River tropezó en la altura y ya piensa en Tucumán

En realidad piensa en el parido frente a Atlético en Tucumán desde que terminó su encuentro con Defensa y Justicia el último sábado 29 de Febrero en el Monumental. Desde ese preciso instante, la mente, el cuerpo y el corazón de River Plate viajó a la provincia del Norte argentino para empezar a jugar lo que su entrenador, Marcelo Gallardo, definió como “una final”. Aunque en verdad es el último partido del campeonato, la última fecha. No es “una final” pues aún si River pierde le queda una posibilidad de jugar (ahí sí) una final (de verdad) ante Boca, siempre y cuando el equipo de Russo empate ante Gimnasia y Esgrima La Plata.

Más allá de esas disquisiciones, lo cierto es que River vive el partido del sábado con una semana de anticipación. Lo dicho; ni bien terminó su encuentro de local frente al equipo de Hernán Crespo, para River Plate no existió (ni existe) otra cosa que ese juego. Ahí están todos los cañones puestos.

Ayer pasó un mal trago en la altura de Quito. Se encontró con un equipo rápido, dinámico, que sabe jugar por las bandas y que encontró rápido los caminos del gol.

A los 15′ Franklin Guerra conectó de cabeza un corner que venía desde la izquierda y se la cruzó a Bologna al palo más lejano. Se acomodaban en el juego y Liga ya se ponía 1-0 arriba.

Con el cuarteto atacante, el local se hizo fuerte y desbordó a River. Entre Caicedo, Borja y Quinteros, armaron las mejores jugadas. Para River la altura era un problema y le costaba progresar en el juego.

Una buena maniobra combinada por izquierda le permitió llegar al centro al medio y Cristian Borja concetar en el borde del área chica y marcar el 2 a 0 a los 36′. Y quedó allí la sensación que el partido se había acabado.

Quedó el complemento con el esfuerzo para correr y tratar de emparejar, la expulsión de Bologna, el ingreso de Lux, el penal por mano de Zucculini y la conversión de Junior Somoza a los 76′ para sellar el 3 a 0 definitivo.

River llegó remendado al final del partido, con heridas de Copa que el tiempo dirá si le costarán caro o no. A la hora de la clasificación, este encuentro habrá que tenerlo en cuenta, aunque hoy parezca poco importante, haya parecido más una molestia hacia la obsesión que significa el título local, que un escalón, el primero, de la soñada Copa. Pero habrá que ver como resulta y como influye en la zona de grupos de la Libertadores. Ayer, hoy y mañana para el mundo River fue casi una anécdota en medio de la semana que se juega por su asignatura pendiente.


Hernán O’Donnell