Con la cabeza en la Superliga, Boca arrancó en la CONMEBOL Libertadores

Es tan importante el partido del sábado, es tan trascendente la definición de la Superliga, es tanta la rivalidad entre River y Boca, que la definición del próximo fin de semana de la Liga doméstica se puso por delante del inicio de la LIbertadores. Casi como una obligación los dos equipos afrontaron el debut en el exterior, pero en cuerpo y alma están metidos en la definición y en una final, que parece poco probable, pero en el fútbol las seguridades no existen. Y como es un final de bandera verde, los dos se quieren quedar con un premio grande, claro está. Y por eso, por primera vez en muchos años, el debut en la CONMEBOL Libertadores pasó casi inadvertido para el gran público; por lo menos, con pocas repercusiones.

En medio de las horas cruciales del fin del Campeonato, Boca viajó a Venezuela para medirse ante el local, Caracas Fútbol Club. Un partido que traía más complicaciones por lo que lo rodeaba que, a priori, por el encuentro en sí mismo. Un viaje largo, un país con dificultades sociales y económicas, una logística grande y la necesidad de terminar lo mejor posible, sobre todo por los centrales, pues no tiene demasiados para el partido ante Gimnasia: Izquierdoz suspendido, Lisandro López lesionado, entre Junior Alonso y Zambrano estarían los titulares del sábado, pero también se los necesitaba en la Copa…todo eso estaba en la cabeza cuando arrancó el juego y se profundizó cuando Abila convirtió el gol de apertura del partido, a los 25′ tras recibir una buena habilitación. Boca se adelantaba 0-1 y la mente volaba hacia el futuro.

Boca se sintió cómodo con el manejo de “Bebelo” Reynoso, con la presencia de Marcone en la mitad de la cancha y la velocidad de Sebastián Villa en ataque.

Dominó el primer tiempo y no asomaban contratiempos, hasta que en la segunda parte un tremendo tiro libre de Robert Hernández a los 55′ se transformó en el empate: 1 a 1 y Boca, que había viajado a Buenos Aires, sentía el golpe y volvía a la realidad.

Allí se complicó el partido; con más entusiasmo que vuelo futbolístico, Caracas se animó. Russo decidió el ingreso de Pol Fernández para tener más claridad y de Junior Alonso por Zambrano, reservado para el choque del sábado. Y el equipo creció. Volvió a meterse en el juego, apretó a Caracas y tuvo una buena oportunidad en los pies de Capaldo.

Al final, lo tuvo Caracas con un buen contragolpe, pero Ramírez no advirtió la entrada libre de Blanco por el centro, quien estaba bien posicionado para convertir. Y en el último suspiro, Ramón Abila enganchó en el área y su remate cruzado pasó muy cerca del poste izquierdo del arco local. Fue la ultima y muy clara.

Boca arrancó la Copa con la cabeza en la Superliga. Dejó dos puntos por el camino, que tal vez en el futuro pueda añorar. Por ahora, sólo piensa en la definición del próximo sábado.


Hernán O’Donnell