En el cierre, Palmeiras acertó un pleno y levantó la Copa CONMEBOL Libertadores

¡Palmeiras Campeón de América! ¡Palmeiras Campeão da América!! En todos los idiomas, en las lenguas que dominan nuestra región, español y portuguéz, el equipo de San Pablo acertó un pleno al final del partido y se llevó el trofeo continental más prestigioso, más antiguo y más anhelado por los hinchas de los clubes de Sudamérica. La Copa CONMEBOL Libertadores ahora es, por un año, de Palmeiras, que llegó a la final tras una interesante producción a lo largo de todo el certamen y se ganó el partido decisivo por una jugada precisa y exacta cuando ya se jugaba un buen rato del tiempo adicional a los noventa minutos reglamentarios.

Porque el gol de Breno Lopes llegó a los 90+8′ de juego. Vino de un balón bien rechazado de cabeza por Gustavo Gómez, quien interceptó un largo envío a Bruno Henrique, el balón que recuperó Palmeiras fue a la derecha, para que Rony saque un centro preciso y exacto a la cabeza de Breno Lopes, que entraba por izquierda. Y este metió un frentazo cruzado que se metió por el segundo palo de John y así sentenciar el 1 a 0 con que Palmeiras cerró el partido.

Porque ya casi no hubo tiempo para más, amén de las variantes que intentó Cuca desde la platea (había sido expulsado el DT de Santos tras un forcejeo con Marcos Rocha cerca del final) para acumular gente en ataque y las modificaciones en Palmeiras para acomodar el equipo para aguantar los minutos finales que podían quedar.

Pero nada cambió. Palmeiras se aferró al resultado y celebró su segunda Copa Libertadores de América en su historia. Algunos hinchas, de los muy pocos que tuvieron el permiso para ver el partido, se metieron en el campo para celebrar con emoción junto a sus ídolos. Los futbolistas lloraron y festejaron. Y besaron cada medalla y esa bendita Copa que otra vez viaja a sus vitrinas.

Todo sucedió al final. En esos minutos de cierre del encuentro. Lo más emotivo, lo más destacable. Antes hubo un partido que fue un largo bostezo, con algún sacudón producto de alguna llegada, alguna pierna fuerte, varios roces y muy pocas, poquísimas situaciones de peligro. Y casi ninguna jugada para destacar en la que se reflejara la habilidad y destreza por este juego. Un largo bostezo para llegar a un final emocionante.

Palmeiras propuso un dibujo táctico conocido y, que si es bien aplicado, es de los más interesantes para presentar y para ver: 4-1-4-1. Es un esquema que, creemos, si hay buena sincronización entre las líneas, cubre bien el campo, puede proponer un equipo corto, con los 10 hombres de campo bien compactados y con las pequeñas sociedades listas para intervenir. Es un esquema donde el volante central y el centrodelantero tienen un rol fundamental, porque deben regular el equipo y en algún momento se pueden encontrar solos para las funciones respectivas. Y allí no deben fallar. El volante central debe estar siempre detrás de la línea de cuatro por delante de él, y alguna vez podrá encontrarse con todo el ancho de la cancha para cortar un avance rival. Ahí no puede equivocarse ni en la ubicación ni en el rol de su intervención.

Lo mismo el centre forward; alguna vez se puede hallar solo en la zona de definición y ahí debe acertar para ayudar al equipo. Claro que siempre hay cuatro hombres por detrás de ellos para colaborar, y el volante central tiene además a los cuatro de adelante, pero siempre deben regular el equipo como un termómetro. Y Danilo cumplió con creces su función en el medio, en tanto Luiz Adriano tuvo una participación más deslucida. Por eso, por momentos Luiz Adriano se tiraba atrás y Rony ocupaba ese lugar de lucha con los centrales rivales. Una buena maniobra de distracción para el rival.

Claro que con el centrocampista hubo un buen trabajo solidario de Gustavo Gómez, de Marcos Rocha y en menor medida de Matías Viña, pero fue importante su tarea.

Santos salió con cierta determinación, y en los primeros minutos fue superior. por lo menos dominó campo y pelota. Con un sistema similar, Diego Pituca fue el eje, como interior, en cada una de las maniobras de salida. También jugó un primer tiempo Alison como volante central del “Peixe”.

Con el correr de los minutos, Palmeiras se hizo un poco más fuerte y acumuló varias llegadas. Primero con un cabezazo de Gustavo Gómez que se fue apenas arriba del travesaño; a los 36′ con un disparo de Marcos Rocha, tras una buena jugada colectiva, y el balón que pasó cerca del poste derecho de John.

Y la mejor fue al final del primer período, a los 43′ cuando Rony hizo una buena jugada individual, metió una gambeta y puso una pelota larga y profunda para Luiz Adriano que no supo controlar.

En el segundo tiempo el juego permaneció en ese tono cansino, menor, sin relieve. Con pocas jugadas que levantaran a los espectadores que seguían el partido a través de las pantallas del mundo. A los 52′ un centro de Menino tuvo algo para destacar, en cuanto produjo un roce y se fue al corner. A los 58′ Santos tuvo su llegada. Tiro libre a favor, Soteldo tocó corto para Marinho, y el blón fue largo para Lucas Veríssimo, cuyo cabezazo no prosperó aunque la situación fue buena.

Luego hubo una situación para Palmeiras: a los 63′ Raphael Veiga ejecutó un tiro libre que pasó muy cerca del travesaño.

Pero el partido no mejoraba. No había aceleración, ni jugadas colectivas, menos que menos gambetas individuales…los dos se veían muy cautelosos, por momentos casi parados en la cancha con un temor excesivo a arriesgar lo mínimo indispensable.

Y llegaron los cambios. A los 72′ Lucas Braga entró por Sandry en Santos. Y enseguida hubo una chance para el “Peixe”. Iban 76′ cuando Pituca pateó de lejos, Weverton rechazó casi arrodillado y el rebote lo tomó Felipe Jonatan por arriba del travesaño.

A los 77′ vino el primer cambio en Palmeiras: Patrick de Paula ingresó en lugar de Ze Rafael. A los 84′ Breno Lopes reemplazó a Menino. Palmeiras empezaba a acomodarse. Y el partido se iba…

Santos apeló a dos modificaciones para ese tramo final. A los 90+2′ W. Tim reemplazó a Felipe Jonatan y Madson ingresó por Kaio Jorge, lesionado.

Todo parecía ir al alargue, pero llegó ese momento final. Ese bendito momento de los 90+8′ de juego. La firmeza de Gustavo Gómez para cortar un avance de cabeza y aguantar la embestida con su cuerpo. El balón dirigido a la derecha. El centro preciso de Rony. El cabezazo perfecto de Breno Lopes, la mirada resignada de John…la explosión del banco de Palmeiras, de sus allegados que pudieron ocupar un sector en las tribunas de un Maracaná inmenso y despoblado como nunca. Los cambios de Abel Ferreira para aguantar: iban ya 101′ y el histórico Felipe Melo reemplazó a Rony y Alan Empereur ingresó en la posición de Raphael Veiga.

Cuca dispuso que Bruno Henrique entrara por Para. Y no hubo mucho más.

Palmeiras se aferró al resultado, celebró la victoria y le gritó al mundo que es el nuevo Campeón de América y ya va por el nuevo objetivo, la Copa Mundial de Clubes de la FIFA-Qatar 2020 que, en estos tiempos tan complicados comenzará en Febrero del 2021, dentro de muy pocos días.

Hernán O’Donnell