrar.

A los 85′ Tolisso entró por Thiago Alcántara y Bayern empezó a cerrar de modo defintivo el partido. Tuvo PSG una chance con una corrida de Mbappé y un centro al que Choupo-Moting no llegó y otra maniobra del extremo francés, quien entró por izquierda, pero no pudo resolver, más allá de un par de gambetas, por estar muy rodeado de defensores del equipo alemán.

Ganó Bayern Münich. Por su solidez, su potencia de ataque, su trabajo en la mitad de la cancha, el orden defensivo para cerrar caminos y un arquero, que como ya dijimos varias veces, cuando se lo requiere, está.

Eliminado pronto el Liverpool, era el candidato natural, el equipo más fuerte de todos los que quedaron para el final en Portugal, y ganó sus partidos con convicción, buen fútbol y una fortaleza mental admirable.

Era el mejor en los papeles y lo demostró en la cancha. ¡Salud, Bayern Münich campeón!


Hernán O’Donnell