Y una noche, Mar del Plata volvió a vestirse de fiesta. Sacó sus mejores galas, sus más distinguidas ropas y se aprestó a vivir la pasión del Basketball a través de su amada Selección Argentina, aquella que le regaló las mejores emociones, las más sublimes y también con la que vivió algunas amarguras. Y aquí en Mar del Plata, ante una considerable cantidad de gente, continuó el camino de la reconstrucción, tal omo había sido la primera noche de este torneo ante Chile. Con una nueva presentación por el Clasificatorio a la FIBA-AmeriCup Nicaragua 2025. Y con este duelo frente a Venezuela, la Selección regaló una noche de buen juego, con algún altibajo en el tercer cuarto, pero con el carácter y la templanza necesaria para ganarle a un rival que propuso un jugo físico y áspero.
“Fue un poco lo que esperábamos del rival”, nos respondió Pablo Prigioni en la Conferencia de Prensa posterior al triunfo por 72-61, “los chicos tuvieron mucha actitud para enfrentar un partido duro, con muchas faltas, incluso golpes, pero me gustó que se hayan plantado y no dieran ni un paso atrás”, sostuvo el entrenador.
La formación inicial de Argentina fue con Francisco Caffaro, Nicolás Brussino, José Vildoza, Gonzalo Corbalán y Juan Fernández. En la banca, Francisco Conrradi, Gonzalo Bressán, Juan Bocca, Juan Pablo Vaulet, Bautista Lugarini, Patricio Garino y Lucio Redivo
Venezuela comenzó con Fabrizio Pugliatti, Jhornan Zamora, Franger Pirela, Michael Carrera y Néstor Colmenares.
El primer cuarto fue de claro dominio local, con un arranque fuerte, donde muy pronto sacó una diferencia de 9-2, que luego estiró a 14-6, y mantuvo esa ventaja hasta terminar el período por 21-13. El quipo se sostenía en la dinámica colectiva, mientras que Venezuela era la movilidad de Michael Carrera y la puntería de Néstor Colmenares.
Lo que se preveía como un duelo picante se concretó en el segundo cuarto, donde abundaron roces e infracciones. Argentina amplió su ventaja a 25-13, 28-15, y cuando se encendió José Vildoza fue contundente, y amplió a un más que tranquilizador 41-24, aún cuando los contactos fueron muy fuertes y las discusiones dominaron la escena.
El tercer período fue algo más irregular. El local se pagó por un momento, y Venezuela se acercó bastante, más allá de no generar temor, pero cuando estuvo 45-37 y luego 46-39, una ola fría recorrió el Estadio, que se disipó con un tremendo triple de Lucio Redivo, que puso el 49-39, para luego estirarse a un final de tiempo de 57-42. Si alguna nube se cruzó por el cielo marplatense, la selección la disipó d manera rápida.
El último cuarto Argentina sostuvo siempre la distancia. El momento de Venezuela había pasado y el golpe final llegó con un triple de Juan Fernández que amplió el score a 70-56 y sentenció el juego.
“Nos faltó un poquito de concentración en el minuto final”, dijo Prigioni, “por eso el partido pudo haber tenido un final más amplio, que en definitiva es lo que buscamos, porque esto se puede definir por un punto”, explicó. Y tiene razón, porque el 72-61 final hasta pareció quedar un poquito corto por las cosas buenas que hizo el equipo, en una noche en la que Mar del Plata volvió a abrazarlo.
Hernán O’Donnell
(Enviado Especial a Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina)