El vaso: mitad lleno, mitad vacío

Como siempre sucede, ante cualquier análisis que se haga, en cualquier cuestión de la vida, siempre aparece el vaso y la observación que lo ve, en algunos casos, mitad lleno. Y la mirada pesimista, o más analítica, lo ve mitad vacío.

El empate lleno de sobresaltos entre la Argentina y Venezuela no fue la excepción. Hay múltiples miradas, muchos análisis y millones de opiniones vertidas en los medios escritos, audiovisuales, orales y en las redes sociales, fuente inagotable de expresión ciudadana y, en muchos casos, anónima.

El entrenador dió su visión y en ese equilibrio que lo acompaña en la vida, tuvo tiempo de analizar el juego y observar los dos modelos; el vaso lleno y el vaso vacío. advirtió que hubo cosas positivs y muchas para trabajar y mejorar.

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“Me gustó la reacción del segundo tiempo. Se hizo un gran esfuerzo para remontar el 0-2”, señaló Bauza apenas terminado el partido. Es que había poco para rescatar en el juego. Sí, para valorar en la entrega y el sacrificio para no darse por vencido cuando el partido se había puesto cuesta arriba, en el resultado y en la lluvia que caía impiadosa…

“Hay cosas para corregir y las vamos a conversar la próxima vez que nos veamos”, acotó el coach; “el gol nos cambió el panorama, pero se dió el partido que imaginaba, con una Venezuela ambiciosa, con tres delanteros, más ofensiva que la que había jugado la Copa América Centenario USA 2016”. Y agregó: “Nos encontramos la Venezuela que esperaba, agresiva y vertical, con fuerza en ataque y apostando a la potencia de Rondón. No me sorprendió para nada su propuesta”.

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A diferencia del pensamiento generalizado, no se excusó en la lluvia: “Creo que el agua mejoró el juego, lo hizo más rápido, más veloz. Al principio, el campo no estaba muy parejo. La lluvia produjo que la pelota corriera más”, respondió el “Patón” Bauza.

“La idea era ganar; el rival nos complicó, y en el segundo tiempo, con esfuerzo, pudimos llevarnos algo. Ahora hay que pensar en lo que viene, hay suspendidos, así que tenemos que poner la cabeza en los próximos partidos”, finalizó.

El DT estaba contrariado por la actuación del equipo. Fiel a sus códigos y a su forma de conducirse, no dijo mucho en público ni hizo recriminaciones. No castigó a nadie, pero también fue sincero al advertir que hay cosas que mejorar, que hay que trabajar y que se van a hablar en privado en la próxima cita. Sabe que las ausencias de Messi e Higuaín son demasiado importantes. Pero no lo usó como una excusa en voz alta.

Bauza ve el vaso en su totalidad. La mitad llena y la mitad vacía. No se esconde, ni inventa realidades. Pero se cuida mucho en las formas y sabe como manejar la situación. Hacia adentro y hacia afuera. Podrá acertar o no en el diagnóstico y su resolución, pero cuenta con una manera noble de encarar la coyuntura y puede ser un buen principio para poner manos a la tarea, que es mucha.

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Hernán O’Donnell